Euskadi elabora su futura ley de Vivienda con dos Gobiernos en contra
¡°Preocupaci¨®n¡± del Ejecutivo por el efecto econ¨®mico del derecho subjetivo
Un hogar para todos, los que tengan dinero y los que no. El Parlamento arranca, este febrero, el debate sobre una de las leyes m¨¢s importantes, la de Vivienda, que Euskadi no ha logrado aprobar en m¨¢s de tres d¨¦cadas ¡ªhubo intentos en 1999, 2008 y 2011¡ª mientras observaba al resto de comunidades hacerlo. El debate comienza con no pocos condicionantes y presiones, desde la posici¨®n cr¨ªtica del Gobierno vasco y el central, hasta las advertencias de la troika o la suspensi¨®n por parte del Tribunal Constitucional de la ley andaluza, que guarda puntos coincidentes con la propuesta legal vasca.
?¡°El derecho a la vivienda es el primero; si no se garantiza, los dem¨¢s derechos tampoco se van a poder garantizar¡±, defiende Bixen Itxaso, parlamentario del PSE impulsor de la proposici¨®n de ley. Su objetivo es materializar lo que ya recoge la Constituci¨®n. El texto est¨¢ basado en el que elabor¨® el Gobierno socialista, y es el primero de la oposici¨®n que avanza esta legislatura pese a la negativa del Ejecutivo.
El Gobierno vasco est¨¢ alerta. Lo reconocen abiertamente altos cargos encargados de velar por las finanzas auton¨®micas, que se muestran ¡°muy preocupados¡± por el devenir de la futura ley. La principal raz¨®n es la creaci¨®n de un nuevo derecho subjetivo, exigible ante los tribunales, de acceso a la vivienda. La propuesta deja abierto el desarrollo de los requisitos de ingresos de ese derecho subjetivo y se?ala que pueden reclamarlo quienes no tengan un alojamiento ¡°estable o adecuado¡±, para lo que se facilitar¨¢n pisos de alquiler o ayudas. Un informe jur¨ªdico del Gobierno anterior advirti¨® de que ese art¨ªculo ¡°debe ser examinado con especial cautela, por los efectos que conlleva y por la incidencia econ¨®mica¡± del derecho. El Departamento de Vivienda actual muestra sus cautelas sobre c¨®mo se materializar¨¢.
El temor de la administraci¨®n es que los presupuestos se disparen o, como ocurre con la Renta de Garant¨ªa de Ingresos, otro derecho subjetivo, que a final de a?o haya que dotar de decenas de millones m¨¢s a ese fin. Esto ha llevado al PNV a hablar de ¡°derecho de acceso¡± y no de derecho subjetivo, con el que se puede recurrir a los tribunales. Con un debate aplazado hasta la saciedad, con cinco ampliaciones del plazo de enmiendas, la negociaci¨®n parlamentaria de las 600 correcciones propuestas por los distintos partidos se antoja polarizada en t¨¦rminos de izquierdas y derechas ¡ªdota de protagonismo a UPyD por su capacidad de desbloquear empates¡ª, pero tambi¨¦n con el condicionante del pacto PNV-PSE.
Al margen del juego pol¨ªtico, la realidad de la calle es que la necesidad es patente. Etxebide tiene 64.162 personas a la espera de una vivienda de alquiler y el Gobierno cuenta con un parque de 11.538 que crecer¨¢ en 4.000 durante esta legislatura. Pero en 2011 hab¨ªa 59.000 viviendas vac¨ªas. Para movilizar esta parte del parque de viviendas, la propuesta es m¨¢s contundente que las ya existentes para sacar rendimiento a lo construido.
El PSE apuesta por el alquiler forzoso en casos especiales, un canon de diez euros por metro cuadrado y a?o a las viviendas vac¨ªas durante m¨¢s de dos a?os sin causa justificada ¡ªEH Bildu lo respalda, con cambios¡ª y por otras medidas. La m¨¢s medi¨¢tica es la expropiaci¨®n temporal por tres a?os de una vivienda a un banco por estar en riesgo de desahuciar a una familia. La idea es respaldada por EH Bildu y UPyD, con matices, pero ha sido suspendida por el TC en Andaluc¨ªa.
Tras el registro de la iniciativa, el Gobierno central envi¨® un informe con advertencias sobre el impacto en los bancos de las expropiaciones. Seg¨²n el Ministerio de Econom¨ªa, se vulnera la distribuci¨®n competencial y habr¨¢ un ¡°impacto en los mercados financieros¡±. El exviceconsejero de Vivienda, Javier Bur¨®n, reconoci¨® en enero en la Cadena Ser que ¡°hay un cruce de intereses sociales y econ¨®micos y no siempre es f¨¢cil llegar a acuerdos¡±.
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