La Catedral aclara sus inc¨®gnitas
El arquitecto Alfonso Jim¨¦nez acaba con algunos equ¨ªvocos sobre la construcci¨®n del templo sevillano en un estudio que resume tres d¨¦cadas de investigaci¨®n
Traspapelado, entre estampas recortadas de cajas de mantecados, legajos de cierto valor y un mont¨®n de documentos viejos que almacenaban las franciscanas del convento de Bidaurreta (Guip¨²zcoa) hab¨ªa un trozo de pergamino con trazos cuadriculados que las monjas ten¨ªan por el boceto de una puerta y que result¨® ser un plano a escala de mediados de siglo XV de la planta de la Catedral de Sevilla, el m¨¢s antiguo de cuantos se conservan en Espa?a.
El gran descubrimiento que realizaron en 2008 Bego?a Alonso, investigadora de la Universidad de Cantabria, y Alfonso Jim¨¦nez, maestro mayor de la catedral hispalense, es la base del libro Anatom¨ªa de la Catedral de Sevilla, publicado por la Diputaci¨®n de Sevilla a finales de 2013 y que ofrece el relato m¨¢s fidedigno de la construcci¨®n, entre 1433 y 1506, del m¨¢s extenso templo g¨®tico del mundo.
La obra, fruto de los conocimientos amasados durante tres d¨¦cadas por su autor, va m¨¢s all¨¢ del hallazgo y acaba con algunas de las aseveraciones tenidas por ciertas hasta ahora. Resulta que la famosa frase: ¡°Hagamos una Iglesia tan grande que los que la vieren acabada nos tengan por locos¡±, que aparece en todos las referencias al templo g¨®tico como pronunciada por el Cabildo en 1401 cuando se decidi¨® levantar el templo, no es cierta. ¡°La frase la public¨® Ortiz de Z¨²?iga en el siglo XVII, al glosar un texto de Espinosa de los Monteros, que dec¨ªa haber visto el auto capitular del 8 de marzo de 1401, en periodo de ¡®sede vacante¡¯, porque hab¨ªa fallecido el arzobispo Gonzalo de Mena, pero como el prelado muri¨® en abril, Ortiz calcul¨® que el acta deb¨ªa de ser del 8 de julio. En menos de 50 a?os, el acta original se hab¨ªa perdido pero el erudito sevillano admiti¨®, con un importante retoque, los datos de Espinosa que remat¨® con la frase lapidaria¡±, explica el arquitecto, autor de publicaciones como Turris fortissima, sobre la Giralda.
Seg¨²n el maestro mayor, responsable del buen estado del monumento que es Patrimonio Mundial de la Unesco, no existe ning¨²n dato que pruebe que las obras comenzaron en 1401 porque eso es ¡°un invento¡±. ¡°Empezaron en 1433. Es a partir de ese a?o cuando aparece documentaci¨®n como la sociedad que el mayordomo de la catedral, Juan Mart¨ªnez de Vitoria, hace con dos c¨®mitres, trianeros que eran capitanes de barcos de mercanc¨ªas, para que recojan piedra en El Puerto de Santa Mar¨ªa y la suban por el Guadalquivir hasta la Torre del Oro. Hemos encontrado facturas entre 1433 y 1506, adem¨¢s del gran hallazgo del plano de Bidaurreta que debi¨® de elaborarse en 1488¡±, comenta Jim¨¦nez.
El maestro mayor demuestra que la construcci¨®n comenz¨® en 1433
La importancia de este documento, de 46 x 55 cent¨ªmetros, en los que aparecen 20 capillas y cinco naves con sus 32 pilares, radica en su rareza. En el siglo XV los arquitectos no sol¨ªan hacer planos, sino que trazaban el edificio directamente sobre la planta, con cuerdas y dibujos. El especialista cree que el legajo es obra de Juan de Hoces y es una copia del realizado por el arquitecto franc¨¦s Jehan Ysanbarte, el primero que est¨¢ documentado en la catedral hispalense, pero cuya pista desaparece en el mismo 1433 y a quien sustituye Charles Gauter.
Entre las reflexiones que aporta Anatom¨ªa de la Catedral de Sevilla, un estudio de casi 500 p¨¢ginas que fue Premio Archivo Hispalense 2012, destaca las que Jim¨¦nez dedica al tiempo de construcci¨®n: 73 a?os. ¡°El edificio tiene 10.000 metros cuadrados y tard¨® menos en construirse que cualquier catedral espa?ola. Se hizo casi una b¨®veda por a?o. El secreto est¨¢ en que es una empresa del Cabildo catedralicio, no de un arzobispo ni un de un noble en concreto. Son 40 personas que, puede que alg¨²n momento tuvieran sus desavenencias, pero alimentaron la obra sin desmayo¡±, expone.
La obra se termina en 73 a?os gracias al trabajo gratuito a cambio de indulgencias
Seg¨²n las investigaciones de Jim¨¦nez, a partir de 1440 la financiaci¨®n se realiz¨® en parte a trav¨¦s de las indulgencias que autorizaba Roma y compraban los cristianos pudientes. A cuenta del perd¨®n de los pecados la obra lleg¨® a disponer con hasta 80 personas trabajando de balde. ¡°En los momentos ¨¢lgidos hab¨ªa 30 maestros canteros y unos 40 peones, que cobraban 13 maraved¨ªes por jornada. A los que se sumaban 80 cristianos que lo hac¨ªan por las indulgencias o pagados por otros para cumplir la penitencia en su lugar. Hemos encontrado bulas que certifican que una persona ha pagado 125 maraved¨ªes para obtener una bula¡±, precisa el arquitecto que ha obtenido mucha informaci¨®n en la contadur¨ªa de la catedral, una especie de ministerio de hacienda del reino de Sevilla actividad de la que se conservan 6.000 vol¨²menes de documentos. Pero, a pesar de tantas anotaciones, el Cabildo no ten¨ªan un control eficaz del gasto lo que le gener¨® bastantes problemas a alguno de sus administradores. El segundo mayordomo, Juan Ruiz, fue acusado de robar y fundir objetos de plata y tuvo que devolver el dinero de su bolsillo pero, en opini¨®n de Jim¨¦nez, se trat¨® de una mala gesti¨®n.
¡°Para m¨ª, el ¨²ltimo cuerpo de la Giralda y la sala Capitular [en la catedral], ambas de Hern¨¢n Ruiz, son las dos obras cumbres de la arquitectura espa?ola del Renacimiento. En la sala Capitular se condensan los conocimientos geom¨¦tricos m¨¢s depurados de esa ¨¦poca que permitieron trazar su planta de elipse; mientras que la Giralda, con el a?adido de Hern¨¢n Ruiz se convierte en una gran escultura. La factura de esta torre almohade est¨¢ mucho m¨¢s cuidada que la de sus hermanas africanas en Rabat y Marraquech¡±, precisa Jim¨¦nez, quien es maestro mayor desde 1987, pero comenz¨® a trabajar en el conjunto en 1979 ocup¨¢ndose de la restauraci¨®n de la Giralda, el alminar del siglo XII de la antigua mezquita, sobre la que la que se erigi¨® el templo cristiano.
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