Los due?os del nogal de 500 a?os que tumb¨® el viento intentar¨¢n resucitarlo
Los propietarios del ¨²nico ejemplar de esta especie catalogado por la Xunta creen que hay ra¨ªces que podr¨¢n sobrevivir
El a?o pasado, en O Savi?ao no se dieron nada bien las nueces. Los nogales sanos que siempre daban se ensimismaron y no dieron nada, y Fina y Jos¨¦ Antonio, los due?os de la Casa Grande de Lic¨ªn, solo cosecharon los frutos peque?os del abuelo de todos los dem¨¢s ¨¢rboles de su finca: un ejemplar de Juglans regia de ocho metros de per¨ªmetro al que algunos expertos le hab¨ªan calculado hace unos a?os una edad de m¨¢s de medio milenio. Desde hace algo m¨¢s de una semana, el anciano yace sobre una cama de hierba y musgo. Uno de los ¨²ltimos temporales con nombre de mujer que entraron en fila arrollando Galicia lo azot¨® hasta tumbarlo. Hac¨ªa tiempo que el matrimonio comentaba "cualquier d¨ªa se nos cae", pero fue la otra jornada cuando una vecina, a la hora de comer, se acerc¨® a la casa para avisarles de que hab¨ªa o¨ªdo un ruido muy fuerte: "Te cay¨® una rama del nogal", le fue a decir a Jos¨¦ Antonio. Y el due?o, ante esta noticia de mediana gravedad, se lo tom¨® con calma: "Primero como y luego voy a ver". Cuando lleg¨®, descubri¨® que la desgracia era mucho mayor. "Fue el Rub¨¦n, o como se llame", explica ahora Fina, incapaz de recordar en su pesadumbre la fecha exacta y el nombre de la borrasca que se llev¨® por delante a la joya de la familia. En realidad pudo ser Ruth, que empieza por erre, o Qumaira, o el temporal del d¨ªa antes, o el del d¨ªa despu¨¦s.
La Nogueira de Lic¨ªn, o Nogueira da Casa, no parec¨ªa enferma ni d¨¦bil. Era vieja como un personaje b¨ªblico, ten¨ªa algunas ramas podridas, y hace ya ni se sabe que sus nueces no medraban mucho, pero a?o tras a?o cumpl¨ªan con su cita, eran ricas, ¨²nicas y tan senlleiras como los ¨¢rboles del cat¨¢logo que inaugur¨® la Xunta en 2007 para proteger, aunque solo fuese sobre el papel, los monumentos naturales que hunden sus ra¨ªces en tierra gallega. El de Lic¨ªn entr¨® en 2011, con otros seres m¨ªticos del paisaje gallego como el Teixo de Cereixido (Quiroga), testigo del asesinato de un grupo de republicanos que murieron carbonizados, o las secuoyas de Mass¨® en Beluso (Bueu), las m¨¢s altas de Europa. Desde que Enrique P¨¦rez Losada, miembro de la Asociaci¨®n Veci?al de O Savi?ao, promovi¨® la inclusi¨®n del ejemplar de Lic¨ªn en el cat¨¢logo de Senlleiras de la Conseller¨ªa de Medio Ambiente, despu¨¦s de pedir permiso a sus propietarios y rastrear en archivos su historia, seg¨²n los due?os la Xunta jam¨¢s se preocup¨® por la suerte del ¨¢rbol.
Una vez revisado por un experto en bot¨¢nica y reconocidos sus m¨¦ritos oficialmente, nadie de la Administraci¨®n se pas¨® por el lugar para hacerle alg¨²n chequeo y marcar unas pautas para proteger al gigante. Esto, a pesar de que era singular entre los singulares, que ocupaba un puesto de honor en la lista oficial porque era el ¨²nico nogal, y porque parec¨ªa ser uno de los m¨¢s antiguos. Las primeras referencias escritas sobre su presencia se remontan a 1746, aparec¨ªa citado en un documento judicial de un pleito por la propiedad. Pero Fina, que lleg¨® a Lic¨ªn al casarse con Jos¨¦ Antonio, cuenta que "por lo menos, la nogueira ten¨ªa 500 a?os, aunque pod¨ªan ser muchos m¨¢s". El vecino m¨¢s viejo del lugar muri¨® hace una d¨¦cada, cumplidos los 101 a?os, asegurando que aquel ¨¢rbol inmenso ya no crec¨ªa m¨¢s, que desde ni?o lo recordaba exactamente igual, con su tronco hueco y sus helechos y sus l¨ªquenes vistiendo su gruesa piel de dinosaurio. Ahora, las plantas siguen lozanas sobre el tronco vencido, pero debajo de la mole, seg¨²n la familia propietaria, tambi¨¦n contin¨²a habiendo vida.?
Fina y Jos¨¦ Antonio, que no han avisado a la Xunta porque la Xunta tampoco mostr¨® inter¨¦s en vida del finado, todav¨ªa conf¨ªan en que se pase por su finca alg¨²n t¨¦cnico de Medio Ambiente para hacerle al menos la autopsia al ¨¢rbol ca¨ªdo. Y, mientras tanto, todav¨ªa mantienen la esperanza. Han decidido no mover el tronco, dejarlo tal cual cay¨® hace casi dos semanas, porque algunas ra¨ªces que salen de la base siguen "presas a la tierra", peleando por vivir. "El nogal era nuestro orgullo", lamenta Fina, "est¨¢bamos muy contentos de que lo tuviese catalogado el Gobierno". Esas ra¨ªces que permanecen amarradas al suelo "parece que est¨¢n bien", comenta. "Por lo menos, vamos a intentarlo".
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