Ritmo a cuatro manos
Las pianistas gemelas turcas Ferhan y Ferzan ?nder actuaron en el Palau 100
En el inmenso repertorio pian¨ªstico existe un subg¨¦nero que tiene vida propia: el d¨²o de pianos o, para ser m¨¢s exactos, el duo de pianistas, ya que tienen a su disposici¨®n tanto obras y adaptaciones para dos pianos como piezas para ser tocadas a cuatro manos en un piano. Sea cual sea la opci¨®n, requiere compenetraci¨®n, disciplina y confianza ciega entre ambos int¨¦rpretes. En esta modalidad art¨ªstica, la tradici¨®n nos dice que los lazos familiares y afectivos facilitan el camino hacia la perfecta sincronizaci¨®n, como demuestra la extensa lista de matrimonios y parejas de hermanos que cultivan este repertorio, y en este sentido, el hecho de ser gemelas, como es el caso de las pianistas turcas Ferhan y Ferzan ?nder, supone jugar con ciertas ventajas: la comuni¨®n art¨ªstica que mostraron en su debut en el ciclo de c¨¢mara de Palau 100 fue tan impresionante como su presencia esc¨¦nica.
Claridad y precisi¨®n
Las ?nder siguen los pasos de otras dos pianistas tambi¨¦n gemelas y turcas ¡ªlas hermanas S¨¹her y G¨¹her Pekinel¡ª que causaron furor en los ochenta: como ellas, tienen un sentido del color y un latido r¨ªtmico que van m¨¢s all¨¢ de la exhibici¨®n de facultades. No en vano perfeccionaron su t¨¦cnica en Viena, con el alem¨¢n Alfons Kontarsky, que form¨® un d¨²o pian¨ªstico de referencia junto a su hermano Aloys, y esa disciplina germ¨¢nica se nota en la b¨²squeda de claridad, precision y control de la din¨¢mica.
Abrieron el programa con una versi¨®n, nada edulcorada, de la rom¨¢ntica Suite para dos pianos n¨²m. 1, de Serguei Rachmaninov, en la que subrayaron los efectos de una escritura mucho m¨¢s moderna de lo que est¨¢n dispuestos a admitir los detractores del compositor ruso. Y jugaron las cartas del virtuosismo ardiente en una versi¨®n para piano a cuatro manos de la c¨¦lebre Rapsodia h¨²ngara n¨²m. 2, de Franz Liszt, que hizo brillar las ra¨ªces gitanas de esta m¨²sica.
Lo mejor lleg¨® en la segunda parte, con la ex¨®tica sonoridad y el juego de disonancias de una peque?a pieza para piano a cuatro manos del compositor y pianista Facil Say titulada Winter morning in Istanbul, y el torbellino de ritmos y colores de La consagraci¨®n de la primavera de Stravinski, en una transcripci¨®n para dos pianos de acentos volc¨¢nicos e incesante energia. Hubo propina: una vibrante interpretaci¨®n del Libertanto, de Piazzola.
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