Grupo grande, local peque?o

Tal que un cr¨ªo ante el espect¨¢culo multicolor de los paquetes depositados por los Reyes Magos un 6 de enero. No eran cajas envueltas lo que ve¨ªa, sino cabezas de personas m¨¢s bien apretujadas por voluntad propia frante al escenario. Pero la sonrisa era la de un cr¨ªo que estrena regalos. Sonrisa permanente, felicidad indisimulada y expansiva alegr¨ªa. El cr¨ªo que estrenaba regalo era Llu¨ªs Gavald¨¤ y su regalo, el merecido regalo a un buen aficionado a la m¨²sica, consist¨ªa en actuar en el Sidecar, ¡°The Cavern¡± de Catalu?a, como el propio Llu¨ªs lo defini¨®. S¨ª, eran Els Pets actuando en una de las salas hist¨®ricas de Barcelona, ese Sidecar que estaba junto a la plaza Real mucho antes de que los turistas supiesen de la existencia no ya de la plaza, sino de la propia Barcelona.

La iniciativa hab¨ªa partido del Curt Circuit, un proyecto que desea dinamizar los clubs a base de que un artista reconocido apadrine a uno desconocido. Ese hecho y las ganas que ten¨ªan Els Pets de reconocerse a s¨ª mismos en un local con historia musical les llev¨® al recoleto Sidecar, local que por supuesto agopt¨® localidades. Curiosamente la noche tuvo otro elemento insospechado: ver a Els Pets sin Joan Reig. El bater¨ªa sufri¨® un pizamiento lumbar y su sustituto, que lleg¨® a la sala a las 19:30h, hubo de aprenderse el repertorio del grupo en un solo ensayo poco antes del concierto en s¨ª. Todos estos hechos fueron los que dieron a la noche un sabor especial, celebrado por el p¨²blico con una irrefrenable alegr¨ªa.

Y Els Pets fueron tan Pets como siempre. Casi mejor, as¨ª de cerca, con un Gavald¨¤ que hasta bail¨® con una espectadora frente al escenario. Mediante un repertorio que combin¨® las baladas ¨CCalaixos que no obrir¨¨, Bluetak, Coma nar al cel i tornar- con las piezas m¨¢s propias de fiesta mayor ¨CS¡¯acavat, La soluci¨®- hicieron gui?os a Pere Navarro, a quien dedicaron ir¨®nicamente La colla, y disfrutaron de lo lindo en un concierto que ayud¨® a reforzar la imagen de un grupo que asume sin que nadie se lo pida riesgos que ellos vinculan a la ¨¦tica propia de un m¨²sico.

Los locales peque?os son atractivos y a la vez peligrosos, la cercan¨ªa no siempre sienta bien. S¨ª a Els Pets en su noche grande de local peque?o. Los fans se lo agradecieron, pero ciertamente pareci¨® que los m¨¢s agradecidos fueron los propios Pets, haciendo de Beatles en un local de esos que ayudan a crear la leyenda de las canciones y de los artistas que las defienden.