Fuga en una noche de copas
El testigo protegido del caso estaba custodiado d¨ªa y noche por la polic¨ªa hasta que un d¨ªa la vigilancia se relaj¨®
Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez Tub¨ªo viv¨ªa en su casa de Escarabote, en el municipio coru?¨¦s de Boiro, con permanente escolta policial. Despu¨¦s de haber estado varios meses en prisi¨®n y viendo la que se le ven¨ªa encima hab¨ªa decidido colaborar con la justicia. Ten¨ªa antecedentes por narcotr¨¢fico y su detenci¨®n a bordo del San Miguelcon la droga a cuestas eran pruebas suficientes para volver a la c¨¢rcel durante una larga temporada.
Tub¨ªo hab¨ªa declarado en varias ocasiones para preparar el juicio contra los que hab¨ªan sido sus jefes y compa?eros de la organizaci¨®n y como testigo protegido estaba custodiado d¨ªa y noche hasta que un d¨ªa la vigilancia se relaj¨®. En principio temi¨® por su vida y tanto la polic¨ªa como la Fiscal¨ªa Antidroga de la Audiencia Nacional eran conscientes de que el bregado marinero se enfrentaba a unos poderosos enemigos. La consigna era que el testigo llegase sano y salvo al juicio.
El domingo 3 de marzo, cuatro d¨ªas antes de comenzar la vista contra Los Pasteleros, Fern¨¢ndez Tub¨ªo les dijo a sus escoltas que iba a salir de copas y que no los iba a necesitar hasta la ma?ana siguiente, un comportamiento este que se produc¨ªa con frecuencia y que no extra?¨® a los polic¨ªas encargados de custodiarlo. Pero el lunes el arrepentido no estaba en su casa y cundi¨® el p¨¢nico entre sus guardianes.
Ignorando su paradero, la polic¨ªa se inclin¨® desde el principio m¨¢s por achacar un plante del testigo como el m¨®vil de su inesperada desaparici¨®n. Y as¨ª fue. El juicio comenz¨® con la lectura de dos cartas que Fernandez Tub¨ªo hizo llegar al tribunal, una de ellas redactada ante notario.
¡°Todo lo que dije es mentira y solo quer¨ªa la excarcelaci¨®n¡±, afirmaba el boirense en sus misivas mientras daba las gracias a jueces y polic¨ªas por el trato recibido. La otra carta iba dirigida al pastelero ?scar Rial, su presunto jefe, al que le ped¨ªa perd¨®n ¡°por los problemas judiciales¡± que le hab¨ªa causado. Comenzaba entonces un juicio que podr¨ªa convertirse en el mayor fiasco de la lucha antidroga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.