Cuatro Latas
No lo digo yo, lo dijo el papa Francisco: La curia es la lepra de la Iglesia
Uno de los grandes momentos de la Conferencia Episcopal fue cuando a Monse?or Rouco Varela le dio por llenar Madrid de autobuses de l¨ªnea en defensa de la familia que, como todo el mundo sabe, estaba seriamente amenazada por el Gobierno socialista, las hordas judeomas¨®nicas, el terrorismo internacional y hasta alguna pe?a gastron¨®mica. ?Qu¨¦ tiempos!
En este pa¨ªs la gente a veces iba a las manifestaciones un poco a la ligera, sin preparar a fondo los temas, como si fueran de excursi¨®n a las cuevas de La Vall d'Uix¨® y luego si te he visto, no me acuerdo. Aquella man¨ªa de concentrar familias encoloniadas en Madrid contra el matrimonio gay y el uso del preservativo s¨®lo sirvi¨® para reactivar un poco el sector de los autocares, pero luego con la crisis todo se fue a pique. Y a la larga andar removiendo la bilis ciudadana acaba pasando factura.
La prueba es que, seg¨²n las encuestas, la ciudadan¨ªa ha relegado a los obispos a los ¨²ltimos puestos en su valoraci¨®n. El ¨²ltimo, para ser exactos. Ah¨ª tenemos a Mart¨ªnez Camino en el furg¨®n de cola de la consideraci¨®n p¨²blica, junto a la casta de los pol¨ªticos y los banqueros. Por el contrario, la popularidad en las redes sociales de algunas activistas religiosas est¨¢ por las nubes, como Teresa Forcades, esa monja benedictina, bolivariana y catalanista, contraria a los lobbys farmac¨¦uticos y defensora de las orcas, doctora en Medicina y Teolog¨ªa, que no digo yo que sean ¨¦sas posiciones todas ellas f¨¢ciles de encajar, pero m¨¢s dif¨ªcil es lo de la Sant¨ªsima Trinidad y nadie le pone pegas.
En un pa¨ªs tan baqueteado como el nuestro que aguanta su expolio a cara de perro, no puede extra?ar que de la noche a la ma?ana cambien las tornas y se produzcan contrastes explosivos. Frente al reconocimiento masivo por un lado de algunos curas de barrio que tratan de frenar los desahucios y paliar el hambre a pie de obra, nos encontramos por el otro, con el odio creciente a la jerarqu¨ªa. No lo digo yo, lo dijo el Papa Francisco: La curia es la lepra de la Iglesia.
Los monse?ores deben estar que trinan, porque una cosa son los esc¨¢ndalos de pederastia, los agujeros en las cuentas vaticanas, las relaciones con la Mafia, el crimen organizado y otras peque?eces de poca monta, y otra muy distinta, que les salga un Papa cristiano. Ya es mala suerte.
A mi la cuesti¨®n de las creencias me da un poco igual. Puestos a creer s¨®lo creo por demostraci¨®n emp¨ªrica en el ¨¢ngel de la guarda, que me salv¨® el pellejo un par de veces. Pero este Papa me cae simp¨¢tico. Ha le¨ªdo a H?lderlin y a Dostoievski, que son palabras mayores; admira los cuadros de Caravaggio que en pleno siglo XVII escandaliz¨® a la plana mayor de la Contrarreforma Cat¨®lica con sus v¨ªrgenes sacadas del r¨ªo de la vida como prostitutas ahogadas; se ha criado en los cines del neorrealismo italiano, como cualquier chaval de la posguerra. Pero lo que acab¨® de conquistarme es que eligiera viajar en un 4L. El coche de mi vida.
Uno no puede subirse a ese autom¨®vil para predicar el matrimonio indisoluble, condenar la homosexualidad o rezar el Rosario de la Aurora. Un tipo que decide ir por el mundo en un Cuatro Latas sabe que la vida va en serio. Se lo digo yo, que me cri¨¦ como quien dice en uno de esos coches patera en el que cab¨ªamos dos adultos cinco ni?os y un perro. Hay que reconocer que como elecci¨®n libre para alguien que empieza en el oficio de Papa no est¨¢ mal.
Todo esto ven¨ªa a cuento de que hoy es 9 de octubre, y me pareci¨® un fecha tan se?alada como cualquier otra para reformular las grandes preguntas acerca de esa gran instituci¨®n ecum¨¦nica que nos sale por un ojo de la cara. No s¨¦ si me explico.
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