?Dimitir de qu¨¦? Dimite t¨²

Antes de que Rafael G¨®mez Sandok¨¢n fuera condenado a seis meses de prisi¨®n y a una multa de 150.000 euros por un delito de cohecho en el caso Malaya, este empresario lider¨® una candidatura a las municipales en C¨®rdoba con la que obtuvo 24.805 sufragios, convirti¨¦ndose, con cinco concejales, en la segunda fuerza pol¨ªtica con representaci¨®n y en el primer partido de la oposici¨®n en el Ayuntamiento, por delante de Izquierda Unida y del PSOE. Fue la gran sorpresa de la cita electoral. Seis meses antes, su partido pol¨ªtico, Uni¨®n Cordobesa, no exist¨ªa. Y cuando lo cre¨®, su propio fundador lo defini¨® con dos palabras: ¡°Una marabunta¡±.Cuando se present¨® a las elecciones estaba ya imputado por su presunta implicaci¨®n en la trama de corrupci¨®n municipal que se hab¨ªa detectado en Marbella. Hab¨ªa sido detenido y sobre ¨¦l pesaba la sospecha de un delito de cohecho. En la ciudad por la que se present¨® como candidato a la alcald¨ªa, hab¨ªa alcanzado el impresionante t¨ªtulo de mayor deudor del Consistorio, que le impuso cerca de 40 millones de euros en multas por edificaciones ilegales. La principal, por construir naves sin licencias en las inmediaciones de Medina Azahara.

El d¨ªa que Rafael G¨®mez conoc¨ªa su condena por corrupci¨®n, se le cuestion¨® al alcalde de C¨®rdoba, Jos¨¦ Antonio Nieto (PP), sobre si cre¨ªa que su compa?ero de corporaci¨®n deb¨ªa dimitir. Nieto record¨® que G¨®mez hab¨ªa contado con casi 25.000 votos en las elecciones y que la condena se deb¨ªa a sus actuaciones ¡°como empresario antes de ser concejal¡±. Y se?al¨®: ¡°Todo el mundo conoc¨ªa que estaba inmerso en una causa judicial, por lo que as¨ª es la democracia, con su cara y su cruz y hay que aceptarlo como viene¡±. El PSOE no fue mucho m¨¢s lejos en su cr¨ªtica y opt¨® por plantear el asunto como un problema de conciencia, pero sin pedirle la dimisi¨®n.

D¨¦cadas teorizando sobre el hecho de por qu¨¦ no dimite nadie en Espa?a y lleg¨® Rafael G¨®mez para resolver este dilema en una frase de apenas cinco palabras: ¡°?Dimitir de qu¨¦? Dimite t¨²¡±. En esta respuesta est¨¢ resumida toda una filosof¨ªa de vida ¡ªla suya¡ª y uno de los grandes problemas de la pol¨ªtica en Espa?a ¡ªel nuestro¡ª, que no es otro que la tolerancia frente a la corrupci¨®n. Esa frase hubiera sido inimaginable si los ciudadanos no hubieran premiado su candidatura con hasta cinco ediles. Y posiblemente tambi¨¦n sus palabras hubieran sido distintas sin la tibieza del alcalde de C¨®rdoba o el t¨ªmido reproche del PSOE tras la condena. ?Hasta d¨®nde hemos llegado para ver como normal que un representante p¨²blico se mantenga en el cargo tras ser condenado por un delito de cohecho cometido contra otra administraci¨®n p¨²blica? ?Y c¨®mo explicar que un concejal que se sienta en el Consejo de Urbanismo de un Ayuntamiento para velar por la legalidad urban¨ªstica sea una persona reiteradamente sancionada por incumplir esa misma legalidad?

Podr¨ªa escribir una historia muy similar sobre el alcalde de Alhaur¨ªn el Grande, que abandona un a?o el Consistorio despu¨¦s de que el Supremo haya ratificado su condena por cohecho. Tras su detenci¨®n, gan¨® dos elecciones municipales con m¨¢s votos que nunca de sus ciudadanos y los mismos aplausos de siempre de su partido, el PP. Se va y anuncia que vuelve. El d¨ªa de su despedida ¡ªtemporal¡ª medio millar de vecinos le hicieron un homenaje. All¨ª estuvieron para apoyarle un nutrido grupo de dirigentes del PP, entre los que se inclu¨ªa un vicepresidente de la Diputaci¨®n, una diputada, varios alcaldes y un grupo de hist¨®ricos dirigentes.

Empieza a resultar alarmante esta tendencia a considerar que las urnas tienen la capacidad de convalidar cualquier irregularidad cometida por un representante p¨²blico. Y provoca sonrojo invocar el amplio respaldo conseguido en unas elecciones para seguir aferrado al cargo. Tanto sonrojo, como la complicidad de los partidos hacia sus corruptos.

@jmatencia