La fiesta global
Los londinenses mezclan pop, adrenalina electr¨®nica y ritmos de medio mundo con efectos demoledores entre una audiencia joven, nutrida y entusiasmada
Puede que los propios integrantes de Bombay Bicycle Club figurasen entre los sorprendidos de que su poli¨¦drico nuevo ¨¢lbum, So long, see you tomorrow, debutara en el primer puesto de las listas brit¨¢nicas. A juzgar por lo visto anoche en una repleta y euf¨®rica Sala But, quiz¨¢s el estallido presente sea solo el pre¨¢mbulo de una estruendosa fisi¨®n nuclear. Basta escuchar el impetuoso Overdone para atisbar la envergadura de una banda que ya suma cuatro ¨¢lbumes cuando sus art¨ªfices apenas han consumido su primer cuarto de siglo. Hay all¨ª ecos de Bollywood, guitarrazos col¨¦ricos, cambios de comp¨¢s y, en general, el inconfundible aroma de la ambici¨®n.
Jack Steadman, geniecillo precoz de voz falsamente mon¨®tona, invertir¨¢ los siguientes 85 minutos en incrementar la excitaci¨®n colectiva. Porque su m¨²sica resulta al tiempo compleja y bailable, londinense y cosmopolita. It¡¯s alright now es indie a ritmo de batucada, Feel entremezcla con salvajes consecuencias el tr¨®pico con el B¨®sforo y Lights out, words gone convierte en seductor pop electr¨®nico una melod¨ªa hermana de la cantinela infantil Fr¨¨re Jacques. Fascina comprobar el desparpajo con el que Steadman integra ritmos ¨¦tnicos de aqu¨ª y all¨¢; ventajas de una generaci¨®n tan familiarizada con Human League como con Graceland (que le pregunten a Ezra Koenig, de Vampire Weekend) o la banda sonora de Slumdog millionaire.
El empuje sonoro de BBC (bajista y bater¨ªa son sencillamente sensacionales) justifican el entusiasmo de los m¨¢s de mil asistentes de anoche, muchos tan biso?os que por fuerza habr¨ªan de mostrar el DNI a la entrada. Jack logra mantener el inter¨¦s incluso en la pausada Eyes off you, conmovedora como una plegaria doliente de Antony Hegarty. La polirritmia de Your eyes parece imbatible, pero al final llegan la contagiosa Luna, las palmas desatadas para Always like this y la brutal adrenalina electr¨®nica de Carry me. A Steadman solo es dif¨ªcil perdonarle sus pantalones recortados, pero a su colorista fiesta global se le augura un futuro incalculable.
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