Las filtraciones alejan a Fabra de Ciscar
Los esc¨¢ndalos se achacan a una maniobra de desestabilizaci¨®n interna
Un topo ha conseguido poner patas arriba el Palau de la Generalitat y la Consejer¨ªa de Presidencia. Como en los buenos argumentos de intrigas palaciegas, la filtraci¨®n en las ¨²ltimas semanas de documentos reservados ¡ªcomo la n¨®mina del propio presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y las contrataciones de un preparador de liderazgo y de un cocinero¡ª han terminado por instalar la desconfianza entre los distintos departamentos que asisten directamente al jefe del Consell. Y las consecuencias no han sido menores, explican fuentes del Consell, porque el clima imperante se ha traducido en un distanciamiento entre el presidente de la Generalitat y el vicepresidente, Jos¨¦ Ciscar, que ha dejado de acudir a las reuniones semanales de subsecretarios donde se coordinan las actuaciones del Ejecutivo.
Seg¨²n fuentes de Presidencia, Fabra habr¨ªa indicado al vicepresidente que dedicase m¨¢s tiempo a la provincia de Alicante ¡ªdonde ocupa la presidencia provincial del PP¡ª y a sus competencias en Agricultura, Pesca y Agua que a la fontaner¨ªa del Palau, desde donde han partido unas filtraciones que se interpretan como una operaci¨®n interna destinada a deteriorar la imagen del presidente.
La preocupaci¨®n del entorno del presidente hay que enmarcarla en un contexto de dif¨ªcil estabilidad interna. Es decir, con la existencia de un sector del PP que sigue especulando con la posibilidad de que, finalmente, no sea el candidato del partido en las auton¨®micas de 2015, y con la baja valoraci¨®n que tienen los ciudadanos de Fabra, seg¨²n los sondeos.
El presidente es conocido por una gran mayor¨ªa de los valencianos, pero estos lo suspenden con un 3,9 ¡ªla misma nota que otorgan a la alcaldesa Rita Barber¨¢ y dos d¨¦cimas por debajo de la nota que recibe el vicepresidente Jos¨¦ Ciscar¡ª, seg¨²n el reciente sondeo de Metroscopia publicado por EL PA?S.
Dos han sido las decisiones de Fabra en los ¨²ltimos meses para intentar evitar que lo desestabilicen desde dentro. A mediados de junio pasado promocion¨® a Esther Pastor ¡ªuna persona de su confianza con quien ya trabaj¨® en el Ayuntamiento de Castell¨®n¡ª de directora general a secretaria auton¨®mica de Organizaci¨®n y Coordinaci¨®n. Pastor se situ¨® de ese modo al mismo nivel que Paula Meseguer, secretaria auton¨®mica de Comunicaci¨®n, y el jefe de gabinete Jes¨²s Lecha. La operaci¨®n se complet¨® hace apenas un mes con la renovaci¨®n de los cargos que controlan la fontaner¨ªa del Palau: la subsecretar¨ªa de la Consejer¨ªa de Presidencia y la secretar¨ªa general administrativa.
El primer puesto, que ocupaba Jes¨²s Mar¨ª ¡ªun hombre de la confianza de Ciscar que aspiraba a promocionarle en el Gobierno¡ª, qued¨® vacante a principios de septiembre. Fuentes del Consell admiten que Fabra advirti¨® a Ciscar que su subsecretario ten¨ªa la obligaci¨®n de controlar la documentaci¨®n que pasaba por el departamento. Finalmente, Mar¨ª, con el clima ya crispado, acept¨® a principios de septiembre una oferta de la empresa privada y dimiti¨®.
La vacante permiti¨® al jefe del Consell nombrar a Rafael S¨¢nchez Pelejero, que ocupaba una direcci¨®n general en Econom¨ªa y con el que tiene confianza desde su etapa como alcalde de Castell¨®n. El otro movimiento del presidente no necesit¨® ni de vacante. Jos¨¦ Bus¨® fue sustituido como secretario general administrativo (cargo de libre designaci¨®n) por Vicenta Grau, una funcionaria con fama de leal. Los cambios han tenido su repercusi¨®n en las rutinas internas de Presidencia, que ha decidido restringir al m¨¢ximo los canales por los que circula la documentaci¨®n. Dos son los par¨¢metros que se han tenido en cuenta.
Por un lado, el elevado n¨²mero de personal con acceso a los expedientes. Por otro, la presencia en la subsecretar¨ªa de Presidencia de varios asesores que han trabajado durante a?os junto al exconsejero Rafael Blasco. No en vano, en la direcci¨®n regional del PP existe el convencimiento de que, aunque no pueden demostrarlo, la Asociaci¨®n contra la Corrupci¨®n que ha presentado distintas querellas contra Fabra y el secretario regional del PP, Seraf¨ªn Castellano, est¨¢ inspirada por personas del entorno de Blasco, ahora diputado no adscrito en las Cortes.
El resultado ha sido que, en cada escal¨®n de la cadena de tramitaci¨®n de documentos, se ha designado a una sola persona para manejar documentaci¨®n sensible y evitar la existencia de nuevas filtraciones. As¨ª, de los cinco ordenanzas que llevaban los papeles de un sitio a otro, se ha escogido a una de ellas. Y lo mismo ha sucedido con otras escalas de personal.
Las medidas adoptadas para evitar la filtraci¨®n de documentaci¨®n no han servido, al menos por ahora, para acabar con la atm¨®sfera de desconfianza. Sobre todo, porque en Presidencia son conscientes de que para da?ar la imagen de Fabra no solo es necesario tener acceso a la documentaci¨®n, sino saber interpretarla. As¨ª sucedi¨® con el contrato del preparador personal, cuyo contrato estaba camuflado bajo el ep¨ªgrafe ¡°Servicios especializados en formaci¨®n de estrategias de m¨¢rketing pol¨ªtico y liderazgo¡±. El resultado es que, a fecha de hoy, no es posible saber si, como cuentan las leyendas, el Palau de la Generalitat tiene un fantasma. Lo que es seguro es que, al menos, tiene un topo.
Un engranaje (y un discurso) desajustado
La deficiente coordinaci¨®n entre las ¨¢reas que asisten al presidente de la Generalitat ha agravado el car¨¢cter err¨¢tico del discurso presidencial.
El ¨²ltimo ejemplo ha sido el acto de presentaci¨®n del Acuerdo de la Sociedad Civil por la Comunidad Valenciana, que se present¨® como un acto reivindicativo y que ha generado un aluvi¨®n de cr¨ªticas.
Los reproches han sido por las formas ¡ªla elecci¨®n de los representantes sociales y la escenificaci¨®n elegida¡ª pero tambi¨¦n por la incoherencia discursiva ¡ªse ha ocultado la lista de los firmantes con el pueril argumento de la protecci¨®n de datos¡ª y la r¨¢pida amortizaci¨®n de un acto que se presentaba como trascendente ¡ªFabra apenas ha tardado unos d¨ªas en asegurar que prefiere el trabajo de despacho a la pancarta¡ª.
El resultado final ha sido un nuevo ara?azo en la armadura presidencial, que ha visto c¨®mo quienes no se sumaron al evento ¡ªoposici¨®n, sindicatos y universidades, entre otros¡ª se han visto reforzados. Y c¨®mo algunos de los que fueron han marcado distancias. De hecho, el presidente de la Asociaci¨®n Valenciana de Empresarios (AVE), Vicente Boluda, acudi¨® pero su organizaci¨®n no se adhiri¨® al manifiesto. Y otros como el presidente de la patronal Cierval, Jos¨¦ Vicente Gonz¨¢lez, que asisti¨® tras adherirse su organizaci¨®n, han avisado a la Generalitat que evite instrumentalizar su asistencia.
En el propio PP ha sido el presidente provincial de Valencia, Alfonso Rus, el encargado de dejar claro que no acompa?¨® a Fabra porque ten¨ªa otro evento igual de importante como el organizado por Presidencia de la Generalitat: acompa?ar al Ol¨ªmpic de X¨¤tiva a Bilbao a un partido de la Copa del Rey de f¨²tbol.
No ha sido el citado acuerdo de la sociedad civil el ¨²nico asunto que ha dejado las costuras de Presidencia al aire. La gesti¨®n del expediente de regulaci¨®n de empleo (ERE) en R¨¤dio Televisi¨® Valenciana es otro bot¨®n de muestra. Las tensiones no solo se han producido con Ciscar, que como portavoz ha tenido que hacer malabarismos para enmascarar las discrepancias con la directora general de RTVV, Rosa Vidal. Un fichaje que cont¨®, inicialmente, con el benepl¨¢cito del vicepresidente y que fue recibida con entusiasmo por la secretaria auton¨®mica de Comunicaci¨®n, Paula Meseguer, y que hoy solo habla con el presidente.
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