La liquidaci¨®n del audiovisual p¨²blico
A estas alturas, alcanzadas las cotas de deterioro que todos conocemos, ya ni como instrumento de manipulaci¨®n parec¨ªa servir Canal 9 a nuestros gobernantes
El anuncio del cierre de RTVV como consecuencia de la sentencia que declar¨® nulo el Expediente de Regulaci¨®n de Empleo (ERE) culmina una cadena de desprop¨®sitos que retrata a la perfecci¨®n, adem¨¢s de cu¨¢n pobremente concibe el Consell el audiovisual p¨²blico, la total ausencia de competencia con la que desde la Administraci¨®n p¨²blica valenciana se suele trabajar. Conviene, sin embargo, resaltar un par de elementos.
De una parte, no es sorprendente en modo alguno, a estas alturas, que la decisi¨®n del Consell sea cerrar RTVV. Tras a?os de mala gesti¨®n, de falta de ambici¨®n como industria y de haber traicionado todos y cada uno de los objetivos que deb¨ªan haberla convertido en un instrumento ¨²til para la sociedad, es posible incluso plantear si este resultado no forma parte, sencillamente, de un plan preconcebido para liquidar para siempre el audiovisual p¨²blico valenciano. La degradaci¨®n conduce a la irrelevancia pr¨¢ctica, antesala del cierre. Y a estas alturas, alcanzadas las cotas de deterioro que todos conocemos, ya ni como instrumento de manipulaci¨®n parec¨ªa servir Canal 9 a nuestros gobernantes.
Si combinamos este elemento con la gesti¨®n de las licencias privadas de televisi¨®n y radio, tanto auton¨®micas como locales, donde el reparto (por cierto, tambi¨¦n anulado por el Tribunal Supremo sin que nada haya cambiado) se ha hecho con unos criterios f¨¢cilmente comprensibles cuando se analiza la identidad de los beneficiarios, todo se ve m¨¢s claro.
?nase a este factor la impresentable laxitud reguladora, que es imposible no percibir con pegarse una vuelta con el mando a distancia por las emisiones que nos regalan estos felices intermediarios y el panorama aparece m¨¢s claro: un reparto de bienes p¨²blicos (las licencias) a ciertas personas para que, sin ni siquiera la competencia de un modelo de audiovisual p¨²blico solvente, puedan rentabilizar sin obligaci¨®n alguna su oligopolio a base de tarots y teletiendas varias. Si adem¨¢s se liquidan tambi¨¦n las emisiones de un servicio p¨²blico con algo de dignidad (y cierta audiencia entre la poblaci¨®n) como eran las de TV3 (tambi¨¦n anuladas por una sentencia del Tribunal Supremo, por cierto), pues mejor todav¨ªa.
La falta de profesionalidad en la gesti¨®n, por otra parte, ha alcanzado cotas inconcebibles en los ¨²ltimos tiempos, con un ERE dise?ado por una empresa privada (como tantas y tantas cosas que lleva haciendo la Generalitat en los ¨²ltimos a?os con penosos resultados), probablemente porque ¨¦sta era la manera de que los criterios objetivamente impresentables para seleccionar al personal (y que a la postre han determinado su nulidad) pasaran un filtro que los trabajadores p¨²blicos de la Generalitat quiz¨¢s no habr¨ªan sido capaces de avalar.
En todo caso, quiz¨¢s la liquidaci¨®n de esta RTVV no sea algo terrible, pero s¨ª lo es que desaparezca (algo que pas¨® hace ya a?os a efectos pr¨¢cticos) el audiovisual p¨²blico valenciano. M¨¢s que nada porque, de momento, es evidente que el mercado (controlado por esos afortunados licenciatarios) no es capaz de generar contenidos de proximidad y en valenciano de un m¨ªnimo de calidad. Una carencia que es problem¨¢tica en t¨¦rminos democr¨¢ticos y que, la verdad, habr¨ªa que tratar de paliar en cuanto sea posible. Preferiblemente, a cargo de gente que crea de verdad en la importancia de este tipo de servicio p¨²blico.
@Andres_Boix blog en http://blogs.elpais.com/no-se-trata-de-hacer-leer/
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