Intermitencias del coraz¨®n
Nuestro gobierno invisible parece no tener nada mejor que hacer que ensayar el regreso a sus or¨ªgenes m¨¢s r¨²sticos en defensa de una lengua propia como estilete de feria
Uno de esos truhanes norteamericanos de buena familia que lo mismo se hacen pol¨ªticos que predicadores televisivos afirm¨® hace unos d¨ªas que las tormentas que asolan el este de Estados Unidos se deben ni m¨¢s ni menos que al desbarajuste emocional de los homosexuales, as¨ª que en su opini¨®n nos esperar¨ªa otro diluvio universal, ahora debido m¨¢s a Sodoma que a Gomorra, en el que pereceremos todos salvo que el Tea Party flete un crucero de lujo para acoger a los suyos y a otros animales, mientras que por aqu¨ª una resuelta agrupaci¨®n de pandilleros de las nuevas generaciones del PP increpan en un acto a unas mujeres a las que lo m¨¢s fino que les dicen es que con lo feas que son se merec¨ªan de sobra haber sido abortadas, una observaci¨®n que no creo que comparta ni el mism¨ªsimo Ruiz Gallard¨®n, pese a todo lo que ya comparte. Ya s¨¦ que los alevines de recios fachas no se distinguen por la delicadeza de sus observaciones, con las que van a porrazo limpio con los pu?os bien abrigados, pero nadie ha demostrado hasta ahora que sus madres, si las tienen, sean m¨¢s guapas que las mujeres a las que insultan con una impunidad pasmosa.
Ese enaltecimiento de la brutalidad muy discriminada disfruta tambi¨¦n de momentos tiernos en los bares tomando unas cervezas con sus amigas o novias o lo que lo que diablos sean, donde estos cachorros que se entrenan para gloriosas guerras futuras (de momento se entrenan propinando alguna que otra paliza en comandita a personas indefensas, para no perder la estulticia de sus h¨¢bitos) hacen como que se despojan de sus tatuajes de p¨¢nico y hasta le pasan el brazo por el hombro a su pareja (hasta el coraz¨®n m¨¢s sombr¨ªo tiene sus intermitencias) en un alarde condescendiente de cari?o muy viril que no se yo c¨®mo se resolver¨¢ en la cama, si la usan una vez enardecidos hacia la media noche, y qu¨¦ precauciones adoptar¨¢n para que la pobre chica no quede embarazada, ya que tienen prohibido por fe y convicci¨®n o convenci¨®n el uso de preservativos u otros anticonceptivos, y a estas alturas no van a recurrir a la marcha atr¨¢s en el momento preciso, pues buenos son ellos para retroceder ni un mil¨ªmetro en lo que se proponen, y es un misterio que har¨ªa la chica en caso necesario: ?volar a El Escorial para remediarlo?, ?someterse a un raspado casero con la cruz gamada como instrumento salvador? Porque si esa crucecita no vale siquiera para eso, ya me explicar¨¢n para qu¨¦ sirve.
Mientras tanto, por aqu¨ª nuestro gobierno invisible parece no tener nada mejor que hacer que ensayar el regreso a sus or¨ªgenes m¨¢s r¨²sticos en defensa de una lengua propia como estilete de feria contra no se sabe bien qu¨¦ tipo de canallas empe?ados en catalanizarnos. Si el valenciano de los monumentos falleros, que est¨¢n a la vuelta de la esquina, resulta a menudo atroz, m¨¢s rid¨ªculo resulta escucharlo en boca de un Seraf¨ªn Castellano, que en realidad habla espa?ol sin saberlo. Y ya me dir¨¢n d¨®nde est¨¢ aqu¨ª el valiente que defienda en un valenciano pasable nuestra incorporaci¨®n a una Catalu?a jugando al independentismo con el coras¨®n part¨ªo.
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