Realidades y enso?aciones de Bernardo Atxaga
El autor presenta su ¨²ltimo libro, 'Nevadako egunak'
Bernardo Atxaga lleva desde 2007 amasando piedras. Las piezas que componen su ¨²ltimo libro, Nevadako egunak (Los d¨ªas de Nevada, en castellano). El escritor compara su trabajo con el de Ferdinand Cheval, un cartero franc¨¦s que construy¨® un castillo con las piedras que se iba encontrando por el camino. "No sab¨ªa que forma iba a tener, iba colocando la piezas", explica el autor en referencia al cartero, despu¨¦s de la presentaci¨®n esta ma?ana de la obra en San Sebasti¨¢n. Y algo as¨ª es lo que ha hecho el propio escritor porque su ¨²ltimo libro se compone de una selecci¨®n de 150 relatos de los 250 que hab¨ªa preparado para el volumen y porque lo que empieza con una cr¨®nica, termina con una amalgama de distintos g¨¦neros.
Nevadako egunak, editado en euskera por Pamiela -el libro ver¨¢ la luz en castellano el pr¨®ximo a?o-, arranca con el relato que Atxaga hace de una estancia en Reno, Nevada (Estados Unidos), donde entre agosto de 2007 y junio de 2008, ejerci¨® de profesor. "La cr¨®nica poco a poco se va convirtiendo en novela. Lo que ven tus ojos, lo que oyes, las personas que conoces, pueden formar parte de esa cr¨®nica, pero al mismo tiempo est¨¢ el efecto que un lugar como Nevada, un sitio extra?o para m¨ª, produce en uno, en el esp¨ªritu de uno. Y ese choque revela en m¨ª, por ejemplo, un episodio olvidado, que estaba debajo del umbral de la consciencia", aclara Atxaga.
Las derivadas y sus consecuencias son las que siguen al relato en s¨ª de esa experiencia y es donde entran elementos diversos y dispares. Cuentos y ensayos, las piezas que Atxaga ha ido amasando hasta casi el d¨ªa de la publicaci¨®n -"hace 15 d¨ªas recort¨¦ ocho p¨¢ginas de un relato", ilustra-, y que surcan y retratan distintos escenarios y temas, sue?os y evocaciones, pero que a su vez guardan una coherencia entre s¨ª.
"Sab¨ªa que Obabakoak tendr¨ªa forma de cuento o que El hijo del acordeonista ser¨ªa una novela", ejemplifica Atxaga, que ha querido que este ¨²ltimo trabajo quede "fuera de g¨¦neros".
As¨ª, por ejemplo, recupera la figura de Paulino Uzcudun, "un personaje que siempre he llevado conmigo desde la infancia", del que ya "hab¨ªa sacado algo" en El hijo del acordeonista, pero del que desconoc¨ªa muchos aspectos. "Siempre hab¨ªa o¨ªdo hablar mal de ¨¦l. Entonces, voy a Reno, y en una librer¨ªa, ojeando un libro sobre boxeo, veo una foto de ¨¦l con Max Baer, que luego fue campe¨®n del mundo, iba a enfrentarse en un combate", cuenta Atxaga, que luego emprendi¨® la b¨²squeda del campo donde entrenaba y en el que ahora se levanta una iglesia construida por una secta. Un hilo del que Atxaga fue tirando y que ha desembocado "en la parte mejor resuelta del libro para m¨ª. Tres piezas sobre Paulino, la primera sobre su padre en el siglo XIX, la segunda sobre ¨¦l a principios del siglo XX y la ¨²ltima sobre su final, cuando muere en Madrid hace 20 a?os. Es un personaje que ya estaba en m¨ª, pero vuelve y as¨ª est¨¢ hecho todo el libro", resume el escritor.
Y a Uzcudun siguen o se entremezclan, por ejemplo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el primer texto escrito del libro a ra¨ªz de la recomendaci¨®n de una camarera, fan¨¢tica dem¨®crata, que recomienda al escritor ir al mitin de un "pol¨ªtico negro de Illinois, que va a llegar a presidente, cuando nadie conoc¨ªa a Obama", y sobre el que el volumen recoge tres piezas, la de su intervenci¨®n en Reno, "luego entra un sue?o sobre Obama y luego un perro que muerde a Obama", cuenta el autor. Pero tambi¨¦n est¨¢ en Nevadako egunak un sue?o que tiene a partir de la muerte de un amigo con el que intercambiaba correspondencia durante su estancia en Estados Unidos o la hospitalizaci¨®n de su padre.
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