Todos los unicornios son azules
Nada justifica que para pagar los mismos servicios los valencianos recibamos 800 euros menos que los c¨¢ntabros
En la vida cotidiana, las personas, las familias, las comunidades, los estados se enfrentan cada d¨ªa a nuevos problemas.
La soluci¨®n de esos problemas puede ser variopinta, diferente y de alcances diversos, pero hay un denominador com¨²n: no hay buenas soluciones a problemas mal planteados. Es discutir sobre el color de los unicornios.
Esto es lo que a mi juicio sucede cuando abordamos el espinoso tema de la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas. Plantear el problema respecto de qu¨¦ comunidad es capaz de llevarse la mayor parte de la tarta de los recursos econ¨®micos del conjunto de Espa?a nos conduce, una y otra vez, a callejones sin salida y al enfrentamiento entre territorios, no pocas veces fomentado por el propio gobierno del Partido Popular.
Hasta ahora hemos venido centrando esta cuesti¨®n en el territorio. El territorio como criterio relevante a la hora de repartir financiaci¨®n. Y para los socialistas esto no puede ser as¨ª, porque la pregunta central es qu¨¦ tipo de Estado queremos, con qu¨¦ prioridades y con qu¨¦ pol¨ªticas las vamos a realizar. Y la respuesta tiene que ver con un valor fundamental para el socialismo: la igualdad. Nos encontramos en una tesitura en la que es preciso declarar que todos los espa?oles tienen los mismos derechos a la provisi¨®n de los mismos bienes y servicios p¨²blicos por parte de sus administraciones p¨²blicas. Independientemente del territorio en el que vivan.
Esta es la premisa fundamental con la que los socialdem¨®cratas contamos para conseguir la igualdad entre los ciudadanos. Y para ello hay que sacar la discusi¨®n de la financiaci¨®n del marco estrictamente territorial, de la tradici¨®n, la historia o los derechos hist¨®ricos. Elementos todos ellos conciliables si los derechos esenciales del Estado de Bienestar est¨¢n garantizados. Lo importante no es el qui¨¦n sino el qu¨¦.
En la estructura de Estado consagrada por nuestra Constituci¨®n los gobiernos auton¨®micos, que gestionan servicios p¨²blicos tan importantes como la sanidad y la educaci¨®n, no tienen la misma capacidad de acci¨®n, pues la mayor parte de sus ingresos provienen de un mecanismo de reparto injusto.
Esta disparidad de trato no es una caracter¨ªstica singular del actual modelo de financiaci¨®n auton¨®mica. De hecho, el vigente modelo de 2009 ha permitido reducir las distancias entre las comunidades mejor y peor financiadas. A tal punto que el ministro Montoro declar¨® en contestaci¨®n a una pregunta parlamentaria que ¨¦ste era un modelo justo para la Comunitat.
Nosotros no lo creemos as¨ª. Subsisten notables diferencias entre ellas. Aquellos territorios que dispon¨ªan de menores dotaciones p¨²blicas no s¨®lo obtuvieron menos recursos cuando recibieron las competencias, sino que tambi¨¦n han dispuesto de menos dinero para tratar de salvar el desfase original. Quienes necesitaban avanzar m¨¢s y m¨¢s r¨¢pido para acercarse a la media, ni siquiera han podido avanzar al mismo ritmo que el resto.
Con el estallido de la crisis y el desmoronamiento de los ingresos p¨²blicos la situaci¨®n se ha agravado, al aumentar la importancia relativa de los ingresos proporcionados por el modelo de financiaci¨®n. No ha habido ning¨²n mecanismo corrector de la coyuntura, y para las comunidades que reciben menos recursos por habitante, la ca¨ªda de los ingresos se ha saldado con un mayor deterioro en las prestaciones.
Espa?a es un pa¨ªs muy diverso, pero nada justifica que para pagar los mismos servicios los valencianos recibamos 800 euros menos que los c¨¢ntabros o 700 euros menos que los riojanos. Y menos justificable a¨²n es que estas diferencias no se vayan corrigiendo a lo largo del tiempo, sino que se mantengan, m¨¢s o menos matizadas, seg¨²n el caso. La consecuencia m¨¢s d¨¦ficit y peores servicios.
Durante los ¨²ltimos veinte a?os, la Comunidad Valenciana ha pasado de disponer de una renta per c¨¢pita cercana a la media de Espa?a a situarse a m¨¢s de doce puntos de distancia de ella.
El actual modelo de financiaci¨®n ya no sirve. Hace falta dise?ar uno nuevo, partiendo de cero. Un modelo construido sobre la base de la igualdad de oportunidades en el acceso a los servicios p¨²blicos, que se ha de asegurar definiendo claramente las competencias y responsabilidades que se asignan a cada Administraci¨®n, y garantizando que cada una de ellas dispone de los recursos necesarios para desarrollarlas en su ¨¢mbito competencial.
El modelo de financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas ha de ser un modelo que incluya mecanismos de salvaguardia y contingencia que garanticen la aplicaci¨®n efectiva del principio de solidaridad en las fases contractivas del ciclo econ¨®mico. Cuando las cosas vayan mal, hemos de tener garantizado lo que m¨¢s importa. No podemos consentir que la crisis sea una excusa para recortar servicios p¨²blicos esenciales. Para ello proponemos que incluya un Fondo de Garant¨ªa, similar al Fondo de Reserva de las pensiones, del que echar mano en tiempos de crisis para mantener estos servicios.
Para la Comunitat es una cuesti¨®n de supervivencia. Nos jugamos en ello la viabilidad de nuestro autogobierno. Por ello los socialistas no cesaremos en nuestros esfuerzos para lograr un acuerdo de toda la sociedad civil para lograrlo. Un acuerdo real, sin trampas ni artificios, en el que los partidos pol¨ªticos digamos y mantengamos lo mismo aqu¨ª y en Madrid. El informe que la Comisi¨®n de expertos ha elaborado para las Corts Valencianes es un buen punto de partida. Cada uno desde la responsabilidad que le corresponde, hemos de poner todas nuestras capacidades para lograrlo.
[PIEPAG]Ximo Puig es el secretario general del PSPV-PSOE.
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