Laberinto baltarista en A Mezquita
La divisi¨®n de la derecha sacude el municipio ourensano Expulsados del PP captan a un tr¨¢nsfuga socialista para promover una moci¨®n de censura
Mario Conde mora (los fines de semana) en A Mezquita, en la Casa Grande de Chaguazoso, un pazo solariego restaurado con subvenci¨®n de la Uni¨®n Europea por el exteniente de alcalde de ese municipio ourensano Gabriel Caldelas, al mismo tiempo suegro del presidente-heredero del PP y de la Diputaci¨®n Provincial, Jos¨¦ Manuel Baltar Blanco. El exbanquero y expresidiario se la alquil¨® a Caldelas con derecho a compra, a trav¨¦s de una sociedad, hace ya unos a?os, pese a que ha seguido anunciada a trav¨¦s de Turgalicia, la empresa tur¨ªstica de la Xunta, como casa de turismo rural con rese?a de los precios de habitaci¨®n por noche y del men¨² disponible.
A Mezquita no es cualquier municipio de la provincia. Es un ayuntamiento fetiche del neobaltarismo, desde donde el urbanita Mario Conde abraz¨® primero la amistad de la c¨²pula del sector de la boina del PP, hizo campa?a para el candidato a la alcald¨ªa del municipio elegido por el sucesor de Jos¨¦ Luis Baltar y se present¨® finalmente a las elecciones auton¨®micas contra Feij¨®o por la formaci¨®n Sociedad Civil y Democracia, fundada para la ocasi¨®n y que termin¨® con un rotundo fracaso. En realidad, el verdadero baltarista de A Mezquita es el hist¨®rico alcalde Francisco Jos¨¦ Montesinos, expulsado del PP por el hijo-sucesor del cacique y ahora promotor ¡ªdesde la formaci¨®n independiente que mont¨® a base de baltaristas escaldados¡ª de una moci¨®n de censura contra un tripartito de todos los colores (BNG, PSdeG y PP). La iniciativa se debatir¨¢ el pr¨®ximo 3 de febrero.
Montesinos le dio al pie de la letra al cacique, durante 12 a?os consecutivos ¡ªdesde 1995 hasta 2007¡ª esas impenetrables mayor¨ªas absolutas que aquel exigi¨® siempre a los suyos como prenda de fidelidad. Jos¨¦ Luis Baltar lo compens¨® con un esca?o en la Diputaci¨®n Provincial. Pero en cuanto el exbar¨®n del PP gallego test¨® a favor de su v¨¢stago, el hist¨®rico regidor, en disputa con su teniente de alcalde Gabriel Caldelas, cay¨® en desgracia. En las municipales de 2011, el segundo de los Baltar apost¨® por el candidato de su suegro: desoy¨® la elecci¨®n de la junta local del PP, que arrop¨® con 92 votos a Montesinos frente a ocho del hombre de Caldelas, e impuso al perdedor como cabeza de lista. Fracas¨®. El reci¨¦n estrenado l¨ªder del PP provincial argument¨® entonces que las elecciones de las juntas locales solo ten¨ªan validez en municipios de m¨¢s de 20.000 habitantes y que en los restantes (A Mezquita no alcanza los 1.300) era potestad del presidente la elecci¨®n.
As¨ª fue como el neobaltarismo del PP perdi¨® la alcald¨ªa, aunque acabara subi¨¦ndose a ella a lomos del demonizado bipartito de BNG y PSdeG para frenar la afrenta que supondr¨ªa el acceso de los expopulares alineados en las siglas independientes (IAM) de Montesinos que arroll¨® con 405 votos y cuatro concejales frente a las 125 papeletas que respaldaron al PP (un concejal) y las 170 del BNG y 160 de los socialistas, que consiguieron dos ediles cada uno.
Como A Mezquita es tierra labrada por el PP de antiguo, uno de los dos ediles socialistas, Jos¨¦ Antonio P¨¦rez Carballal, era un tr¨¢nsfuga popular. P¨¦rez Carballal cierra ahora el c¨ªrculo de su odisea pol¨ªtica y retorna a su origen, aunque tenga otras siglas. El doble tr¨¢nsfuga apoya a Independientes de A Mezquita, las huestes de Montesinos escindidas del PP, para que prospere su moci¨®n mientras se somete tranquilo al expediente disciplinario que le ha abierto el PSdeG con petici¨®n a la ejecutiva federal de su inmediata suspensi¨®n de militancia. A P¨¦rez Carballal no le quita el sue?o la expulsi¨®n. Mantuvo la sinton¨ªa desde el primer d¨ªa con los independientes mientras percib¨ªa que era despreciado por los suyos en el gobierno local. En medio del laberinto pol¨ªtico de A Mezquita, el verdadero concejal del neobaltarismo que manda en el PP, Roberto Di¨¦guez, insiste en mostrar su fidelidad al alcalde nacionalista y su respaldo a la coalici¨®n de izquierda que se ha mantenido en el gobierno local durante estos a?os gracias a su apoyo.
Si nada se tuerce antes, los cinco exmilitantes del PP, exponentes del baltarismo primigenio, recuperar¨¢n la alcald¨ªa para el independiente Francisco Jos¨¦ Montesinos de forma que gobernar¨¢, con otras siglas, el antiguo PP de Baltar, del que prescindi¨® su hijo. Montesinos ya hab¨ªa avisado al heredero de que volver¨ªa por sus fueros armado con el respaldo de la cerrada militancia que sembr¨® con el auspicio del cacique.
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