¡°Los colombianos debemos reclamar la paternidad de la cumbia¡±
El actor y cantante colombiano Carlos Vives presenta ¡®Coraz¨®n profundo¡¯, su d¨¦cimotercer disco, ma?ana domingo en Madrid
A estas alturas, conviene olvidarse del cuestionario. Carlos Vives (Santa Marta, 1961) lleva tropecientas entrevistas y ahora manda la adrenalina. Se dispara en tangentes inesperadas, comenta a gritos con sus acompa?antes, se levanta y escenifica cualquier an¨¦cdota. C¨®mo dec¨ªa el chiste: ¡°Camarero, s¨ªrvanme de lo mismo que toma este se?or¡±. Que resulta ser caf¨¦ potente, te¨®ricamente del que cosecha Juan Valdez en su Colombia natal.
¡°Qu¨¦ vaina, con esta lluvia no puedo hacer lo que m¨¢s me apetece en Madrid. Me refiero a caminar por el casco antiguo, detenerme en bares, comer en Lucio¡±. Aunque escampara, Vives dif¨ªcilmente podr¨ªa pasear: se trata de una visita rel¨¢mpago, en la que encaja promoci¨®n para el nuevo disco, Coraz¨®n profundo (Sony) y tres conciertos. Hoy estar¨¢ en M¨¢laga, ma?ana en Madrid y el mi¨¦rcoles 30 en Barcelona.
El nuevo trabajo podr¨ªa pasar por otra risue?a entrega de tropipop, como algunos denominan a su m¨²sica. Pero las escuchas atentas descubren referencias, pistas, gui?os con intenci¨®n. As¨ª, La perla resulta ser una reivindicaci¨®n de su ciudad natal: ¡°En un anticuario encontr¨¦ La perla de la Am¨¦rica, el libro de un jesuita del XVIII, Antonio Juli¨¢n, que llamaba a Santa Marta ¡®la perla andaluza¡¯: hab¨ªa sido fundada por un trianero, Rodrigo de Bastidas. Lo argumentaba como un dec¨¢logo de virtudes y se quejaba contra la administraci¨®n espa?ola, que daba prioridad a otros puertos¡±.
Ballenas y vallenatos
El Caribe est¨¢ presente en varios temas, como Salvar tu amor, canci¨®n de amor disfrazada de reclamo ecologista (o al rev¨¦s). ¡°Yo contaba a mis hijos que, en Semana Santa, las ballenas sol¨ªan presentarse frente a Santa Marta. Ellos nunca las vieron y quer¨ªan saber las razones. Curioso, ahora me llamaron para decirme que todav¨ªa se puede ver a las ballenas, pero m¨¢s lejos de la costa¡±. Y se le escapa una confesi¨®n: ¡°Con la protecci¨®n de las especies, no lo deber¨ªa contar, pero es una zona donde se comen tortugas. La l¨®gica de la preservaci¨®n choca con una cultura ancestral¡±.
Vives defiende ofrecer un retrato ver¨ªdico de Colombia, en su grandeza y su miseria. ¡°?ltimamente, mi autor preferido es Alfredo Iriarte, un historiador y novelista que se burlaba de las verdades oficiales. Un bogotano bien inc¨®modo, que pod¨ªa permitirse libros como Bestiario tropical o Batallas y batallitas en la historia de Colombia: trabajaba en una empresa de seguros. Si vas a ser un grano en el culo, mejor no depender de las instituciones¡±.
Lo dice un experto en supervivencia, con varios perfiles profesionales. Recuerden, Carlos era un gal¨¢n de culebrones que descubri¨® la grandeza del vallenato cuando encarn¨® a uno de los maestros del g¨¦nero, Rafael Escalona. Y tuvo una idea genial: recrear ese repertorio r¨²stico con una producci¨®n urbana, levemente rockera.
Cl¨¢sicos de la provincia (1993) fue un parteaguas. Inmortaliz¨® a personajes olvidados, como Lorenzo Miguel Morales, al¨ªas Moralito, perdedor en una contienda de vallenateros. ¡°F¨ªjense que no le molest¨® que yo difundiera el alarde de su contrincante. Eran unos hombres muy pobres pero que sab¨ªan vivir, casi lleg¨® a centenario¡±.
La pregunta del mill¨®n: realmente ?en qu¨¦ se diferencia el vallenato de la cumbia? ¡°Basta con saber que la cumbia es la mam¨¢ del vallenato. No escuchen mis discos como tratados musicol¨®gicos, yo meto tambi¨¦n otras formas caribe?as, como el porro [risas]. Ya s¨¦, nos hacen muchos chistes con eso. Yo digo que hago porrock pero suena feo¡±.
En Bogot¨¢, Carlos y su hermano regentan el Gaira Caf¨¦ Cumbia House, ¡°una versi¨®n criolla del House of Blues, que funciona como caladero para pescar artistas. ?Recomendaciones? La cantante Martina y el grupo Puerto Candelaria. La cumbia se ha convertido en un fen¨®meno global y los colombianos tenemos que reclamarla¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.