Galarza desluce la funci¨®n

Ladis Galarza est¨¢ muy lejos de la ¨¦lite. Al menos, sus nervios. El joven zaguero navarro ha deslucido el partido del campeonato de parejas, disputado en San Sebasti¨¢n al abrir la v¨ªa de agua por la que se ha decidido el holgado triunfo (22-10) de Xala y Cecilio, que sustitu¨ªa a Zubieta. Es muy dif¨ªcil acumular m¨¢s errores en menos tiempo. Ante semejante panorama desolador, Bengoetxea VI ha entregado sus armas.

No es la primera vez que la inseguridad de Galarza acaba con las posibilidades de su pareja en el arranque de este campeonato. En el Atano III lo ha vuelto a demostrar, pero quiz¨¢ hasta la desesperaci¨®n. Ha sido una interminable acumulaci¨®n de desprop¨®sitos, sobre todo en pelotas al ancho que se le han ido por la imprecisi¨®n de su golpeo. As¨ª se ha roto el partido, siempre controlado por un Xala que no ha notado en ning¨²n momento el cambio de zaguero.

Nunca ha habido un atisbo de duda en la resoluci¨®n del compromiso. Bastaba con esperar el error de Galarza, que en contadas ocasiones ha podido sacar el brazo como se le presupone. Desde la silla, el botillero ocasional Rub¨¦n Beloki no ha podido calmar la inestabilidad del joven pelotari de Asegarce. Era un manojo de nervios aunque su cara circunspecta apenas lo deja transmitir. Bengoetxea, en cambio, llevaba la procesi¨®n del disgusto por dentro, incapaz de sacar adelante en solitario la tarea que se le acumulaba.

Ante semejante panorama, Xala y Cecilio han jugado su partido. En los cuadros delanteros ha mantenido el tipo con algunos tantos de m¨¦ritos y siempre golpeando con da?o, mientras el zaguero riojano ha dado muestra de su solvencia cuando se le requiere para cubrir ausencias como la de Zubieta, presente tambi¨¦n con sus consejos en la cancha donostiarra.

En el partido, las diferencias han sido palmarias. En m¨¢s de una ocasi¨®n, los vencedores han ido doblando a sus rivales, que jam¨¢s ve¨ªan la ocasi¨®n de acercarse con peligro suficiente. Galarza siempre lo acaba impidiendo, aunque en algunos pelotazos parec¨ªa que iba encontrando su prop¨®sito de enmienda. Puro espejismo. No ha sido su noche.

Con los corredores de apuestas sentados c¨®modamente, la fotograf¨ªa del partido estaba definida con demasiada antelaci¨®n. Pero, desde luego, esta imagen no es la mejor para un partido de campeonato que se presupone aderezado de la m¨ªnima emoci¨®n porque te¨®ricamente re¨²ne a los mejores. Claro que siempre hay alguna excepci¨®n.