La gata bajo el tejado de zinc
Carlota Subir¨®s ofrece una fiel versi¨®n de 'La rosa Tatuada', de Tennessee Williams
La rosa tatuada (The Rose Tatoo), que Tennessee Williams escribi¨® a primeros de los 50 en tres semanas desde el Hotel Col¨®n de Barcelona con Anna Magnani en mente, gira sobre el personaje protagonista de Serafina Delle Rose, una modista que vive con su marido y la hija de ambos en la comunidad siciliana de una poblaci¨®n estadounidense cercana a Nueva Orleans. Sobre Serafina y desde, hacia, por, seg¨²n e incluso contra ella; porque el marido no regresar¨¢ y la mujer, tras guardar luto riguroso durante tres a?os, descubrir que su santo var¨®n no era tan santo como cre¨ªa, superar sus propias contradicciones y la rigidez del entorno, sentir¨¢ renacer su deseo y se permitir¨¢ volver a disfrutar del sexo. Quiz¨¢s por la rapidez con que fue escrita, su estructura es un tanto dispersa; varias escenas se superponen a la trama principal para explicar los antecedentes de la misma, esa parte oscura del marido, y dotarla de ambiente, dilatando el desenlace. El contexto en el que la acci¨®n discurre es casi tan importante como la acci¨®n misma. La veintena de personajes secundarios que rodean a Serafina ocupan tanto o m¨¢s espacio en la obra como el que ocupa ella, y que no es poco, pues se trata de una mujer tan voluptuosa como rolliza. Por otro lado, el dramaturgo del Mississippi tambi¨¦n dijo que hab¨ªa concebido la obra como la celebraci¨®n dionis¨ªaca de la vida y esa experiencia de los sentidos no deb¨ªa ser solo sexual, por lo que admit¨ªa una lectura po¨¦tica.
LA ROSA TATUADA
De Tennessee Williams. Direcci¨®n: Carlota Subir¨®s. Teatre Nacional de Catalunya, Sala Gran. Barcelona, 12 de diciembre.
Teniendo todo esto en cuenta, la puesta en escena de Carlota Subir¨®s es tremendamente equilibrada y fiel al texto y a sus intenciones. El espacio que asigna a Serafina y al resto de los personajes es proporcional, pues mientras a ella la circunscribe en su caba?a de madera con techo de zinc y alrededores, el resto del enorme escenario de la Sala Gran del TNC es para los dem¨¢s personajes, que cantan o bailan y aparecen desde el fondo o los laterales acech¨¢ndola. No ha quitado ni una coma del texto original en la versi¨®n que ella misma ha hecho, al contrario, m¨¢s bien ha a?adido alguna cosa para clarificar alg¨²n t¨¦rmino ingl¨¦s o alguna acci¨®n que al espectador no le puede pasar por alto; respeta las acotaciones y el humor que de ellas se desprende; otorga el papel principal a una gran actriz como es Clara Segura, que aqu¨ª est¨¢ muy Magnani, muy explosiva y temperamental como gata en celo, cat¨®lica, apost¨®lica y siciliana, y deja los personajes secundarios en manos de int¨¦rpretes igualmente estupendos y eficaces. El envoltorio del montaje (proyecciones, sonidos como el palpitar del coraz¨®n de Serafina e incluso la reverberaci¨®n de las voces) aporta ese toque l¨ªrico al conjunto. Dir¨ªa que las ¨²nicas licencias que se concede Subir¨®s son el oportuno Sexual Healing de Marvin Gaye y los ritmos africanos con los que subraya la pulsi¨®n sexual de la protagonista.
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