El ordenador y el m¨®vil del padre de Asunta aparecen donde no estaban
Los investigadores creen que alguien los introdujo en el piso hace unos d¨ªas Fueron hallados en un caj¨®n y una sala que ya hab¨ªan sido registrados
A dos metros escasos de la puerta de entrada, apoyado contra la pared dentro en su funda y a la vista de todos. El port¨¢til de Alfonso Basterra, el padre de Asunta, la ni?a de 12 a?os asesinada en las inmediaciones de Santiago hace tres meses, apareci¨® ayer por la ma?ana en el piso que este ocupaba desde que se separ¨® de su esposa, Rosario Porto. Los agentes hab¨ªan peinado la casa en dos ocasiones, en un primer registro policial y en otro posterior dirigido por el juez, y a pesar de la b¨²squeda exhaustiva ni el ordenador ni el segundo tel¨¦fono m¨®vil que se sab¨ªa que pose¨ªa Basterra hab¨ªan sido hallados. Los investigadores creen que alguien los devolvi¨® al domicilio hace unos d¨ªas, aprovechando que la vivienda ya no estaba precintada. El tel¨¦fono que el d¨ªa en que muri¨® Asunta, durante las horas clave para explicar los hechos, permaneci¨® apagado, se encontraba tambi¨¦n ayer donde ya hab¨ªa sido buscado sin ¨¦xito anteriormente: en el primer caj¨®n de la mesilla de noche del periodista.
?Seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n, el piso de Basterra Camporro, de unos 60 metros cuadrados y escasamente amueblado, hab¨ªa sido revisado ¡°a conciencia¡±. Tan a fondo, que tras el segundo registro se consider¨® innecesario mantener la orden de precinto. ¡°En esa casa hay dos cajones y dos armarios¡±, especifican personas relacionadas con el caso. Era, por tanto, imposible que se les pasase por alto la presencia de los dos elementos (junto con las cajas de Orfidal, suministrado masivamente a la cr¨ªa) que se persegu¨ªan con m¨¢s inter¨¦s en la casa.
Ser¨¢ ya despu¨¦s de Reyes cuando los especialistas de la polic¨ªa judicial vuelquen el contenido de la memoria telef¨®nica y del disco duro de la computadora. Aunque se hayan borrado archivos, seg¨²n los expertos existe la manera de llegar a ellos. Los agentes sospechan que Alfonso Basterra pretend¨ªa ocultar algo relacionado con ¨¦l m¨¢s all¨¢ de la muerte de la ni?a, y desde hace aproximadamente un mes se ha convertido en el personaje central de sus indagaciones. Las alarmas con respecto al padre de la v¨ªctima saltaron para la polic¨ªa judicial durante el tiempo que permaneci¨® detenido en el cuartel de Lonzas, en A Coru?a.
All¨ª se grab¨® por orden judicial una conversaci¨®n entre Porto y Basterra de m¨¢s de 10 horas, con interrupciones, que fue clave para la investigaci¨®n. De este di¨¢logo, mantenido entre los imputados pese a que sospechaban que pod¨ªan estar siendo grabados, solo ha trascendido un peque?o fragmento, pero hay mucho m¨¢s material. Son ese d¨ªa y esa noche, previos a la ma?ana en que los padres fueron puestos a disposici¨®n judicial, cuando Basterra se revela como miembro dominante de la pareja, responsable de controlar la d¨¦bil situaci¨®n psicol¨®gica y an¨ªmica de su exmujer, con la que segu¨ªa compartiendo buena parte de la vida. En aquella conversaci¨®n, ella le pregunta: ¡°?Te ha dado tiempo a deshacerte de eso?¡±. Y le reprocha su ¡°mente calenturienta¡±. Por su parte, el periodista bilba¨ªno afincado en Compostela daba, supuestamente, muestras de querer esconder alguna faceta de su forma de vivir que ahora rastrea la Guardia Civil.
El tercer registro del piso de Rep¨²blica Argentina, situado a escasos metros del que ocupaban en la calle Doutor Teixeiro Asunta y Rosario Porto, no era algo que estuviese planificado por el juez, Jos¨¦ Antonio V¨¢zquez Ta¨ªn. El magistrado tom¨® la decisi¨®n de ordenar esta nueva visita despu¨¦s de que la abogada del imputado por asesinato, Bel¨¦n Hospido, diese aviso al juzgado de que el piso alquilado generaba gastos e iba a ser devuelto a sus propietarios.
Seg¨²n describen testigos del registro, durante el tiempo que estuvieron los agentes con el padre en el piso, Basterra mantuvo una actitud ¡°chulesca¡± y ¡°desafiante¡±, y lleg¨® a echar en cara a los guardias civiles que llevan la investigaci¨®n que no hubiesen encontrado lo que buscaban si estaba tan a la vista. No es la primera vez que Basterra, quien, a diferencia de Porto, se ha negado a prestar declaraci¨®n ante el juez, muestra una cara hasta ahora desconocida por muchos de sus allegados. Tambi¨¦n se encar¨® al fiscal, Jorge Fern¨¢ndez de Ar¨¢nguiz, al que lleg¨® a llamar ¡°sinverg¨¹enza¡± y ¡°necio¡± por acusarlo de la muerte de su hija adoptiva.
Ya hay tercer hombre
Aunque el abogado de Rosario Porto, encarcelada en Teixeiro como su expareja, ejerce la defensa desde hace tiempo bas¨¢ndose en la existencia de un hipot¨¦tico implicado que no est¨¢ preso, realmente el tercer hombre no irrumpi¨® claramente en escena hasta ayer. El letrado, Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez Aranguren, trata de centrar el foco en el propietario del ADN cuyo semen contamin¨® por error, supuestamente en el laboratorio de Madrid, la camiseta de la ni?a. Pero si los registros del piso de Basterra fueron tan minuciosos como se asegura, ha tenido que haber un colaborador necesario que, de acuerdo con el padre, entr¨® en la vivienda y volvi¨® a colocar en su sitio los objetos.
Ricardo P¨¦rez Lama, abogado de la acusaci¨®n popular, la Asociaci¨®n Clara Campoamor, insiste en que la que lleva a cabo el juez Ta¨ªn est¨¢ siendo una ¡°instrucci¨®n de guante blanco, objetiva, sobre un trabajo muy serio de la Guardia Civil¡±. ¡°La permanencia de los padres de la ni?a en la c¨¢rcel se sustenta sobre indicios s¨®lidos¡±, defiende. En su opini¨®n, la aparici¨®n ahora, por arte de birlibirloque, del ordenador es ¡°un insulto a la inteligencia¡±.
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