Alicante, para¨ªso y trampa para los delincuentes extranjeros
La polic¨ªa ha detenido en 2013 en la provincia a 38 personas con reclamaciones internacionales
El inspector Jos¨¦ Luis Fajardo est¨¢ relatando al periodista una serie de investigaciones policiales sobre ciudadanos europeos reclamados por la justicia de otros pa¨ªses cuando le suena el m¨®vil. Alguien al otro lado del aparato le comunica un mensaje y el inspector pone patas arriba a su unidad: ¡°?El ingl¨¦s! ?R¨¢pido, est¨¢ en el gimnasio de la calle Gerona!¡±, exclama mientras tres de sus compa?eros salen pitando hacia la c¨¦ntrica y comercial calle de la capital alicantina en busca de un supuesto estafador. Lejos de acabar con la entrevista, el inspector vuelve a sentarse y tranquilamente prepara los papeles del futuro detenido, reclamado por la justicia belga. La escena no es rara, ocurre con cierta frecuencia.
El ingl¨¦s se convertir¨¢ en breve en el ciudadano extranjero n¨²mero 38 que se detiene en la provincia alicantina en lo que va de a?o por tener una OEDE (orden europea de detenci¨®n y entrega). No es casual que sea en Alicante, el Ministerio de Interior la considera ¡°destino proverbial¡± de este tipo de delincuentes internacionales, gente que busca desaparecer. No es que la provincia sea un nido de v¨ªboras. Entre enero y septiembre de 2013 la criminalidad ha descendido un 5,3% en la provincia, aunque supere en dos puntos a la media nacional; pero s¨ª es un buen lugar para esconderse para un extranjero por su gran poblaci¨®n flotante for¨¢nea. Es la segunda provincia con m¨¢s residentes de la Uni¨®n Europea despu¨¦s de Madrid: 272.644 europeos. En mitad de Benidorm, uno puede sentirse como si estuviera en Gran Breta?a. Igual que en muchas de las macrourbanizaciones cercanas a peque?as poblaciones donde se han establecido colonias for¨¢neas, zonas que suelen escapar al radar habitual de la Polic¨ªa Nacional. ¡°Un ucraniano canta en Soria (Castilla-Le¨®n); en Torrevieja, no. Se puede esconder entre chalets y chalets, es uno m¨¢s¡±, resume el inspector Fajardo, jefe del Grupo de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV, antiguamente conocido como Homicidios). Suman m¨¢s del 80% de las detenciones internacionales en la provincia.
En los ¨²ltimos a?os en distintas localidades de la provincia se ha detenido desde miembros de Al Qaeda hasta criminales de guerra como Veselin Vlahovic, El Monstruo de Grbavica, reclamado por genocidio en la guerra de los Balcanes. Este a?o las detenciones est¨¢n siendo menos sonadas pero a un ritmo de casi cuatro detenidos por mes. Caen desde polacos a alemanes, pasando por rumanos, albaneses y otras nacionalidades, algunas tan excepcionales como la mauritana. Unos son falsificadores tranquilos, otros atracadores, otros homicidas peligrosos, agresores sexuales, traficantes de droga, etc. El abanico es amplio: los dos primeros chinos detenidos con una orden internacional de la justicia china cayeron en Alicante capital este a?o. En los informativos de televisi¨®n se pudo ver en mayo a Andrew Terence Moran, buscado en Inglaterra por asalto a furg¨®n blindado, intentando escapar en un chalet de Calpe con cuatro polic¨ªas detr¨¢s. Tambi¨¦n hay espa?oles entre los detenidos, como es el caso de un grafitero reclamado por Londres, pero son los menos. ¡°No todo es labor represiva, lo peor es cuando detienes a alguien que va con un menor¡±, explica el oficial Luis Miguel Lorente, tambi¨¦n en el grupo. Relata varios sucesos en los que los reclamados ten¨ªan menores a su cargo como en los casos de una brit¨¢nica con tres hijos o una pareja de alemanes requeridos en su pa¨ªs por robo con violencia que hab¨ªan huido a Alicante con la hija de la mujer. ¡°Hay que preocuparse tambi¨¦n de que los menores acaben en a buen resguardo¡±, apunta el polic¨ªa.
¡°Entre D¨¦nia y Benidorm, toda La Marina Alta y la zona de Torrevieja y Orihuela Costa son puntos calientes¡±, contin¨²a Fajardo. Pero, a juzgar por la labor de su equipo, Alicante no es tan buen lugar para el retiro criminal. Piotr Marcin Marciniak, detenido en un chalet de lujo entre Benitatxell y Benissa, es un claro ejemplo: con cinco ¨®rdenes de detenci¨®n de varios pa¨ªses por homicidio y tr¨¢fico de hero¨ªna este polaco de 43 a?os se pas¨® tres en un chalet de lujo. ¡°Encontramos su casa y la vigilamos durante un a?o¡±, recuerda el inspector, ¡°pensamos que caer¨ªa en una visita a su mujer y resulta que estaba dentro. Era un jefe de organizaci¨®n, mentalmente muy duro. En el coche, ya detenido, se relaj¨® y nos lo cont¨® todo. Ni sal¨ªa, ni llamaba por tel¨¦fono¡±.
La detenci¨®n de Marciniak tras tres a?os de persecuci¨®n es la guinda de todo un proceso de colaboraci¨®n policial que se repite en cada detenci¨®n de este tipo. Entes como Interpol o Europol emiten la OEDE y el grupo de Localizaci¨®n de Fugitivos, con sede en Madrid, pasa la informaci¨®n a la comisaria alicantina, donde se coteja con bases de datos y entrevistas con vecinos de la zona donde podr¨ªa estar el perseguido. A partir de aqu¨ª, a echar las redes: se vigila, se deja el tel¨¦fono a fuentes que inspiren confianza y as¨ª hasta que salte la liebre. ¡°Aqu¨ª no hay horas, yo he tenido que saltar de la cama a las seis de la ma?ana y reunir a los compa?eros. Es mucho trabajo, mucha constancia¡±, asegura Fajardo.
Y la liebre salt¨® cuando recibi¨® una llamada desde el gimnasio de la calle Gerona. Quince minutos despu¨¦s de que sus compa?eros salieran corriendo hacia all¨ª, suena un mensaje en el m¨®vil del inspector y sonr¨ªe: ¡°Otro que ha ca¨ªdo¡±. Ense?a la foto del estafador ingl¨¦s, un pelirrojo del que se advierte que no tiene pinta de mal tipo a primera vista. ¡°Una buen¨ªsima persona¡±, aclara con iron¨ªa Fajardo, ¡°buscada por estafa y blanqueo¡±. La polic¨ªa le ha sorprendido en pantal¨®n corto y gafas de sol a las puertas de un gimnasio de lujo, a punto de hacer footing por el paseo de la playa a 28 grados en pleno noviembre. Tiene poco m¨¢s de 30, parece un erasmus m¨¢s de los que se pasean por el centro disfrutando del sol y la playa, pero con un mill¨®n y pico de euros escondidos. ¡°?Cu¨¢nto falta para la comisar¨ªa? ?Cu¨¢nto falta?¡±, repet¨ªa de camino a la delegaci¨®n policial. ¡°No se qued¨® contento hasta verla¡±, dice el oficial Lorente, que particip¨® en la detenci¨®n. Muchos llegan a Alicante con cuentas pendientes: le han dado el palo a alg¨²n compa?ero que acab¨® en prisi¨®n o estafado a la persona equivocada. Algunos viven con miedo, constantemente con la mosca tras la oreja. ¡°Tienen mucho dinero pero algunos viven como perros, escondidos por si les dan matarile¡±, sentencia otro de los agentes que han detenido al estafador. En Alicante no solo les espera un apacible retiro criminal frente al Mediterr¨¢neo.
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