No con Rita

El Cabanyal ha sufrido por obra y gracia de los desprop¨®sitos urban¨ªsticos de Rita Barber¨¢ un largo tiempo de da?o y dolor que no conoc¨ªa desde tiempo inmemorial. A pesar de su probada capacidad para superar incendios, inundaciones, temporales, bombardeos, la agresi¨®n a que le ha sometido Barber¨¢ est¨¢ dejando una huella si cabe m¨¢s profunda y dolorosa que las anteriores porque no solo afecta a las viviendas de sus habitantes sino a su propia estima y a su cohesi¨®n ciudadana.

En la medida en que ha podido, durante m¨¢s de una d¨¦cada, Barber¨¢ ha infligido da?o y dolor a El Cabanyal, a trav¨¦s de su irresponsable idea de prolongar la avenida de Blasco Ib¨¢?ez, gestionada por sociedades p¨²blico-privadas cuya acci¨®n ha ido poco a poco desembocando en la destrucci¨®n sin sentido del patrimonio arquitect¨®nico.

El humillante varapalo que el Gobierno de Rajoy le ha propinado, dejando sin respaldo la grotesca ley de Camps que trataba de revocar la protecci¨®n que le hab¨ªa sido otorgada por la Declaraci¨®n como Bien de Inter¨¦s Cultural de 1993 del presidente Lerma y que fue corroborada por la orden de la ministra Sinde, no ha podido por ahora doblegar a Barber¨¢, incapaz de reconocer los l¨ªmites de la realidad, ofuscada por su sentido mesi¨¢nico del mandato electoral. Ahora, de forma silenciosa, casi clandestina, las Cortes Valencianas retirar¨¢n del panorama jur¨ªdico la Ley Camps, cumpliendo lo acordado en Madrid.

Pero Barber¨¢ no acierta a ver que ya no tiene el apoyo de los suyos, ni de la judicatura, ni de la intelectualidad, ni de los vecinos libres y aut¨®nomos, y se aferra a su sill¨®n, ignorando la literalidad de cuanto se ha convenido a sus espaldas: la protecci¨®n de El Cabanyal es prioritaria, la prolongaci¨®n de la avenida, no.

El futuro de El Cabanyal ser¨¢ el que sab¨ªamos que ser¨ªa cuantos hemos participado en alguna de las etapas de este largo proceso, esto es, buscar en la matriz de su territorio las bases de su regeneraci¨®n no s¨®lo de su trama hist¨®rica sino de su acercamiento hasta el mar, sin olvidar que pertenece a un frente mar¨ªtimo que Barber¨¢ pretenden ordenar por piezas, desconociendo su sentido de totalidad.

Todo este planteamiento es y debe ser objeto de debate, as¨ª lo esperamos los ciudadanos de Valencia y amigos de El Cabanyal, pero es llegado el momento de decir que el camino a recorrer ser¨¢ largo, tal vez, dif¨ªcil, tal vez, pero imposible con Barber¨¢ al otro lado de la mesa.

?Vicente Gonz¨¢lez M¨®stoles es arquitecto