El Sergas capta a sanitarios para que recorten gasto a cambio de incentivos
M¨¦dicos y enfermeros formar¨¢n unidades que, bajo un mando a dedo, decidir¨¢n qu¨¦ se compra El Gobierno central permite que estos departamentos sean privatizados
A finales del pasado julio, con el pa¨ªs conmocionado por el descarrilamiento mortal del Alvia, en La Moncloa y en el Bolet¨ªn Oficial del Estado se daban dos pasos cruciales para el futuro de la sanidad p¨²blica. El presidente Mariano Rajoy firm¨® esos d¨ªas un pacto con organizaciones de profesionales sanitarios para impulsar las llamadas unidades de gesti¨®n cl¨ªnica, unos departamentos que estar¨¢n integrados por m¨¦dicos, enfermeros y administrativos voluntarios que se encargar¨¢n de reorganizar la asistencia sanitaria y recortar el gasto en hospitales y ambulatorios a cambio de incentivos salariales. Al mismo tiempo, el BOE recog¨ªa una sigilosa modificaci¨®n normativa que permite que esos mismos trabajadores puedan dejar de ser funcionarios cuando esas unidades que decidir¨¢n c¨®mo y en qu¨¦ se gasta el dinero no sean 100% p¨²blicas y tomen la forma de fundaciones, consorcios o empresas sometidas a derecho privado. La Conseller¨ªa de Sanidade se ha puesto manos a la obra para extender el modelo en Galicia prometiendo que estos departamentos nunca se privatizar¨¢n, mientras en sindicatos y colegios m¨¦dicos cunde la alarma.
?Debe un m¨¦dico que decide si prescribe o no un caro tratamiento recibir pluses por reducir costes en su servicio? La Agrupaci¨®n M¨¦dica de CIG-Sa¨²de considera ¡°deontol¨®gicamente inaceptable¡± que se liguen los incentivos de los profesionales del Sergas al ahorro en vez de a resultados relacionados con la salud de los pacientes. Al director de Asistencia Sanitaria del Servizo Galego de Sa¨²de (Sergas), F¨¦lix Rubial, sin embargo, ni se le pasa por la cabeza que un facultativo pueda verse condicionado por estos pluses. ¡°Estoy convencido de que los m¨¦dicos no tendr¨¢n esa tentaci¨®n. Pongo la mano en el fuego por ellos¡±, afirma Rubial, quien subraya que para que se repartan los pluses salariales ¡°se deber¨¢ alcanzar un m¨ªnimo muy exigente de calidad asistencial¡± que se medir¨¢ con encuestas a los pacientes y a los propios trabajadores.
El Sergas resta importancia a los incentivos que percibir¨¢ el personal de estas unidades por ahorrar y considera un ¡°error¡± pensar que este es su principal objetivo. Rubial subraya que lo que pretende la Xunta es implantar una nueva manera de organizar los servicios asistenciales que aumente su calidad, mejorando la coordinaci¨®n entre las especialidades m¨¦dicas para ¡°centrarse en el paciente¡± e implicando a los profesionales ¡°en las decisiones de gasto¡± para que ¡°se autorresponsabilicen¡±. ¡°Nosotros defendemos la gesti¨®n cl¨ªnica como implicaci¨®n de los profesionales en la gesti¨®n de los recursos, preocupaci¨®n por la eficacia, buena coordinaci¨®n en la asistencia, etc¨¦tera¡±, replica el portavoz de la Agrupaci¨®n M¨¦dica de CIG-Sa¨²de, Francisco Vizoso. ¡°?Pero por qu¨¦ el PP le llama as¨ª si solo quiere ahorrar costes? La gesti¨®n cl¨ªnica est¨¢ bien pero la tienen que aplicar los que creen en la sanidad p¨²blica¡±.
Vizoso ve detr¨¢s de este modelo de gesti¨®n cl¨ªnica una artima?a de los responsables pol¨ªticos del PP para endosar a los empleados del Sergas la responsabilidad de los recortes en la sanidad p¨²blica. A este temor se adhiere el presidente del Colegio de M¨¦dicos de Pontevedra, Luis Campos, quien reclama que el cambio organizativo conlleve la supresi¨®n de cargos directivos en el Sergas, una medida, subraya, que s¨ª proporcionar¨ªa un gran ahorro, pues el margen de reducci¨®n de gastos en hospitales y ambulatorios ya es hoy en d¨ªa ¡°corto¡±.
El ofrecimiento del Sergas a sus trabajadores para que se integren en estas unidades ha provocado un revuelo en los centros sanitarios gallegos. Los sindicatos est¨¢n celebrando reuniones para alertar a los profesionales de que se trata de un caramelo envenenado que puede poner en peligro su estatus laboral. Sanidade est¨¢ a punto de aprobar un decreto que regular¨¢ el funcionamiento de estas unidades de gesti¨®n cl¨ªnica, un texto que establece que no tendr¨¢n ¡°entidad jur¨ªdica propia¡± (es decir, no tomar¨¢n la forma de fundaciones, consorcios o empresas p¨²blicas) y que los m¨¦dicos o enfermos que entren en ellos lo har¨¢n voluntariamente y no tendr¨¢n que dejar de ser funcionarios. Estas disposiciones despejan en principio los fantasmas de la privatizaci¨®n de las unidades, pero la conseller¨ªa ya ha admitido que quiz¨¢s tenga que modificar pronto la norma para adaptarse al futuro decreto del Ministerio de Sanidad sobre el mismo asunto. Y de ah¨ª vienen los temores de los sindicatos. ¡°Hay un riesgo, casi una certeza, de que estas ¨¢reas pasar¨¢n a tener entidad jur¨ªdica propia, cre¨¢ndose fundaciones o consorcios con una m¨ªnima participaci¨®n del Sergas y el resto, capital privado. Y ah¨ª solo tiene cabida el personal laboral¡±, explica el sindicato m¨¦dico CESM-Galicia.
El Sergas asegura que, aunque los cambios normativos del Gobierno central permitan privatizar estas unidades, la Xunta no lo har¨¢. ¡°La normativa b¨¢sica del Estado abre esa posibilidad, pero en Galicia no la contemplamos¡±, afirma el director de Asistencia Sanitaria, que esgrime como ¡°elemento de tranquilidad¡± una resoluci¨®n aprobada por el Parlamento gallego con los votos del PP para que estas unidades tengan una gesti¨®n 100% p¨²blica. Desde el Colegio de M¨¦dicos de Pontevedra desconf¨ªan: ¡°La promesa no sirve. Este popurr¨ª normativo no nos da garant¨ªas suficientes para estar tranquilos. Siempre tendremos la espada de Damocles encima¡±, advierte el presidente de la entidad.
La ¨²nica experiencia que puede dar pistas sobre c¨®mo funcionar¨¢n estas unidades se ha ensayado en el Servicio de Psiquiatr¨ªa del hospital de Ferrol donde Sanidade ha desarrollado un proyecto piloto. En este caso se otorg¨® un enorme poder a los directores, unos cargos de libre designaci¨®n que, como recoge el borrador de decreto de Sanidade, ¡°podr¨¢n ser cesados discrecionalmente¡±. Ser¨¢n ellos quienes propondr¨¢n la ¡°contrataci¨®n de bienes y servicios¡±, supervisar¨¢n todas las peticiones de material y controlar¨¢n la pol¨ªtica de personal (a qui¨¦n se contrata, qui¨¦n disfruta de un permiso o qui¨¦n es sustituido). ¡°El director es el que ejerce la labor de liderazgo¡±, justifica F¨¦lix Rubial. El Colegio de M¨¦dicos de Pontevedra reclama que este mando no sea elegido a dedo sino por un concurso de m¨¦ritos y alerta de los conflictos que se crear¨¢n cuando esta figura no coincida con la del jefe de servicio.
En Psiquiatr¨ªa de Ferrol el 30% del ahorro se destina a dos tipos de incentivos: un 80% a pluses salariales y el resto a inversiones y equipamiento de la propia unidad. Fuentes conocedoras de la experiencia afirman que la principal fuente de reducci¨®n de gasto son los recortes en la sustituci¨®n de personal. El Sergas, por su parte, destaca que se redujeron las hospitalizaciones y se aument¨® la ¡°calidad de las prescripciones¡± con m¨¢s gen¨¦ricos y menos variaciones entre los tratamientos recetados por los facultativos.
El pr¨®ximo servicio que comenzar¨¢ a funcionar como una unidad de gesti¨®n cl¨ªnica es el ?rea de C¨¢ncer del hospital de Ourense, en la que est¨¢ a punto de firmarse el acuerdo de funcionamiento. Debido a la pol¨¦mica que ha provocado el proyecto, el Sergas ha decidido implantar estas ¨¢reas solo en ambulatorios o servicios hospitalarios en los que la propuesta sea recibida por los trabajadores con ¡°convencimiento¡±. ¡°Tenemos que ser selectivos porque este proyecto necesita liderazgo, vocaci¨®n y voluntariedad¡±, esgrime el responsable de Asistencia Sanitaria. ¡°La gente que se adhiera tiene debe estar plenamente convencida de dar el paso¡±.
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