Piedra de toque
Cada vez que un alcalde de Elche pretende aumentar el pulso vital pide el regreso de la Dama
Nada m¨¢s alcanzar la alcald¨ªa de Elche, una de las primeras decisiones de Mercedes Alonso fue modificar el callejero de la ciudad. La nueva alcaldesa suprimi¨® de un plumazo la plaza dedicada a Dolores Ibarruri, y le dio el nombre del alcalde Vicente Quiles ¡ªuna persona que siempre estuvo en contra de la democracia¡ª a la Avenida del Ferrocarril. M¨¢s all¨¢ de la peque?a pol¨¦mica que despert¨®, la medida no tuvo ning¨²n efecto pr¨¢ctico sobre la ciudad. Tampoco me parece que fuera esa la aspiraci¨®n de Alonso. A mi entender, lo que la alcaldesa pretend¨ªa con su decisi¨®n era mostrarse como una pol¨ªtica con autoridad, a quien no le temblaba el pulso a la hora de gobernar.
Poco tiempo despu¨¦s, Mercedes Alonso se entrevistaba con la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, en una reuni¨®n que la prensa calific¨® de hist¨®rica. La calificaci¨®n tal vez resultase algo excesiva, pero el entusiasmo de los periodistas era comprensible. Alicante y Elche son dos ciudades que se han dado la espalda permanentemente. Se han ignorado. A los sucesivos alcaldes de una y otra poblaci¨®n jam¨¢s se les ocurri¨® abordar un proyecto en com¨²n, que beneficiara a ambas poblaciones. En estas circunstancias, que las dos alcaldesas se sentar¨¢n a hablar era una noticia importante. Dos a?os despu¨¦s, sin embargo, no hemos vuelto a saber nada de aquella conversaci¨®n. Las relaciones entre Alicante y Elche, a d¨ªa de hoy, contin¨²an siendo inexistentes.
La siguiente ocupaci¨®n Mercedes Alonso fue cambiar el nombre del aeropuerto. En poco m¨¢s de un a?o, su gesti¨®n logr¨® que el aeropuerto pasar¨¢ a llamarse Alicante-Elche. La medida ¡ªno es preciso decirlo¡ª llen¨® de satisfacci¨®n a los ilicitanos, porque estos ¨¦xitos ensanchan siempre el esp¨ªritu. En cuanto a los efectos pr¨¢cticos, ya es otro cantar. Pese a que Alonso asegurara repetidas veces que el cambio de nombre dar¨ªa a Elche ¡°proyecci¨®n exterior¡±, no parece que esa proyecci¨®n haya dado grandes resultados a d¨ªa de hoy. Acabada la cuesti¨®n del aeropuerto, Mercedes Alonso pas¨® a trabajar en otro tema de indudable importancia para la ciudad: el regreso de la Dama. Cada vez que un alcalde de Elche pretende, por uno u otro motivo, aumentar unos grados el pulso vital del ilicitano, pide el regreso de la Dama. El ¨¦xito de la iniciativa es inmediato.
Mientras la ciudad discute si la vuelta de la Dama debe ser temporal o definitiva, Alonso pretende sacar adelante el asunto del Mercado Central. El Ayuntamiento quiere derribar el actual mercado para construir uno nuevo, que pasar¨ªa, pr¨¢cticamente, a manos privadas. No todo el mundo est¨¢ conforme con ese prop¨®sito. La mayor¨ªa de los arquitectos que han sido consultados sobre la cuesti¨®n, se muestran partidarios de conservar el edificio, con las oportunas reformas. La coincidencia es un¨¢nime al se?alar que actual momento econ¨®mico no resulta el m¨¢s apropiado para iniciar una empresa de esas dimensiones.
Alonso se enfrenta ¡ªahora, s¨ª¡ª a un problema real, que afectar¨¢ al futuro de la ciudad. Habr¨¢ que ver cu¨¢l es la capacidad de la alcaldesa, en estas circunstancias. Unos a?os atr¨¢s, Mercedes Alonso habr¨ªa levantado sin dificultades el nuevo mercado y todo el mundo hubiera aplaudido la decisi¨®n. Pero las cosas han cambiado en este tiempo, y la percepci¨®n que el ciudadano tiene de los negocios p¨²blicos ya no es la misma. Entre la poblaci¨®n se ha instalado la desconfianza. Las prisas de Mercedes Alonso por comenzar el proyecto no hacen sino aumentarla.
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