Un cara a cara amistoso
Un acto re¨²ne a sanitarios del SAMUR y pacientes para que se conozcan
Alejandro Garc¨ªa, con tan solo 17 a?os, no paraba de llorar. Este joven pudo dar ayer las gracias cara a cara a los ocho sanitarios del SAMUR que le salvaron la vida el 28 de enero de 2013 cuando recibi¨® una descarga el¨¦ctrica en Vic¨¢lvaro. Este estudiante de segundo de bachillerato que tambi¨¦n trabaja en el musical Id¨ªlico no paraba de abrazarse al m¨¦dico Paco Garc¨¦s que le sac¨® de la parada cardiorrespiratoria que padec¨ªa.
Alejandro fue ayer uno de la decena de pacientes que dieron las gracias a las personas que les salvaron la vida hasta la llegada de las asistencias sanitarias. Hab¨ªa adem¨¢s de los responsables del SAMUR polic¨ªas municipales, vigilantes de seguridad,... ¡°Estaba con unos amigos y me sub¨ª a un vag¨®n para hacer unas fotos, cuando toqu¨¦ la catenaria con la cabeza. Ni siquiera sab¨ªa que ten¨ªa corriente¡±, recordaba el joven estudiante. ¡°Ca¨ª al suelo muerto y ya no recuerdo nada¡±, a?adi¨®. La descarga le entr¨® por la cabeza y le sali¨® por una rodilla. ¡°Es un d¨ªa muy especial, emocionante y feliz al ver a estas personas que me devolvieron a la vida¡±, conclu¨ªa mientras abrazaba al m¨¦dico y se secaba las l¨¢grimas.
300 paradas
El acto, que fue muy emotivo, record¨® la importancia de los desfibriladores y de saber primeros auxilios. En Madrid 300 personas sufrieron una parada cardiorrespiratoria en 2013. La mitad pudo ser recuperada y el 20% no sufre ninguna secuela.
Otro caso muy llamativo fue el de Diego Mar¨ªn Valencia que recibi¨® un disparo en el coraz¨®n mientras estaba en una discoteca en la calle de Santa Mar¨ªa, 155. La m¨¦dico del SAMUR Elena G¨®mez Granizo le oper¨® a coraz¨®n abierto en el mismo lugar del tiroteo y, gracias a esta maniobra, le salv¨® la vida. ¡°Tuve que tomar muy r¨¢pido la decisi¨®n porque ve¨ªa que el paciente se nos quedaba all¨ª si segu¨ªamos con una reanimaci¨®n convencional¡±, destac¨® la m¨¦dico.
Eso s¨ª, este colombiano de 45 a?os qued¨® una silla de ruedas. ¡°Mi vida ha cambiado mucho. Antes trabajaba como oficial en una tuneladora que hac¨ªa el metro, pero no me quejo. Ahora voy sentado en mi descapotable¡±, bromeaba junto a la facultativo. ¡°He vuelto a nacer, aunque mi hermana y mi cu?ada me tengan que ayudar a todo. Ahora me han dicho que tengo el coraz¨®n perfecto¡±, conclu¨ªa.
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