La semilla de Do?ana

Duda si anunciar el inicio de una colecta para comprar fincas de Do?ana, el espacio natural est¨¢ en peligro. El escenario parece el adecuado: el Congreso Internacional de Ornitolog¨ªa de Helsinki. La fecha, no tanto: junio de 1958.

¡ªHay que correr el riesgo de hacer el rid¨ªculo¡ª anima el conservacionista Luc Hoffmann al bi¨®logo vallisoletano Jos¨¦ Antonio Valverde.

¡ªQuiz¨¢s no se entienda todav¨ªa la importancia de las marismas para las migraciones de aves europeas.

¡ªTono, ya se entender¨¢. De momento, an¨²ncialo, y recalca en tus palabras que la cuestaci¨®n ya dispone de 500.000 pesetas gracias a la donaci¨®n de un suizo an¨®nimo.

La conversaci¨®n entre el que ser¨ªa el primer director de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana (EBD) y el ornit¨®logo suizo (extra¨ªda de la obra Do?ana, todo era nuevo y salvaje, de Jorge Molina) encierra la semilla de la que brot¨® la protecci¨®n de este espacio natural, un proceso de transformaci¨®n que el a?o pasado cumpli¨® medio siglo y del que Valverde es uno de sus grandes protagonistas. ¡°La aventura fue estudiarla [Do?ana], buscar dinero para comprar 10.000 hect¨¢reas, gestionar la compra, proyectar y establecer la reserva con dos laboratorios; y promocionar un Parque Nacional protector de 35.000 hect¨¢reas¡±, enumera en sus memorias Jos¨¦ Antonio Valverde (La aventura de Do?ana: c¨®mo crear una reserva). ¡°Despu¨¦s de 50 a?os, seguimos hablando de Do?ana como uno de los puntos clave para la biodiversidad no solo de Andaluc¨ªa o de Espa?a, sino tambi¨¦n de Europa y ?frica¡±, afirma el responsable de la oficina de WWF en Do?ana, Juan Jos¨¦ Carmona.

Desde su primera visita al espacio natural en 1952, el bi¨®logo vallisoletano qued¨® ¡°enamorado¡± de Do?ana, pero tambi¨¦n preocupado. Su protecci¨®n no pod¨ªa demorarse m¨¢s. ¡°El primer objetivo de Valverde era parar la desecaci¨®n de las marismas debido a la proliferaci¨®n de los campos de arrozales¡±, apunta el actual director de la EBD, Juan Jos¨¦ Negro. ¡°A¨²n hoy no somos conscientes de la transformaci¨®n que sufrieron las marismas. Solo se conserva un 30% de la original¡±, agrega Carmona. ¡°A la amenaza agr¨ªcola hay que sumar la de las plantaciones masivas de eucaliptos. Parec¨ªa que los forestales se iban a apoderar de Do?ana¡±, apunta el director. ¡°Sin olvidar, eso s¨ª, el auge del turismo y de la construcci¨®n de las grandes urbanizaciones en Matalasca?as¡±, a?ade el responsable de WWF.

Era el momento de actuar y el bi¨®logo lo sab¨ªa. Deb¨ªa decidir qu¨¦ parcelas proteger y, lo m¨¢s complicado, con qu¨¦ dinero comprarlas. ¡°Valverde recorre la comarca cartografiando a mano alzada lugares que no ten¨ªan nombre, evaluando su potencial ecol¨®gico y haciendo n¨²meros sobre su valor econ¨®mico. Va inform¨¢ndose de quienes son los propietarios de las fincas y del coste medio que puede tener la hect¨¢rea en cada una¡±, recuerda Jorge Molina. En esta aventura, Valverde se va rodeando de cient¨ªficos y conservacionistas como Luc Hoffmann, Max Nicholson o Francisco Bernis. Recibe el apoyo de importantes organizaciones internacionales como la Uni¨®n Internacional de Bi¨®logos y la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza; y de personajes tan ilustres como el pr¨ªncipe Bernardo de Holanda. ¡°En esa ¨¦poca el movimiento ecologista estaba empezando. Comenz¨® siendo elitista, parec¨ªa que daba prestigio preocuparse por el medio ambiente. Ya entre los a?os setenta y ochenta, el movimiento se har¨ªa m¨¢s del pueblo, m¨¢s de izquierda¡±, recuerda Juan Jos¨¦ Negro.

El dinero comienza a llegar, pero no es suficiente. En 1961, Max Nicholson propone a Valverde crear una organizaci¨®n para recaudar donativos para el proyecto. Surge el segundo gran protagonista de la protecci¨®n de Do?ana, la organizaci¨®n World Wildlife Fund (WWF), presidida por el pr¨ªncipe Bernardo de Holanda. Desde su nacimiento, la entidad ofrecer¨¢ conferencias para alertar de que el descansadero de las aves migratorias del continente necesita ayuda. El mensaje comienza a calar. ¡°Es incre¨ªble como el dinero comienza a llegar de toda Europa¡±, apunta Juan Jos¨¦ Carmona.

Tras romperse el acuerdo de venta con el propietario de la finca Las Nuevas ¡ªel primer objetivo de Valverde y que, finalmente, fue adquirida por el italiano Leo Biaggi al ofrecer 14 millones de pesetas¡ª, en diciembre de 1963, WWF y el Estado compran una parcela de casi 6.700 hect¨¢reas, terreno que se ceder¨ªa al CSIC y en el que se ubicar¨ªa, un a?o despu¨¦s, la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana. ¡°El pr¨®ximo objetivo de Valverde era conseguir la declaraci¨®n de Parque Nacional¡±, apunta el exdirector de la EBD, Fernando Hiraldo. Desde ese momento, el espacio protegido va sumando terreno y acumulando fechas que cercan su esencia, desde la compra de m¨¢s de 3.300 hect¨¢reas adquiridas por Adena (la secci¨®n espa?ola de WWF) hasta el compromiso de Biaggi del mantenimiento silvestre de Las Nuevas.

Tras presiones internas e internacionales, en 1969, el r¨¦gimen franquista declara el espacio como Parque Nacional. ¡°En esta decisi¨®n tuvo mucho que ver las necesidades de apertura internacional del r¨¦gimen¡±, afirma Hiraldo. ¡°Franco necesitaba vender al exterior algo bueno¡±, agrega Negro. ¡°Era el primer parque que no era de monta?a, el primero que no era un lugar id¨ªlico de postal, todo lo contrario. En la protecci¨®n de Do?ana todo fue muy raro para su ¨¦poca. Primero se apost¨® por la investigaci¨®n al crear la estaci¨®n y luego por la conservaci¨®n con la declaraci¨®n del parque¡±, apunta el director.

A la sucesiva ampliaci¨®n de la superficie protegida se sumar¨ªan su catalogaci¨®n por la Unesco como Reserva de la Biosfera (1980), su entrada en la lista del Convenio Ramsar y su declaraci¨®n como Patrimonio de la Humanidad, que este a?o cumple su vig¨¦simo aniversario. ¡°Recuerdo una conversaci¨®n con Valverde. Yo a¨²n estudiaba Biolog¨ªa. Le pregunt¨¦ si estaba contento con lo que hab¨ªa conseguido. ?l me contest¨®: ¡®No he conseguido nada, lo dif¨ªcil viene ahora, lo dif¨ªcil viene ahora¡±, afirma Hiraldo.