El traje se escapa del cuadro

La joven novia mira al frente ataviada con sus mejores guardapieses, mantellina blanca cubri¨¦ndole la cabeza, ramo de oropel prendido en la gorguera, abanico en mano. La lagarterana est¨¢ acompa?ada por dos mujeres y dos hombres, tambi¨¦n en sus mejores galas: traje de calz¨®n negro y camisa blanca que ajustan con una faja. Es el conocido boceto Tipos de Lagartera o Novia lagarterana, pintado por Joaqu¨ªn Sorolla en 1912, que saluda al visitante a la entrada de la exposici¨®n Fiesta y Color. La mirada etnogr¨¢fica de Sorolla, que se celebra en el Museo Sorolla hasta el pr¨®ximo 25 de mayo.

La muestra se adentra en la faceta de coleccionista del artista y es una buena excusa para visitar el museo y conocer con detalle los trajes t¨ªpicos de Espa?a, que, aunque ahora parezca imposible, un d¨ªa vistieron nuestros antepasados. Con este fin, los cuadros est¨¢n acompa?ados por unos impert¨¦rritos maniqu¨ªes ataviados con vestiduras similares a las que luc¨ªan los habitantes de los pueblos de varias provincias espa?olas, que el artista adquiri¨® durante los ocho a?os que destin¨® a recorrer la geograf¨ªa espa?ola. El encargo del norteamericano Archer M. Huntigton en 1911 para la biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York fue el punto de partida de este periplo.

La exposici¨®n re¨²ne alguna de estas pinturas con las piezas de vestuario que Sorolla adquiri¨® buscando ¡°una serie de paisajes de las provincias en las que se realzan los trajes t¨ªpicos¡±. Parte se conservaban en el Museo Sorolla y otras han sido donadas a la Fundaci¨®n Museo Sorolla por la familia Pons-Sorolla, que se exponen por primera vez. En total son 25 piezas de pintura (figuras y paisajes) y nueve conjuntos de indumentaria. Adem¨¢s, se exponen algunas de las joyas con las que se adornaban y una selecci¨®n de fotograf¨ªas y cartas. Durante estos a?os Sorolla adem¨¢s de pintar, se documenta, toma fotograf¨ªas y recopila trajes t¨ªpicos, joyas, y todo tipo de complementos. La comisaria de la exposici¨®n, Covadonga Pitarch, destaca el trabajo de recopilaci¨®n e investigaci¨®n que ha supuesto montar la muestra. ¡°La exposici¨®n se encuentra en la l¨ªnea que sigue el museo en cuanto a mostrar nuestras propias colecciones e investigar diferentes producciones del pintor¡±, declar¨® ayer Pitarch.

La exposici¨®n se divide en cuatro ¨¢mbitos: Castilla, Valencia, valles pirenaicos y Andaluc¨ªa. En la zona dedicada a Castilla, ¡°la regi¨®n que m¨¢s le emocion¨®¡±, seg¨²n palabras del artista recogidas por los organizadores de la exposici¨®n, aparecen, adem¨¢s de los trajes de Lagartera, otro de la Alberca y dos trajes de charra salmantina, que evocan la escena que se desarrolla en el ¨®leo Tipos de Salamanca y Novios salmantinos.

De Valencia, lugar del que siempre se sinti¨® Sorolla a pesar de vivir en Madrid, la muestra ofrece varios ¨®leos con escenas costumbristas, acompa?ados por el traje de fallera que perteneci¨® a su hija, Mar¨ªa Sorolla Garc¨ªa, adquirida antes de 1906. El traje est¨¢ acompa?ado por pendientes valencianos del siglo XIX y un aderezo de broche y pendientes del mismo siglo.

El periplo de Sorolla llev¨® sus pasos, tambi¨¦n en 1912, a los valles de Ans¨® (Huesca) y Roncal (Navarra). Al pintor le impacta el traje de ansotana, uno de los m¨¢s antiguos y singulares del pa¨ªs. Promete regresar y as¨ª lo hace en 1914. Durante sus estancias adquiri¨® una cantidad importante de indumentaria. El museo conserva dos basqui?as y una saig¨¹elo de Ans¨®, una camisa, varias escarapelas, churros (postizo para dar volumen al peinado) y una mantilla. Los vestidos ansotanos est¨¢n confeccionados de una pieza y son muy pesados. La basqui?a verde es el vestido m¨¢s ligero y pesa alrededor de cinco kilos.

El broche a la exposici¨®n lo pone la sala dedicada a Andaluc¨ªa, donde se expone Bailaora flamenca de 1914. A su lado, un traje que perteneci¨® a la bailaora Encarnaci¨®n L¨®pez, conocida como Argentinita, con un cuerpo inspirado en un mant¨®n de manila y una falda de tres volantes. El arte unido a la tradici¨®n m¨¢s popular.