¡°Barcelona no es un sitio, es una clase social¡±
El Ayuntamiento le concede el galard¨®n por las cr¨®nicas publicadas en este diario los ¨²ltimos 11 a?os
Le gusta mucho m¨¢s caminar por las orillas del r¨ªo Bes¨®s, o la cercana playa, o el pol¨ªgono de los chinos ¡ªen Santa Coloma¡ª que adentrarse por las reurbanizadas calles del centro de Sant Adri¨¤ de Bes¨°s. Como no quiere una ¡°imagen de postal¡±, la foto de la entrevista no tiene de fondo el r¨ªo sino uno de los puentes que lo atraviesa, el de la antigua carretera de Francia. Un mural de grafitis que decoran las rampas que, de noche, suelen ser el precario cobijo de indigentes. ¡°Me gusta este sitio¡±, dice Javier P¨¦rez And¨²jar. El escritor, nacido en Sant Adri¨¤ en 1965, ha sido reconocido con el Premio Ciutat de Barcelona a los medios de comunicaci¨®n por sus cr¨®nicas publicadas en EL PA?S en los ¨²ltimos once a?os. ?Sorpresa? ¡°Absoluta¡±, reconoce, ¡°como hace poco hab¨ªa escrito una cr¨®nica que me met¨ªa con los convergentes cuando recib¨ª la llamada pens¨¦ que era para otra cosa¡±. En la cr¨®nica Revista de Toros dec¨ªa: ¡°Con los toros me pasa como con el nacionalismo, que no me gustan, pero nunca los prohibir¨ªa porque creo que entiendo a las dos partes¡±.
En realidad, pocas de sus cr¨®nicas tienen que ver estrictamente con Barcelona. Las m¨¢s, con las gentes que viven cerca del r¨ªo Bes¨°s en las vecinas ciudades de Santa Coloma, Badalona y Sant Adri¨¤ y con el propio r¨ªo y sus p¨¢jaros. O con las letras y la poes¨ªa, que es su universo natural. P¨¦rez And¨²jar, licenciado en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica por la Universidad de Barcelona, ha escrito ensayo, novelas ¡ªLos pr¨ªncipes valientes, Todo lo que se llev¨® el diablo y Paseos con mi madre¡ª y ha sido colaborador de espacios literarios en BTV y TV3. Del Bes¨°s y de aquel entorno empez¨® a escribir cuando se inici¨® la colaboraci¨®n con este rotativo. ¡°Me llam¨® Agust¨ª Fancelli¡± (redactor jefe de Cultura fallecido el a?o pasado) ¡°y me dijo que explicara esas cosas porque era el ¨²nico que pod¨ªa aportar esa mirada¡±, explica. Los recuerdos de c¨®mo era el Sant Adri¨¤ de su ni?ez, el r¨ªo ¡ª¡±ahora hay charcas con ranas donde antes hab¨ªa charcos con ratas¡±, ha escrito¡ª todo ese cacho de la Barcelona metropolitana, la inmigraci¨®n y los paseos ¡ªcada domingo pasea con su madre¡ª y charlas con todo tipo de personal se van desgranando en sus cr¨®nicas.
Dice que su padre se met¨ªa con ¨¦l porque cuando estudiaba el bachillerato (BUP se llamaba entonces) compraba El PA?S: ¡°Eso es de pijos¡±. Era una casa con prensa: el Mundo Diario, TeleExpress y El Peri¨®dico de Catalunya. ¡°Quise ser periodista pero al ver que la facultad estaba en Bellaterra me decant¨¦ por Filolog¨ªa que estaba en la central, en plaza Universidad¡± dice riendo. Est¨¢ claro que a P¨¦rez And¨²jar le va la proximidad. ¡°Era una ¨¦poca muy bonita. All¨ª asist¨ª a conferencias de Octavio Paz, Rafael Alberti, Camilo Jos¨¦ Cela¡. Fue fant¨¢stico¡±, recuerda.
¡°Las cr¨®nicas te hacen ser escritor, escritor provisional como Larra¡±
Su primer contacto con la prensa no fue precisamente escribiendo. Mientras estudiaba ¡ªen nocturno¡ª trabaj¨® como repartidor de un quiosco de prensa. Escribi¨® textos para una agencia de publicidad, trabaj¨® en un Pryca ¡ªsecci¨®n boller¨ªa¡ª hasta que logr¨® colaborar donde siempre hab¨ªa querido, en la revista Ajoblanco. Su primer libro fue Catalanes todos. Las 15 visitas de Franco a Catalu?a (La Tempestad, 2002) del que ahora est¨¢ preparando una reedici¨®n con 100 folios m¨¢s y con la Editorial Tusquets. Una s¨¢tira sobre un grupo de catalanes que se va con el Tercio de Nuestra Se?ora de Montserrat ¡°disfrutan del franquismo y luego van tomando conciencia y se reconvierten en Converg¨¨ncia¡±, explica.
"Las cr¨®nicas te hacen ser escritor, escritor provisional, como Larra. Me encanta escribir para los peri¨®dicos, es volver al origen. Inventarte una verdad cada d¨ªa, eso es genial¡±, sostiene. Defiende a capa y espada la literatura en los peri¨®dicos y lamenta que est¨¦ desapareciendo. En sus cr¨®nicas muchas personas hablan entre s¨ª. El bullicio le gusta: ¡°Claro, la fuerza de la vida es la gente. Si se escribe solo de un espacio se queda en paisajismo , en acuarelismo¡±.
La inmigraci¨®n se cuela a menudo en sus l¨ªneas. ¡°Eso es porque yo soy hijo de la emigraci¨®n espa?ola. La historia se repite¡±, dice. Sus padres fueron unos de los millares que llegaron a Catalu?a ¡ªse conocieron en Sant Adri¨¢ aunque ven¨ªan del mismo pueblo de Granada¡ª a finales de los cincuenta. Como Joan Guerrero, el fot¨®grafo con el que ha hecho t¨¢ndem en muchas de sus cr¨®nicas.
En su juventud, ir a Barcelona era casi ir al extranjero. De eso habla m¨¢s en Paseos con mi madre, de cuando iba con los amigos porque hab¨ªan quedado con chicas de Cornell¨¤. ¡°La polic¨ªa nos paraba. Un d¨ªa iba por la calle Tusset, iba a pedir fuego a un hombre y cambi¨® de acera¡±, se r¨ªe. Sostiene que Barcelona no es un sitio, sino ¡°una clase social¡± que la tiene controlada: "Por arriba est¨¢n los ricos que no bajan de sus calles por encima de la Diagonal, por abajo, los pobres, y en medio los que te dan por culo, los que dicen que hacen pa¨ªs¡±.
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