Perspectivas de di¨¢logo
Si la sentencia de Estrasburgo ha levantado tal galerna, ?qu¨¦ no ocurrir¨ªa ante la m¨¢s m¨ªnima concesi¨®n a Catalu?a?
Desde luego, no hay que confundir Madrid con Espa?a, ni la plaza de Col¨®n con Madrid, esa ciudad donde, tambi¨¦n el pasado domingo, miles de personas se manifestaron de nuevo ¡ªya llevan doce mareas blancas¡ª en defensa de la sanidad p¨²blica y contra la privatizaci¨®n de este servicio b¨¢sico. Con todo, desde que a finales de 2002 Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Federico Trillo-Figueroa ¡ªya saben, los reconquistadores de Perejil¡ª decidieron plantar en aquel espacio urbano una gigantesca y solitaria bandera rojigualda, fiel reflejo simb¨®lico de su concepci¨®n unitarista del Estado, desde entonces la plaza de Col¨®n se ha convertido en el kil¨®metro cero del patriotismo espa?ol, el sagrario y el term¨®metro de quienes se consideran los ¨²nicos depositarios e int¨¦rpretes leg¨ªtimos de las esencias y los intereses de Espa?a.
El ¨²ltimo domingo de octubre, decenas de miles de ellos acudieron a esa especie de plaza de Oriente del siglo XXI a exhibir su indignaci¨®n y su rabia. Lo hicieron portando banderas constitucionales o franquistas, mostrando siglas de partidos democr¨¢ticos o de grupos de ultraderecha, que entre patriotas esos distingos son minucias. Y hablaron alto y claro: ¡°Rajoy, traidor a Espa?a...¡±, ¡°todo lo que vemos apesta a negociaci¨®n con ETA¡±, ¡°Viva la Guardia Civil. Fuera Estrasburgo¡±, ¡°?Rajoy, marioneta, que te vote la ETA!¡±, ¡°cobardes¡±, ¡°?traidores, no os hemos votado para esto!¡±, ¡°No m¨¢s mentiras, no m¨¢s treguas-trampa¡±. Y denunciaron ¡°la impunidad de ETA¡± (?660 presos repartidos por c¨¢rceles de seis pa¨ªses diferentes son impunidad?), las ¡°condenas rid¨ªculas¡± contra unos terroristas que llevan 28 ¨® 29 a?os entre rejas.
Toda esta visceralidad y esta c¨®lera estallaban como reacci¨®n a una sentencia jur¨ªdicamente inobjetable que el Gobierno de Rajoy no tiene m¨¢s remedio que acatar y que ¡ªseg¨²n subray¨® el lunes un auto de la Audiencia Nacional¡ª "afecta y compete por igual a todos los poderes p¨²blicos", salvo que se quiera convertir al Reino de Espa?a en el hazmerreir y la verg¨¹enza de Europa.
Dicen varios medios que Rajoy, Rubalcaba y Mas est¨¢n abiertos al di¨¢logo. ?Sobre qu¨¦ y con qu¨¦ margen?
Y bien, si la obligada rectificaci¨®n del Gobierno y del PP en un tema ciertamente sensible, pero que afecta de modo directo a los sentimientos de un n¨²mero limitado de personas y que remite a una actividad terrorista hoy felizmente extinguida ¡ª¡±ETA est¨¢ derrotada¡±, record¨® el otro d¨ªa el ministro Fern¨¢ndez D¨ªaz¡ª, si el cumplimiento de la sentencia de Estrasburgo ha levantado semejante galerna, ?se imaginan ustedes lo que podr¨ªa ocurrir en caso de que Mariano Rajoy mostrase la menor veleidad concesiva hacia las demandas del Gobierno de Artur Mas, de la mayor¨ªa del Parlamento catal¨¢n y ¡ªseg¨²n los ¨²ltimos sondeos¡ª de casi un 80 % de la ciudadan¨ªa de Catalu?a?
De momento, el eurodiputado por el PP y ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, ya ha establecido el v¨ªnculo entre el terrorismo y el proceso soberanista catal¨¢n: ¡°La vanguardia del movimiento nacionalista, en la mayor parte del per¨ªodo democr¨¢tico, ha sido ETA. (...) Ayer, la vanguardia estaba en ETA y hoy est¨¢ en el presidente de la Generalitat. (...) ETA est¨¢ agazapada y con la esperanza puesta en la crisis de Espa?a¡±. O sea que, seg¨²n la l¨®gica de Mayor Oreja, cualquier compromiso entre el poder central y el Ejecutivo catal¨¢n acerca de la celebraci¨®n de una consulta al amparo de la ley supondr¨ªa un triunfo del terrorismo, una victoria de ETA, una afrenta a las v¨ªctimas.
Espoleada por estos sentimientos, o por un mero reflejo patri¨®tico, lo seguro es que, apenas los zelotes de la unidad de Espa?a descubriesen la m¨¢s m¨ªnima grieta en el no berroque?o de Rajoy y los suyos a la demanda de las instituciones catalanas, la subsiguiente movilizaci¨®n de rechazo llenar¨ªa no dos o tres plazas de Col¨®n, sino varios paseos de la Castellana. Acudir¨ªan a ella la extrema derecha, la derecha y el centro; los ultraliberales y quienes describen el franquismo como ¡°una situaci¨®n de extraordinaria placidez¡±. Acudir¨ªa toda la grey de monse?or Rouco Varela.
Y, lo m¨¢s importante, acudir¨ªa buena parte del PSOE, desde las bases hasta la c¨²pula.
Esto ¨²ltimo qued¨® claro el pasado martes en el Congreso de los Diputados. UPyD presentaba una moci¨®n contra ¡°la falacia del derecho a decidir¡± sin otro prop¨®sito que marcar paquete espa?olista. El PP no pod¨ªa dejar de votarla, pero el PSOE de la Declaraci¨®n de Granada, del federalista Rubalcaba, hab¨ªa decidido abstenerse casi por dignidad: s¨®lo faltar¨ªa que un partido con 5 diputados y 6 a?os de antig¨¹edad le dictase la agenda y el voto a otro que tiene 110 esca?os y fue fundado en 1879.
Pero bastaron las maniobras de la vieja guardia (Alfonso Guerra, Manuel Chaves...), la presi¨®n del meridionalismo andaluz (¡°ning¨²n pacto de trastienda con Catalu?a¡±) y el miedo a que los votantes les vieran flaquear ante la ex correligionaria Rosa D¨ªez, para que P¨¦rez Rubalcaba cediese y el PSOE votara sumiso la moci¨®n de UPyD, abriendo de paso otra brecha en la credibilidad del PSC.
Aseguran diversos medios que Rajoy, Rubalcaba y Mas est¨¢n abiertos al di¨¢logo. ?Sobre qu¨¦ y con qu¨¦ margen?
Joan B Culla i Clar¨¤ es historiador.
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