El f¨²tbol y Del Nido
La crisis de valores tiene mucho que ver con la actitud poco ejemplar de determinados colectivos
Gigi Becali, el due?o del Esteaua de Bucarest, es uno de los ricos m¨¢s horteras que dirige un club de f¨²tbol en Europa. Como muestra de sus extravagancias, un d¨ªa encarg¨® una copia del cuadro de La ¨²ltima cena de Jes¨²s, con ¨¦l de Cristo y sus jugadores y el entrenador como los ap¨®stoles de tama?o desvar¨ªo. El mundo del f¨²tbol siempre ha atra¨ªdo a lo mejor de cada casa y no hay que irse a Rumania para encontrar personajes tan peculiares. Tambi¨¦n lo fue Jes¨²s Gil en el Atl¨¦tico de Madrid. Un presidente que dec¨ªa que consultaba los fichajes de su equipo con su caballo y largaba a los entrenadores como lo hubiera hecho su cuadr¨²pedo: relinchando y a coces.
Casi todos los equipos, en alg¨²n momento de su historia, han tenido como presidente a un tipo impresentable. Los aficionados no han sido nunca muy escrupulosos a la hora de votar a un candidato, con tal de que llegara con dinero y prometiera un par de buenos fichajes. No hay nadie m¨¢s resultadista que un hincha de f¨²tbol, por lo tanto si su equipo marca goles y gana t¨ªtulos poco le importa el tipo que se sienta en la tribuna. No hay un solo ejemplo de pa?olada para echar a un presidente por corrupci¨®n, mientras son multitud los abucheos por la ausencia de goles.
Los aficionados del f¨²tbol han vitoreado a presidentes impresentables que lograron que su equipo ganara una liga; grandes sinverg¨¹enzas se sentaron en palcos acompa?ados de ilustres autoridades que le bailaban el agua, y bastantes dignatarios aprovecharon su paso por la presidencia de un club para hacer negocio con los contactos que hicieron en la zona vips de la tribuna. Para ser un colectivo relativamente peque?o, el de los presidentes de clubs de f¨²tbol, el nivel de sinvergonzoner¨ªa ha excedido, a la largo de la historia, la media de otras profesiones liberales.
Ahora los mandatarios de los clubs son gente mucho m¨¢s formada. Se trata de empresarios de post¨ªn o profesionales cualificados que son capaces de acumular hasta 3.600 millones de euros de deudas en sus clubs sin que se les pongan la cara colorada. O de mantener impagos a Hacienda por m¨¢s de 600 millones de euros y hablar despu¨¦s de la solidaridad del mundo del f¨²tbol con la gente que lo est¨¢ pasando mal en Espa?a. Tipos que se gastan en un jugador el presupuesto que tiene cualquier universidad p¨²blica en Espa?a o que cierran fichajes donde los intermediarios se llevan m¨¢s dinero que el futbolista.
A los que nos gusta el f¨²tbol nos ha pasado con estas cosas lo que a muchos militantes de los partidos pol¨ªticos les ocurre con la corrupci¨®n en sus filas, que hemos preferido mirar para otro lado. Lo importante ha sido el resultado: ganar una liga, en el caso de los hooligans de f¨²tbol. O ganar las elecciones, en el caso de los hinchas de los partidos. Sin estas condiciones previas, hubiera sido imposible que 29 de los 40 presidentes de Primera y Segunda, el presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol y el presidente de la Liga de F¨²tbol Profesional, firmaran la petici¨®n de indulto para Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido, ex presidente del Sevilla. En cualquier otro pa¨ªs civilizado, nadie entender¨ªa esta adhesi¨®n del f¨²tbol espa?ol hacia un se?or que, en su actividad privada, ha sido condenado a siete a?os de prisi¨®n por los honorarios irregulares que cobr¨® a una instituci¨®n p¨²blica durante cuatro a?os. Y que est¨¢ pendiente de un nuevo juicio, donde se le solicita otros 11 a?os de prisi¨®n por malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, fraude en la contrataci¨®n, falsedad en documento oficial y prevaricaci¨®n.
Una de las grandes causas de la crisis de valores que se est¨¢ viviendo en Espa?a tiene mucho que ver con la actitud poco ejemplar de determinados colectivos cuyos actos tienen una enorme repercusi¨®n medi¨¢tica. Una cosa es la extravagancia de creerse Cristo y pintarse con los ap¨®stoles. Y otra, bien distinta, es pensar que, por dirigir un club de f¨²tbol, se est¨¢ al margen de la ley por muchos goles que marque su equipo.
@jmatencia
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