¡°Un pa¨ªs analfabeto es un pa¨ªs manejable¡±

Isis tiene 17 a?os. Estudia segundo de bachillerato en un instituto de Valencia y el a?o que viene quiere estudiar Filolog¨ªa Hisp¨¢nica. Pero teme no poder: ¡°Mi padre est¨¢ en paro y mi madre es aut¨®noma. Cada vez la cosa va a peor. No podemos pagar el alquiler del local de trabajo ni el de la casa y mucho menos los impuestos¡±, dec¨ªa este jueves sosteniendo una pancarta. Detr¨¢s de los lemas de las manifestaciones, con Wert como anatema, hab¨ªa cientos de alumnos, de padres y de profesores con opiniones similares. Pero las circunstancias personales de cada uno eran distintas.

Carles (24 a?os), est¨¢ a punto de terminar la carrera de ingenier¨ªa en Telecomunicaciones en la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia. En la manifestaci¨®n de Valencia explicaba que su situaci¨®n no es mucho mejor que la de Isis: ¡°Mi padre tiene una discapacidad y la ¨²nica que trabaja en casa es mi madre. Somos dos hermanos estudiando. Este a?o ha sido complicado pagar las tasas de los dos porque vivimos del sueldo de mi madre¡±.

Sosten¨ªa una pancarta con el lema No son recortes, son ejecuciones, y explicaba que este a?o ni su pareja ni ¨¦l han obtenido beca porque los requisitos son cada vez m¨¢s estrictos. ¡°Es triste que haya personas que tengan que abandonar la Universidad porque no pueden pagar¡±.

Con una mezcla de rabia y resignaci¨®n, Elisa hablaba de su familia: ¡°En una casa normal, como la m¨ªa, con unas tasas crecientes y unas ayudas cada vez menores, dar estudios a dos hijas supone renunciar a muchas cosas. Cosas cada vez m¨¢s necesarias¡±, contaba en Valencia. ¡°Tengo dos hijas: una, de 30 a?os, que trabaja amargada en un sector que no es el suyo y otra, de 25 a?os, que est¨¢ estudiando Historia del Arte. Nunca han podido pagarse los estudios y ahora, cuando deber¨ªan encontrar trabajo, tampoco pueden¡±.

En Alicante, tres alumnos de 18 a?os del Instituto Almadraba de Benidorm se quejaban de la subida de tasas. ¡°En el m¨®dulo quer¨ªan subirnos a 600 euros, y sin becas¡±, apuntaba Nuria Lozano. En clase, aseguraban, son m¨¢s de 30 alumnos en el m¨®dulo de salud ambiental. ¡°Y encima no hay salida laboral para nosotros¡±, admit¨ªan con resignaci¨®n.

¡°Si la ley Wert entra en vigor y se aplica tal y como est¨¢ ahora voy a sacar a mi hija del colegio, y si quieren que vengan a decirme si yo no la puedo educar mejor¡±. As¨ª de tajante se mostraba en la manifestaci¨®n de Castell¨®n Santiago Sales, padre de una ni?a que acude a un colegio de Infantil de Castell¨®n y que forma parte de una cooperativa de actividades extraescolares. Sales lo ten¨ªa claro: ¡°No quiero que me pongan la religi¨®n y la misma altura que la m¨²sica, pero sobre todo, no quiero que se deje de lado el valenciano¡±. Aseguraba que, en cuanto entre en vigor, ir¨¢ a la Consejer¨ªa de Educaci¨®n con un objetivo: ¡°Que tachen a mi hija de la lista¡±.

Elisa, madre de dos hijas, ten¨ªa claro por qu¨¦ los padres no pod¨ªan faltar a las protestas: ¡°Un pa¨ªs analfabeto es un pa¨ªs manejable. Quieren que la gente piense que es normal ser pobre y no poder ir a la universidad. He venido a la manifestaci¨®n porque esto no se puede consentir¡±.