Sin culpables por el ¡®Prestige¡¯
La Audiencia de A Coru?a absuelve del delito medioambiental a todos los acusados Solo el capit¨¢n recibe una pena de nueve meses por desobediencia
Diez a?os de investigaci¨®n judicial, nueve meses de juicio y, al final, la mayor causa jam¨¢s instruida en Espa?a por un delito medioambiental, la cat¨¢strofe del Prestige, se resuelve con una ¨²nica condena: la del anciano capit¨¢n del barco, el griego Apostolos Mangouras, por un delito de desobediencia grave a las autoridades espa?olas. Tard¨® tres horas en aceptar el remolque del buque, en apuros y vertiendo fuel, cuando sufri¨® el accidente ¡ªdel que este mi¨¦rcoles se cumplieron 11 a?os¡ª frente a las costas gallegas.
Pero el principal acusado por uno de los mayores desastres ecol¨®gicos ocurridos en Europa ha sido exonerado de cualquier otra responsabilidad por la gigantesca marea negra que ti?¨® de luto m¨¢s de 2.000 kil¨®metros de costa del norte espa?ol y del oeste franc¨¦s. Queda tambi¨¦n exculpado el jefe de m¨¢quinas del buque, Nikolaos Argyropoulos. Los dos marinos griegos no actuaron, determina la sentencia hecha p¨²blica por la Audiencia Provincial de A Coru?a, ¡°ni con imprudencia, ni de forma dolosa al asumir una navegaci¨®n arriesgada¡± al mando de un petrolero de 26 a?os, en mal estado y cargado con 77.000 toneladas de fuel.
Libre de toda culpa queda adem¨¢s el Estado espa?ol, gracias la total absoluci¨®n del tercer acusado, el exdirector de Marina Mercante Jos¨¦ Luis L¨®pez-Sors. Fue incluso, considera el tribunal, ¡°v¨ªctima y afectado del desastre que trat¨® de solucionar¡± como m¨¢xima autoridad mar¨ªtima en aquel momento. No hubo tampoco por su parte ni actuaci¨®n imprudente ni dolosa. Es la primera vez que el Estado, a la vez demandante y acusado en este juicio ¡°largo y ¨¢rido¡±, queda eximido de toda responsabilidad penal y civil en un accidente causado por un petrolero en aguas espa?olas.
Pero quienes s¨ª pueden tenerla, desde el punto de vista civil, son algunas partes del escurridizo entramado empresarial del Prestige, concretamente su armadora, Universe Maritime, y la firma que expidi¨® su ¨²ltimo certificado de navegabilidad, la clasificadora American Bureau of Shipping (ABS). La justicia fue incapaz de sentar a ninguna de esas dos sociedades en el banquillo. Espa?a se gast¨®, en vano, 30 millones de euros en intentar llevar a pleito a la sociedad estadounidense, uno de los l¨ªderes mundiales en su sector. La Audiencia coru?esa, al considerar m¨¢s que probado que el viejo petrolero estaba en tan malas condiciones que nunca tendr¨ªa que haber obtenido, salvo de forma fraudulenta, los permisos para navegar, dictamina que ¡°solo se podr¨¢ exigir la oportuna responsabilidad civil¡± por la cat¨¢strofe a ABS y a la armadora, con sede en Atenas aunque desaparecida para las autoridades espa?olas.
La sentencia es muy contundente en cargar las tintas sobre la falta total de ¡°honradez¡± de la clasificadora, ¡°una empresa privada que controla nada menos que la posibilidad de navegaci¨®n mercante en gran parte del mundo, una actividad sumamente lucrativa que gestiona un enorme poder y que ha de responder en consecuencia¡±. Tanto las inspecciones como reparaciones del petrolero antes de su fat¨ªdica ¨²ltima traves¨ªa fueron muy deficientes. Y si bien el fallo considera imposible determinar la causa exacta de la ¡°aver¨ªa extraordinaria¡± que sufri¨® el barco cuando navegaba frente a Fisterra, da por probado ¡°un fallo estructural¡± en el viejo petrolero, muy desgastado y m¨¢s apto para la chatarra que para transportar fuel.
Mucho m¨¢s ben¨¦volo, e incluso elogioso, es el tribunal con la gesti¨®n de la crisis por parte del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, por muy cuestionada que fuera social y pol¨ªticamente. Cierto es, dicen los tres magistrados del tribunal, que se apreci¨® ¡°falta de rigor en la gesti¨®n administrativa y formal de la crisis¡±. Pero no se demostr¨® que ¡°tuviese incidencia alguna en el agravamiento¡± de la cat¨¢strofe. Y en todo caso era a responsables del Gobierno de m¨¢s alto rango que L¨®pez-Sors a los que hab¨ªa que exigir ese ¡°rigor exquisito¡± en la gesti¨®n. ¡°Resulta poco convincente que esa responsabilidad no dependiese directamente de otras autoridades tan o mejor asesoradas que el acusado y con posibilidad de influir en que la crisis y su resoluci¨®n sea mucho m¨¢s r¨¢pida y eficaz¡±.
Pero el exalto cargo del Ministerio de Fomento fue el ¨²nico representante de la Administraci¨®n imputado en el juicio. Y no actu¨® con negligencia, afirman los magistrados. Concluyen que la orden de alejar lo m¨¢s posible de la costa al petrolero herido y vertiendo fuel fue la m¨¢s adecuada y ¡°prudente¡±. ¡°No es que no se contase con asesoramiento, que lo hubo y extraordinariamente competente¡±, razona la Audiencia. Tampoco hab¨ªa alternativas viables sin riesgo, como llevarlo a una zona de refugio. Hubiese resultado ¡°catastr¨®fico¡± que se hundiera cerca del litoral. ¡°No impuso ning¨²n rumbo suicida¡± al Prestige, que estuvo seis d¨ªas escupiendo fuel por el litoral gallego, de norte a sur, antes de partirse y zozobrar. ¡°La decisi¨®n fue consciente, meditada y en gran parte eficaz dentro del desastre¡±, sentencia el tribunal. Y a?ade: ¡°La Administraci¨®n lo gestion¨® con profesionalidad, adecuaci¨®n y en condiciones muy desfavorables¡±.
El fallo judicial avala y defiende la famosa orden de L¨®pez-Sors, nada m¨¢s ocurrir el siniestro, de llevar mar adentro el nav¨ªo ¡°hasta que se hunda¡± y que luego se intentase recuperar el fuel dentro del pecio. Sostiene el tribunal, como prueba de que fue lo m¨¢s adecuado, la recuperaci¨®n econ¨®mica y ambiental del litoral afectado. No hay datos que demuestren la ¡°persistencia¡± de los da?os, destaca. Galicia, a?ade, sufri¨® ya tres cat¨¢strofes provocadas por petroleros. Y se recuper¨® del todo. Mangouras, de 78 a?os, no volver¨¢ la c¨¢rcel. Ya estuvo tres meses de forma preventiva, detenido nada m¨¢s desembarcar del petrolero, el 15 noviembre de 2002. Su condena a nueve meses de prisi¨®n es por un delito de desobediencia grave, pero no cabe pedirle responsabilidad alguna por la marea negra, advierte el tribunal, porque su actuaci¨®n no agrav¨® el desastre.
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