Un ba?o con pestillo

1. Billares de Juan Guarner. Abierto desde los a?os 60, entre la anacr¨®nica decoraci¨®n aparece una fotograf¨ªa de Guarner, que fue campe¨®n del mundo de billar, recibiendo una menci¨®n de Franco. En ocasiones, una horda de coreanos lo llena y apuesta dinerales al p¨®quer. Juan Ruiz Guarner es muy amable, pero se pone serio si alguien se apoya en las mesas de billar. ¡°Se desequilibran¡±, dice, igual que les pasa a algunas personas. Tiene un toque clandestino; para encontrarlo hay que recorrer los aleda?os de Gran V¨ªa y buscar un portal con un timbre donde pone pool.

2. Arrebato. Es mi librer¨ªa favorita. Siempre encuentro ejemplares de Stephen King, un escritor que me fascina. Posee una colecci¨®n de poes¨ªa que compite con el Parnaso. Pepe, el due?o, organiza, una vez al a?o, un festival po¨¦tico y siempre est¨¢ enterado del panorama en verso de la capital. Cuando entro, siempre pregunto por mi amiga Ajo Micropoetisa. Lo hago aunque venga directo de su casa, que est¨¢ muy cerca. (Calle Palma, 21).

3. La v¨ªa de Villaverde Alto. La zona que rodea a las v¨ªas del Cercan¨ªas a la altura de Villaverde Alto es espeluznante. Cuando iba a la Universidad Carlos III en tren, me ensimismaba con esa zona franca, llena de f¨¢bricas ruinosas, grafitis y hormig¨®n. Un lugar perfecto para rodar una pel¨ªcula postapocal¨ªptica.

4. Cervecer¨ªa La Mayor. No existe ca?a mejor tirada que la que encuentras all¨ª, y para colmo hay un retrato del poeta Juan Carlos Su?¨¦n colgado en una pared. Est¨¢ en plena calle Mayor, frente a la plaza donde el anarquista Mateo Morral tir¨® una bomba envuelta en flores desde una terraza. Por debajo pasaba la carroza real con Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Era el d¨ªa de su boda. El tendido el¨¦ctrico desvi¨® el artefacto y los reyes salieron ilesos. (Calle Mayor, 77).

5. Edificio Espa?a. Este c¨ªclope, de 25 plantas, me fascina. Su fachada neobarroca, obra del arquitecto Juli¨¢n Otamendi, es impresionante. Fundado en 1953, lleva abandonado varios a?os. Alg¨²n d¨ªa, cuando sea un escritor suficientemente brillante, quiero escribir una novela sobre ese edificio. (Plaza de Espa?a, 5).

6. La Casa de los Espejos Retrovisores. Como reivindico la memoria, me gusta que exista en Madrid una tienda especializada en espejos retrovisores. Cada vez que paso por ah¨ª me pongo a curiosear en su incre¨ªble colecci¨®n. (Ronda de Toledo, 2).

7. Mes¨®n La Esquina de Eusebio. En Puerta del ?ngel, donde pas¨¦ a?os muy felices viviendo con Alejandro Garc¨ªa Ingrisano primero y luego con el escritor Manuel Astur, abre sus puertas este bar que salva de la inanici¨®n a los estudiantes pobres de provincias. Lo regenta una portuguesa con bigote, muy vivaracha, muy simp¨¢tica y que pone en la barra bandejas de canap¨¦s. En las paredes hay cabezas de jabal¨ª y obuses de la guerra. Quiz¨¢ por todo ello aparece en mi novela Siberia. (Calle de Caramuel, 16).

8. Pepe Botella. En este caf¨¦ he le¨ªdo, he escrito, he pensado, he bebido y hasta he follado. Cuando recalo en la ciudad es mi oficina en funciones. Todo el mundo sabe que para quedar conmigo hay que ir a este precioso bar; el ¨²nico donde no me fastidia pagar un imperio por un caf¨¦. Adem¨¢s, los cuartos de ba?o tienen pestillo. (Calle San Andr¨¦s, 12).

9. Embajada de Noruega. Esta peque?a oficina, un piso en Serrano, es funcional, desprovista de simbolog¨ªa y trabaja para expandir la cultura n¨®rdica. Un ejemplo que Espa?a deber¨ªa seguir. Las embajadas ayudan econ¨®micamente para traducir a los escritores noruegos. Me llev¨® por primera vez Kirsti Baggethun, traductora que me introdujo a Knut Hamsun; mi escritor favorito. (Serrano, 26).

10. El ?ngel Estrellado. Dicen que Madrid es la ¨²nica ciudad del mundo con una escultura del diablo, pero es mentira; Madrid es la ¨²nica ciudad del mundo con dos esculturas del diablo. A la altura del Mercado de San Miguel, si uno mira arriba y a la derecha, en una azotea se encontrar¨¢ el segundo ?ngel Ca¨ªdo. El del Retiro, aunque sufre amarrado a la serpiente, tiene suerte. El de Mayor est¨¢ estrell¨¢ndose de cabeza despu¨¦s de que Dios lo haya largado del Reino de los Cielos. (Esquina Calle Mayor y Calle de los Milaneses).