La juez acumula pruebas del ama?o sistem¨¢tico de contratos en Santiago
Miembros del gobierno local entregaron previamente a la empresa que result¨® ganadora el pliego de condiciones del concurso para gestionar las multas de tr¨¢fico
El sumario del caso Pok¨¦mon ha situado bajo sospecha la mayor¨ªa de los contratos gestionados por el PP en Santiago nada m¨¢s alcanzar el gobierno municipal, en julio de 2011. En algunos casos los ama?os no llegaron a fructificar tras el abandono de Gerardo Conde Roa de la alcald¨ªa al ser imputado por delito fiscal, en abril de 2012, como ocurri¨® con el servicio de abastecimiento de aguas, cuyo contrato el ejecutivo local hab¨ªa acordado con Aquagest prolongar esquivando el concurso p¨²blico. Pero en otros la manipulaci¨®n del proceso administrativo logr¨® su prop¨®sito despu¨¦s del relevo de Conde Roa por ?ngel Curr¨¢s en la alcald¨ªa. As¨ª sucedi¨® con el contrato para gestionar la recaudaci¨®n de las multas de tr¨¢fico. Entre finales de 2011 y junio de 2012, el entonces concejal de Seguridad, Albino V¨¢zquez Aldrey, y el que era jefe de gabinete de la alcald¨ªa, ?ngel Espadas, fueron suministrando bajo cuerda informaci¨®n reservada a la empresa catalana GRS que result¨® decisiva para que esta se llevase el contrato. La compa?¨ªa incluso fue consultada previamente sobre el pliego de condiciones que rigi¨® el concurso.
?El m¨¢ximo responsable de GRS, ?lex Ros, imputado en la causa, envi¨® el 1 de junio de 2012 dos SMS euf¨®ricos a su amigo y antiguo compa?ero de trabajo Jos¨¦ Luis M¨ªguez, delegado de Aquagest en Santiago. ¡°?Hemos ganado, amigo y socio! No tengo palabras para agradecer tu trabajo¡±, escribi¨® Ros, quien minutos despu¨¦s remach¨® a M¨ªguez: ?¡°Quiero chup¨¢rtela! ?Te lo mereces! Este mensaje es de ?ngel¡±. Presumiblemente, ?ngel es Espadas, a quien dos meses antes Curr¨¢s hab¨ªa destituido como jefe de gabinete para a continuaci¨®n ser contratado por Ros para continuar la labor de presi¨®n a favor de su empresa que ya hab¨ªa desempe?ado en los meses anteriores desde dentro del Ayuntamiento.
En esa fecha, el concurso a¨²n no estaba resuelto oficialmente, pero Ros hab¨ªa recibido la noticia en persona del edil V¨¢zquez Aldrey durante una comida en un restaurante pr¨®ximo al estadio de Riazor en A Coru?a. Aldrey hab¨ªa rechazado reunirse con el empresario en Santiago porque, como le dijo en una conversaci¨®n telef¨®nica a Espadas: ¡°No quiero l¨ªos¡±. El destinatario del entusiasmo de Ros era su antiguo compa?ero en Aquagest Jos¨¦ Luis M¨ªguez El Peseta, un personaje muy peculiar que, seg¨²n revela el sumario, actuaba casi como un miembro m¨¢s del gobierno compostelano. Gracias a su amistad con Espadas, M¨ªguez no solo velaba por los intereses de su empresa sino que presionaba constantemente a concejales y funcionarios para beneficiar a otras compa?¨ªas como GRS o Vendex y manejaba informaci¨®n privilegiada de los asuntos municipales. Tanto es as¨ª que en un momento del proceso de adjudicaci¨®n del contrato de las multas, cuando el prop¨®sito de conced¨¦rselo a GRS parec¨ªa complicarse por dificultades t¨¦cnicas, el tesorero del Ayuntamiento, Carlos Moure, reprocha a M¨ªguez: ¡°La culpa es tuya por dejar que tus amiguitos del PP metieran la mano en el pliego¡±.
Desde principios de 2012, tanto Espadas como V¨¢zquez Aldrey, reforzados por las intrigas de M¨ªguez, echaron el resto para que el contrato se lo llevase el empresario catal¨¢n. Espadas lleg¨® a enviar a Ros un borrador del pliego de condiciones antes de que se convocase el concurso. ¡°Si ves algo que se pueda cambiar, se cambia¡±, le coment¨® por tel¨¦fono su com¨²n amigo M¨ªguez.
Los pinchazos telef¨®nicos revelan que Espadas supervis¨® personalmente los cambios introducidos por Ros. Y en el pliego se incluy¨® lo que en las conversaciones entre ambos y con el concejal de Seguridad ellos mismos denominan una ¡°trampa¡±: las bases recoger¨ªan la instalaci¨®n de tres fotorrojos, un sistema que da la alarma cuando un coche se salta un sem¨¢foro cerrado y que en el concurso se puntuar¨ªa de forma muy favorable a las pretensiones de GRS. En las semanas siguientes, con la connivencia de varios funcionarios, se alteraron informes para beneficiar a la firma de Ros, que incluso tuvo acceso a las plicas y a las puntuaciones concedidas a las otras empresas concurrentes. Aun as¨ª, una de ellas present¨® un recurso contra la adjudicaci¨®n a GRS, lo que llev¨® a V¨¢zquez Aldrey a reprochar a Ros: ¡°Con la informaci¨®n que ten¨ªais, menudo pliego hicist¨¦is¡±.
En las conversaciones intervenidas, tanto Ros como M¨ªguez comentan que ¡°Albino [el edil de Seguridad] se lleva una parte importante¡± del contrato. Los investigadores a las ordenes de la juez Pilar de Lara tambi¨¦n concluyen que GRS reparti¨® diversos regalos como invitaciones a fines de semana en Barcelona de las que se beneficiaron, entre otros, Espadas y los concejales Adri¨¢n Varela y Mar¨ªa Castelao. ¡°La empresa va a ganar mucha pasta¡±, le dijo en una conversaci¨®n Espadas a Aldrey, ¡°y el beneficio revierte tanto en ellos como en nosotros¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.