Prohibido el perfil malo de Zaplana
Varios periodistas relatan las censuras y presiones sufridas en su trabajo en Canal 9
El Partido Popular puso Canal 9 a su servicio cuando lleg¨® al Palau de la Generalitat. La cadena televisiva se convirti¨® en un instrumento de propaganda de las pol¨ªticas del Gobierno valenciano y, sobre todo, fue la mayor plataforma de publicidad de los sucesivos presidentes de la Generalitat: Eduardo Zaplana y, tras el breve periodo de Jos¨¦ Luis Olivas, Francisco Camps.
En todos esos a?os los informativos solo han reflejado aquello que los comisarios pol¨ªticos de turno iban priorizando al servicio de la presidencia de la Generalitat y escondiendo informaci¨®n sobre los asuntos turbios que han acompa?ado a los sucesivos Gobiernos. El testimonio de una de las periodistas de la cadena, Iolanda M¨¢rmol, sacudi¨® las redes sociales el martes, el mismo d¨ªa que el Gobierno valenciano anunci¨® el cierre de R¨¤dio Televisi¨® Valenciana. En su cuenta de Twitter relataba sus recuerdos al respecto, cuando a ella y al resto de trabajadores les exig¨ªan grabar a Zaplana en ¡°su perfil bueno¡±, o ¡°la oda que le encargaron¡± cuando dej¨® la presidencia de la Generalitat, o aquella bronca que recibi¨® porque en el v¨ªdeo de retrospectiva dedicado el expresidente aparec¨ªa con la tr¨¢nsfuga Maruja S¨¢nchez, que le dio la alcald¨ªa de Benidorm.
Iolanda M¨¢rmol tambi¨¦n evocaba la etapa en que Zaplana cay¨® en desgracia, con la llegada de Camps a la presidencia, cuando ¡°el Elegido pas¨® a ser el Innombrable¡±. Cuando ¡°se pagaban directos millonarios¡± para conectar a Camps ¡°en pleno Amazonas¡±. O cuando le prohibieron decir que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero hab¨ªa anunciado el cheque-beb¨¦ y un sinf¨ªn de situaciones impropias de un territorio de la Uni¨®n Europea.
Ayer, M¨¢rmol, que trabaja en la delegaci¨®n de Nou (antes Canal 9) en Madrid, explic¨® a EL PA?S que su tuit ¡°en ning¨²n caso era una justificaci¨®n¡±: ¡°Es lo que pensaba y ten¨ªa ganas de compartirlo¡±. No pensaba que su mensaje ¡°fuera a volar¡± y a tener tanta repercusi¨®n, pero ya que sucedi¨® as¨ª quiso dejar claro que lo que ella expresaba ¡°ha sido denunciado much¨ªsimas veces por el comit¨¦ de redacci¨®n¡±. ¡°No hemos estado callados hasta ahora, lo que pasa es que nadie nos escuchaba¡±, refiri¨®, sin olvidar que muchas de esas situaciones se publicaron en este peri¨®dico.
La periodista reconoci¨® que hac¨ªa tiempo que quer¨ªa dejar RTVV por esa causa. Cuando se present¨® el ERE solicit¨® adherirse: ¡°Porque no comparto los valores de esta empresa ni la forma que tiene de funcionar¡±. Pero se lo denegaron. Su puesto de trabajo estaba en la delegaci¨®n de Madrid y el expediente se aplicaba sobre la Comunidad Valenciana. Hasta ese momento, y en la medida que pod¨ªa, se ¡°rebelaba siempre¡±. ¡°Hace a?os que no firmo un v¨ªdeo. Prefer¨ªa hacer los directos, porque eres t¨² quien prepara el texto y nadie te lo puede revisar ni corregir¡±. Pero a menudo, tras los directos recib¨ªa una llamada de ¡°eso no ha gustado¡± o ¡°eso te he dicho que no lo digas¡± o ¡°ya te hab¨ªa dicho 20 veces que dijeras ajustes y no recortes¡±. M¨¢rmol tiene muy claro ¡°qui¨¦nes son los responsables, los que daban las ¨®rdenes y tramaron toda esta estrategia¡± de control de la informaci¨®n. La manipulaci¨®n en Canal 9 ¡°era un secreto a gritos¡±. Todo el mundo lo sab¨ªa, por lo que lamenta ¡°la hipocres¨ªa¡± de quienes ahora se rasgan las vestiduras.
Otro testimonio de c¨®mo funcionaba el sistema lo ofrece el periodista Vicent G. Dev¨ªs, que durante varios a?os ocup¨® la delegaci¨®n de Bruselas, adonde llegaban algunos miembros del Gobierno valenciano ¡°en limusinas¡± o ¡°aviones privados¡± y alg¨²n director general le ordenaba: ¡°S¨¢came dos planitos y que no se entere el conseller¡±. Seg¨²n su relato, los miembros del Gobierno se hac¨ªan grabar ante el Parlamento o la sede de la Comisi¨®n Europea para dar sensaci¨®n de que resolv¨ªan asuntos importantes y, en realidad, ¡°no les recib¨ªa ni el comisario correspondiente¡± y ten¨ªan que entregar sus escritos a un ujier. ¡°Me tomaban por un empleado suyo. Tuve que soportar una presi¨®n terrible todos esos a?os para no perder la dignidad¡±, lamenta.
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