La Comunidad ha capturado m¨¢s de 400 mapaches en los ¨²ltimos seis a?os
La especie invasora prolifera en el Parque Regional del Sureste, donde se ha hecho fuerte
Miko, el mapache de apariencia entra?able que en las Navidades de 1995 se puso de moda como mascota a ra¨ªz de la pel¨ªcula Pocahontas, de la factor¨ªa Disney, se ha terminado convirtiendo en una amenaza para la fauna aut¨®ctona de Madrid. El Gobierno regional ha capturado 407 ejemplares del mam¨ªfero norteamericano desde 2007. La Comunidad no especifica cu¨¢ntos de ellos ha matado. ¡°La prioridad es donarlos a zool¨®gicos, no solo madrile?os como es el caso de Faunia, sino de toda Espa?a. A los mapaches que est¨¢n enfermos o que, por ejemplo, han sido atropellados se les eutanasia¡±, explica una portavoz. De todas formas, algunos se han convertido en residentes permanentes del Centro de Recuperaci¨®n de Animales Silvestres (CRAS) de la Comunidad en Soto de Vi?uelas, con capacidad para 3.000 animales.
Lo que empez¨® siendo como un ¡°peligro potencial¡± seg¨²n el Ejecutivo auton¨®mico, con 15 individuos apresados en 2007, se ha convertido en un serio problema para el ecosistema, con un pico de capturas de 188 ejemplares en 2012, de acuerdo con los censos realizados y la informaci¨®n disponible. ¡°Los mapaches viven cinco a?os de media, as¨ª que los animales capturados son descendientes de los que, o bien fueron abandonados en la naturaleza cuando dejaron de ser cachorros, o se escaparon¡±, apunta el consejero de Medio Ambiente y Ordenaci¨®n del Territorio, Borja Sarasola, que destaca la habilidad que tienen estos carn¨ªvoros para abrir jaulas.
De los m¨¢s de 400 mapaches, 242 proced¨ªan del Parque Regional del Sureste, que en menos de dos d¨¦cadas se ha convertido en la base de los mapaches asilvestrados de la regi¨®n. ¡°Se han hecho fuertes all¨ª, en un entorno salvaje y que adem¨¢s destaca como ecosistema acu¨¢tico¡±, contin¨²a Sarasola, que subraya c¨®mo desplazan de su entorno a las nutrias, al formar n¨²cleos familiares de 15 a 20 individuos. Adem¨¢s de su agresividad, el consejero resalta que su dentellada es un transmisor potencial de la rabia y otras enfermedades. ¡°Pocahontas ha hecho mucho da?o¡±, sentencia.
¡°Estamos ante un problema de salubridad y un peligro para las especies aut¨®ctonas que no se ha atajado durante casi 20 a?os y ahora entran las prisas. No hay una estrategia para solucionar esta situaci¨®n... Lo que comenz¨® como una an¨¦cdota, se ha convertido en una amenaza real¡±, critica Gabriel L¨®pez, diputado regional de UPyD. ¡°Actualmente existen un conjunto de acciones planificadas que se iniciaron en 2007 en el Parque Regional del Sureste para el control de la especie mediante el trampeo selectivo de ejemplares asilvestrados¡±, replica la Comunidad, que desconoce el n¨²mero de mapaches en la regi¨®n.
El Ejecutivo auton¨®mico opt¨® por un plan notablemente m¨¢s amplio en 2012, ya abarcando toda la regi¨®n, y un objetivo de lo m¨¢s contundente: ¡°Actuaciones de control y posible erradicaci¨®n del mapache de nuestro medio natural¡±. Antes de la ¡°extracci¨®n¡± de individuos de esta especie invasora, el Gobierno regional mantiene reuniones peri¨®dicas con el Ministerio de Agricultura, Alimentaci¨®n y Medio Ambiente y las comunidades aut¨®nomas lim¨ªtrofes.
Ya sobre el terreno, el Ministerio, a trav¨¦s de la Subdirecci¨®n General de Medio Natural, contribuye con ¡°dos patrullas especialistas unipersonales¡±. Cada una cuenta con veh¨ªculo propio y material de captura y manejo. Los guardas y agentes medioambientales de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Tajo participan tambi¨¦n en las labores de detecci¨®n. Por parte de la Comunidad intervienen en la busca y captura de mapaches el cuerpo de agentes forestales y personal del Imidra y de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente y Ordenaci¨®n del Territorio.
La propagaci¨®n de esta especie invasora y otras de car¨¢cter ex¨®tico como la cotorra argentina y la de Kramer ¡ªvendidas sin problema como mascotas hasta diciembre de 2011¡ª, llev¨® a la Comunidad a aprobar el pasado julio la ¡°captura y muerte de cualquier ejemplar¡±. La Consejer¨ªa de Medio Ambiente y Ordenaci¨®n del Territorio regul¨® entonces unas ¡°medidas de lucha¡±, con la eliminaci¨®n de las especies referidas como objetivo, v¨¢lidas ¡°durante la pr¨¢ctica de cualquier actividad cineg¨¦tica autorizada, incluidas las contempladas durante el periodo h¨¢bil de caza¡±. Adelant¨¢ndose a los tediosos tr¨¢mites burocr¨¢ticos, la caza de mapaches se ampliaba a los 179 municipios de la regi¨®n ¡°todo el a?o y en todos los terrenos sobre los que ostenten su titularidad o administraci¨®n¡±.
La erradicaci¨®n del mam¨ªfero norteamericano es exclusiva del personal municipal o de las empresas contratadas para combatir los mapaches. Y no vale todo: no se puede emplear veneno para matarlos y se tiene que actuar de forma ¡°selectiva¡±, sin afectar al resto de flora y fauna. La captura con armas de fuego requiere la autorizaci¨®n de la consejer¨ªa. Un ciudadano que no disponga de un permiso de caza no puede participar en las labores de combate a los invasores, exclusiva del personal municipal o de las empresas contratadas para su erradicaci¨®n. Los operarios "no podr¨¢n llevar a cabo actuaciones con m¨¦todos de control qu¨ªmicos o no selectivos". Esto es, no pueden emplear veneno y deben acotar sus objetivos.
La Comunidad subraya que, adem¨¢s, ha realizado ¡°campa?as de captura¡± de gal¨¢pagos de Florida y de vis¨®n americano, otras especies invasoras.
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