La Camerata OSG se estrena con un concierto en Oviedo
Las versiones de la Sinf¨®nica terminaron de romper la barrera de frialdad t¨ªpica de los veteranos p¨²blicos filarm¨®nicos
El Teatro de la Filarm¨®nica de Oviedo ha sido testigo este martes del nacimiento de una nueva formaci¨®n surgida en el seno de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia. La Camerata de la OSG ha celebrado en ¨¦l su primer concerto, con un programa fiel a su prop¨®sito fundacional: ¡°difundir obras para peque?as orquestas de c¨¢mara intentando abarcar un repertorio lo m¨¢s ecl¨¦ctico posible¡±. Dirigida por Wlad¨ªmir Rossinkij, figuran entre sus componentes solistas y primeros atriles de la Sinf¨®nica, como Ludwig D¨¹richen, ayuda de concertino, o Francisco Regozo y Ruslana Prokopenko, respectivos principales de viola y chelo.
Abri¨® programa el Concierto en si mayor para viol¨ªn, chelo y cuerdas de Vivaldi, que sirvi¨® para comprobar la buena ejecuci¨®n del conjunto y una m¨¢s que notable interpretaci¨®n de sus partes solistas por D¨¹richen y Prokopenko. La parte del chelo, bastante subsidiaria de la del viol¨ªn -m¨¢s virtuos¨ªstica en la composici¨®n del compositor (y violinista) veneciano- qued¨® un poco difuminada en un segundo plano, algo que siempre se podr¨¢ compensar elevando el plano fisico del chelo con una tarima. La obra fue acogida de forma correcta pero algo algo fria por el p¨²blico.
Este se manifest¨® con bastante m¨¢s entusiasmo al final de Epitafio, de Rossinskij, lo que no deja de sorprender al tratarse de una obra contempor¨¢nea. La composici¨®n comienza con la fuerza interior y el vigor r¨ªtmico caracter¨ªsticos en este autor, para continuar en una gran vor¨¢gine arm¨®nica. Notables solos de D¨¹richen y Regozo y el chelo de Prokopenko tocado sulla ponticella, con el inquietante timbre caracter¨ªstico de este ataque, precedieron a la secci¨®n final, muy eleg¨ªaca, que hizo brotar un buen aplauso y algunos bravos de los filarm¨®nicos ovetenses. El Grave para chelo y cuerdas de Benda, con una interpretaci¨®n solista de Prokopenko llena de sentimiento, y un allegro del Divertimento K 139 de Mozart dirigido por Rossinskij en versi¨®n de adecuados contrastes din¨¢micos hicieron caldear m¨¢s el ambiente antes del descanso.
En la Serenata en mi mayor, op. 22 de Dvorak programada en la segunda parte, destacaron el clima como de pastoral del moderato, el fraseo con un toque de gracia y serenidad del vals, el discurrir juguet¨®n del scherzo, la serenidad del Larghetto y el toque danzante del Vivace final. Las versiones de la Camerata OSG terminaron de romper la barrera de frialdad t¨ªpica de los veteranos p¨²blicos filarm¨®nicos. Al final del concierto, el de Oviedo dedic¨® una buena ovaci¨®n a la Camerata OSG e incluso -buena muestra del ¨¦xito del concierto- se oy¨® alg¨²n comentario echando de menos alguna propina por parte del conjunto gallego.
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