La nueva ¡®lolita¡¯ del jazz
A sus 18 a?os, la artista es toda una veterana, con un lustro de experiencia en el negocio y tres discos a sus
El suyo es uno de esos fen¨®menos dif¨ªcilmente explicables que produce el jazz de vez en cuando. En su Barcelona de nacimiento, Andrea Motis es capaz de llenar un Palau de la M¨²sica sin despeinarse. Y en Madrid, parecido. A sus 18 a?os, esta Lolita aplicada del jazz es toda una veterana, con un lustro de experiencia en el negocio y 3 discos como lideresa a sus delicadas espaldas. ?Qu¨¦ tiene de especial Andrea Motis?: dif¨ªcil saberlo. Acaso su look ani?ado, casi monjil. Comp¨¢resela con la multipremiada Lorde, tan modosita ella; a su lado, una mata hombres.
En su concierto de ayer en Clamores a sala llena, Andrea cant¨® cosas como ¡°I cried for you¡±, ¡°My baby just cares for me¡±, ¡°Exactly like you¡± o ¡°I fall in love too easily¡± con voz aflautada propia de su edad: otra cosa ser¨ªa raro. Nadie podr¨¢ decir que no se sabe la lecci¨®n. Lleva media vida escuchando a la/os grandes del jazz y su ingl¨¦s es mejor que el de muchas de nuestras divas del g¨¦nero. Curioso: los referentes de Andrea vivieron, el que menos, hace medio siglo. No extra?a que haya recurrido a un revivalista entrado en a?os como Scott Hamilton para grabar su ¨²ltimo disco. Cuando no canta, toca la trompeta y/o el saxo, lo mismo que hac¨ªa el ilustre Benny Carter, quien muy bien podr¨ªa ser otro de sus referentes.
Que sea una instrumentista solvente no deja de resultar sorprendente en alguien de su edad. El jazz es, se supone, un lenguaje para mayores con reparos; dominarlo requiere paciencia y pr¨¢ctica. El m¨²sico de jazz se hace con el tiempo; uno se imagina a la ni?a Andrea escuchando a Louis Armstrong y Ella Fitzgerald mientras sus compa?eras de pandilla la amenazaban con Lady Gaga. Con esto que, lo que no ha aprendido por su cuenta, lo sabe por Joan Chamorro, quien cumple las funciones de director musical de la jazzgirl y la acompa?a en sus conciertos tocando el contrabajo, junto al siempre estupendo Ignasi Terraza, al piano; Josep Traver, a la guitarra; y el muy swingeante Esteve Pi, a la bater¨ªa.
Uno se lo pasa bien escuchando a Andrea Motis, a sabiendas de que no hay nada nuevo bajo el sol de su m¨²sica. Otra cosa es pensar en su porvenir de ni?a prodigio que va dejando de serlo. Por lo pronto va a estar en Clamores hasta el s¨¢bado. Como plan, puedo asegurarlo, es de los mejores.
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