El Ateneo reverdece
La instituci¨®n celebra hasta el 30 de marzo un festival multidisciplinar con variadas iniciativas
¡°La batalla ser¨¢ larga y empieza en el Ateneo¡±, sentencia con chispa Marina Ll¨¦s Bozzano, arquitecta de 38 a?os que se ha lanzado a la reconquista del verde en una ciudad que califica de ¡°gran¨ªtica¡±. Su idea: cubrir de musgo los lugares emblem¨¢ticos de Madrid y as¨ª cambiar la mirada de sus habitantes. Hoy ser¨¢ visible su primera huella en el Ateneo. Esta instituci¨®n cultural y edificio simb¨®lico de la capital tiene casi 180 a?os, pero se niega a envejecer. Prueba de ello es la puesta en marcha del festival Ateneo Mucha Vida, que arranca ma?ana y se prolongar¨¢ hasta el 30 de marzo.
¡°El Ateneo tiene algo de decadente y van a devolverle la juventud con muchas actividades culturales y art¨ªsticas en febrero y marzo. La iniciativa concuerda con mi filosof¨ªa, as¨ª que propuse participar y cubrir las esculturas de la entrada de musgo¡±, cuenta la arquitecta. ¡°A los organizadores les gust¨® mucho la idea; el musgo es muy expresivo y est¨¢ lleno de vida, y la historia es divertida¡±, a?ade.
La historia a la que se refiere Marina es m¨¢s bien una leyenda del siglo XII que descubri¨® buscando en Google una palabra, ¡°musgo¡±, por la que se declara fascinada. Se top¨® con una foto de hombres disfrazados de musgo que despert¨® su curiosidad y se puso a investigar. Seg¨²n la leyenda, el D¨ªa de Santa Marina, Virgen que sol¨ªa disfrazarse, los hombres de B¨¦jar (Salamanca) recubrieron sus ropas de musgo y, con este camuflaje, reconquistaron su pueblo en manos de los musulmanes.
180 a?os y mucha vida
Ma?ana arranca el festival Ateneo Mucha Vida (www.ateneomuchavida.es), una iniciativa que hasta finales de marzo convertir¨¢ la instituci¨®n de la calle del Prado en un hervidero de propuestas.
Adem¨¢s de la exposici¨®n colectiva M¨¢s Nunca, lo m¨¢s inmediato es el espect¨¢culo m¨¢gico teatral Los fantasmas de Houdini a partir del 14.
Interpretando el nombre de la Virgen, su tocaya, como una se?al, la arquitecta madrile?a se puso a pensar. ¡°Siempre he querido llevar a cabo una reconquista verde porque noto que la ciudad es cada vez m¨¢s gris. De peque?a sol¨ªa jugar al f¨²tbol en la plaza Mayor; hoy cuando la miro veo mucho granito, piedra, poco verde¡±.
Con la leyenda medieval en la cabeza, y su ordenador en la mano, recorri¨® los foros virtuales de jardiner¨ªa, donde otros madrile?os le indicaron d¨®nde pod¨ªa conseguir musgo en la ciudad.
¡°Llam¨¦ a tres lugares, pero no ten¨ªan. Finalmente, en el cuarto, les quedaban justo 10 cajas. Les ped¨ª que me las guardaran y fui corriendo a por ellas¡±. Perplejo, el vendedor le pregunt¨® a Marina qu¨¦ iba a hacer con todo ese material. Otra se?al: el se?or, que le prometi¨® que ir¨ªa a ver todas sus obras, era precisamente de B¨¦jar.
Marina fue con su metro a medir las esculturas del Ateneo y, usando la t¨¦cnica japonesa kokedama, tom¨® como base un fieltro y empez¨® a coser a mano con hilo de algod¨®n (se funde con el musgo y as¨ª no se ve el musgo sobre el tejido). ¡°A?ad¨ª una capa de tejido para permeabilizar y as¨ª garantizar a los se?ores tan serios del Ateneo que no iba a da?ar sus esculturas del siglo XIX¡±, aclara.
A la escultura que parece triunfar, le sube el musgo desde abajo hasta arriba, como unos petos romanos con lazos. A la otra escultura que representa la lujuria, con la manzana del pecado escondida, le cae un manto de musgo desde la cabeza. ¡°Ha sido un infierno de dos d¨ªas coser este manto¡± dice. Sin embargo, va a ir cada d¨ªa con su espray y asegura que ¡°va a oler a bosque en el Ateneo¡±.
Marina y su espray participan en este gran vivero de experiencias culturales que va a animar al Ateneo durante semanas con una intensa programaci¨®n de car¨¢cter multidisciplinar (teatro, m¨²sica, danza, cine, moda, fotograf¨ªa...), en el que se dar¨¢n cita un total de 32 compa?¨ªas, tres exposiciones, tres encuentros entre pensadores y casi un espect¨¢culo al d¨ªa.
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