La d¨¢rsena de la ciudad
El plan de Barber¨¢ desconoce la reurbanizaci¨®n del entorno, tan necesaria, para conseguir un paisaje urbano cohesionado
Barber¨¢ est¨¢ perfilando en estos d¨ªas el futuro de la d¨¢rsena interior, como la denominaba la cartograf¨ªa hist¨®rica de nuestra ciudad, a trav¨¦s de un plan de usos sobre el que conviene hacer algunas precisiones.
Ante todo, nos sorprende un plan que desconoce ol¨ªmpicamente la finalidad de la cesi¨®n de los terrenos portuarios a la ciudad realizada por el gobierno, que no es otra que destinarlos a fines de utilidad p¨²blica y social, a la vista de que su pr¨¢ctica totalidad se destina a usos lucrativos bien alejados del objetivo de la cesi¨®n. As¨ª, se nos propone un plan que pura y simplemente asigna usos a las instalaciones portuarias de la d¨¢rsena e ignora que la doctrina y la pr¨¢ctica urban¨ªstica exige de un plan al menos cuatro cometidos: Ordenar el espacio p¨²blico, delimitar los suelos con aprovechamiento privado y los de servicio p¨²blico y ordenar los flujos de movilidad de todo orden. Nada de esto se presenta en el tal plan, cuyo t¨ªtulo, por lo que vemos, es tan cierto como lamentable.
Llegados a este punto, no sorprende que el plan carezca de una visi¨®n m¨¢s amplia, que se desvincule de una fachada mar¨ªtima que abarca al menos desde el Carraixet hasta el nuevo cauce del Turia, que eluda cualquier conexi¨®n con los espacios pr¨®ximos, como el mism¨ªsimo puerto industrial, o la ZAL o la desembocadura del Turia, o Natzaret o los poblados mar¨ªtimos. Un plan ensimismado, ajeno a cuanto le rodea. En su introversi¨®n el plan ni atiende al entorno urbano, ni lo ordena, ni lo entiende, Queda ajeno a la avenida del Puerto, a la c¨®ncava avenida que envuelve la d¨¢rsena, a las v¨ªas rectil¨ªneas de los poblados mar¨ªtimos. Desconoce la reurbanizaci¨®n del entorno, tan necesaria, para conseguir un paisaje urbano cohesionado y adaptado para la socializaci¨®n, la apreciaci¨®n del paisaje y el disfrute de los ciudadanos, m¨¢s all¨¢ de la motorizaci¨®n tomada como factor decisivo.
Su simplicidad llega al extremo de calificar como fuera de ordenaci¨®n diferida las edificaciones e infraestructuras concebidas en su momento como provisionales, que desfiguran gravemente la d¨¢rsena, sin por ello eliminarlas: es el caso de las bases de la America¡¯s Cup o el viario de la f¨®rmula 1.
La coartada de incorporar en las bases de la regatas una ciudad de la tecnolog¨ªa produce estupor por su oportunismo, por m¨¢s que cuente con apoyos empresariales que deber¨ªan orientarse hacia la ocupaci¨®n productiva de ese inmenso error urbano que fue la ZAL donde bien podr¨ªan encontrar alternativas creativas, pero no ahondar en la llaga de la alteraci¨®n de un bien cultural de la magnitud de la D¨¢rsena Interior que ingenieros tan competentes como Subercase o El¨ªo o Fuster llevaron a cabo. Debemos exigir un respeto por la obra de nuestros antecesores o al menos no maltratarla.
Es un plan irreflexivo, concebido como una modalidad de parque tem¨¢tico comercial con el ¨²nico objetivo de generar plusval¨ªas inmediatas, surgido desde la premura econ¨®mica, lo que a buen seguro le deparar¨¢ a la d¨¢rsena y a la ciudad un futuro empobrecido. En su crep¨²sculo, Barber¨¢ deber¨ªa comprender que no se puede ordenar la ciudad desde la ansiedad.
Vicente Gonz¨¢lez M¨®stoles es arquitecto y miembro del Consell Valenci¨¤ de Cultura
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