Distrito ¨²nico, a?o cero
La falta de transparencia del sistema y de datos evita que los cambios puedan ser valorados hasta que pasen dos cursos La OCDE advierte sobre el riesgo de un modelo elitista y excluyente
Marta Lomel¨ª es profesora de bachillerato en un colegio concertado del sureste de Madrid en uno de los distritos m¨¢s poblados de la capital y relativamente lejos de su domicilio. Tiene dos hijos, de tres y cinco a?os, que cursan educaci¨®n infantil en otro centro, tambi¨¦n concertado, pero al lado de su casa. Cuando el a?o pasado Madrid se convirti¨® en zona ¨²nica para el curso actual, 2013-2014, la cercan¨ªa al colegio dej¨® de pesar como criterio de escolarizaci¨®n y gan¨® puntos tener hermanos en el cole o familiares que hayan sido antiguos alumnos, ¡°aunque eso tampoco garantizara la plaza¡±, se?ala Marta.
La decisi¨®n del Gobierno popular de Madrid de modi?car los baremos de acceso a la escuela y convertir la comunidad en distrito ¨²nico de escolarizaci¨®n, tal y como ?guraba en su programa electoral y al igual que hiciera con la Sanidad, ¡°da cierta coherencia a la pol¨ªtica de los populares, pero el tema educativo, como ocurri¨® con los hospitales, es muy delicado¡±, explica Bianca Thoilliez, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Europea y experta en pedagog¨ªa.
¡°Est¨¢ bien que los padres tengan libertad de elecci¨®n de centro y es positivo que se fomente y se intensi?quen los criterios de transparencia de los colegios, pero tambi¨¦n hay que tener en cuenta que se puede generar una lucha entre los colegios para captar alumnos y no est¨¢ demostrado que la competencia entre centros mejore la calidad de los mismos por s¨ª sola y, desde luego, la informaci¨®n de qu¨¦ centros son m¨¢s demandados, me temo, no ser¨¢ p¨²blica¡±, advierte Thoilliez.
Y eso es lo que sucedi¨® en el colegio donde imparte clases Lomel¨ª: ¡°El director vio un nicho de negocio y puso en marcha una campa?a de publicidad para captar alumnos de otras zonas de Madrid, fuera del distrito¡±. ?La raz¨®n? Es el ¨²nico colegio de la zona que es concertado hasta bachillerato, con lo cual los alumnos no tienen que cambiar de colegio al terminar primaria ni ESO y pueden continuar en el mismo centro durante toda su vida escolar.
Un 90% ha podido ir al centro que eleg¨ªa en primer lugar
Thoilliez, como otros expertos, considera que es ¡°bueno diversi?car la oferta educativa, que los centros marquen diferencias entre ellos. Hay muchos colegios que ofrecen ense?anza especializada, sobre todo en nuevas tecnolog¨ªas o en formaci¨®n biling¨¹e. La ley permite que los centros decidan las horas y parte de los contenidos (el itinerario curricular) que dedican a cada ¨¢rea o asignatura, por lo que la libertad de elecci¨®n de los padres no se limita simplemente a sopesar la proximidad al domicilio, sino que se valoran tambi¨¦n esas especializaciones a la hora de matricular a los ni?os en determinados colegios¡±. Lo que tambi¨¦n va a ocurrir, advierte la pedagoga, ¡°es que para hacer creer que hay centros menos demandados que otros colegios que apenas capten alumnos se valorar¨¢ el inter¨¦s y posibilidades econ¨®micas de los padres¡±.
A pesar de que todav¨ªa no hay datos, Educaci¨®n considera que la implantaci¨®n ha sido un ¨¦xito y se?ala que el porcentaje de familias que acceden al centro que solicitaba en primera opci¨®n ha subido del 89% al 92%, en los dos ¨²ltimos cursos ¨Cla implantaci¨®n de la zona ¨²nica se realiz¨® en dos fases¨C, pero nadie prueba que esta mejora se deba a que las familias hayan elegido colegios alejados de sus domicilios o de la zona de trabajo de los padres.
La decisi¨®n de convertir Madrid en distrito ¨²nico escolar, satisface sobre todo a los centros concertados, para sindicatos y oposici¨®n, los m¨¢s bene?ciados. Tambi¨¦n ha recibido cr¨ªticas de asociaciones de padres de los colegios p¨²blicos que se?alan que este modelo puede dar lugar a una ense?anza elitista y excluyente que perjudica a familias con rentas bajas, algo de lo que tambi¨¦n ha alertado la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), encargada de elaborar el informe PISA (Programa de Evaluaci¨®n Internacional de Estudiante) sobre rendimiento acad¨¦mico y en el que Espa?a no sale muy bien parada.
En el ¨²ltimo informe PISA se se?alaba que los alumnos espa?oles de 15 a?os est¨¢n a la cola de los pa¨ªses de la OCDE y se alertaba sobre las diferencias entre comunidades aut¨®nomas. Espa?a est¨¢ en el n¨²mero 33 de la lista de 65 pa¨ªses y suspende en matem¨¢ticas, lectura y ciencias, aunque Madrid, Castilla y Le¨®n y Navarra destacan en sus puntuaciones, y a la cola est¨¢n Extremadura, Murcia, Baleares y Andaluc¨ªa.
Educaci¨®n considera que la implantaci¨®n ha sido un ¨¦xito
En el informe tambi¨¦n se analizan factores socioecon¨®micos y circunstancias acad¨¦micas de los alumnos, sus familias y los centros donde estudian. En el caso espa?ol y en relaci¨®n con los otros pa¨ªses de la OCDE se observa una mayor in?uencia del nivel socioecon¨®mico y cultural de las familias a la hora de explicar las diferencias de resultados entre unos alumnos y otros, aunque cree que es pronto para relacionar la crisis o los recortes con los resultados de la evaluaci¨®n.
En este sentido, la secretaria de Estado de Educaci¨®n, Formaci¨®n Profesional y Universidades, Montserrat Gomendio, reconoci¨® que la in?uencia del factor socioecon¨®mico de los alumnos sobre el rendimiento ¡°es m¨¢s elevado que en otros pa¨ªses por primera vez¡± y a pesar de que los resultados en Espa?a siguen estancados, por debajo de la media de la OCDE.
Habr¨¢ que esperar, explica Thoilliez, ¡°al menos, dos cursos para valorar si el cambio es positivo y en qu¨¦ medida afecta a los centros, si algunos tendr¨¢n que cerrar l¨ªneas de actuaci¨®n o simplemente cerrar porque a¨²n no sabemos c¨®mo va a afectar a la distribuci¨®n de la poblaci¨®n y tampoco podemos valorar la transparencia del sistema¡±.
Las diferencias ya est¨¢n sobre los centros ¡°est¨¢ claro que muy poca gente quiere ir a un colegio de integraci¨®n, que son centros con pocas matr¨ªculas, a veces mal valorados, por su nivel acad¨¦mico¡±, explican fuentes del sector. Pero tambi¨¦n la zona ¨²nica elimina alguna picaresca. Hasta ahora, muchos padres optaban por empadronar a los ni?os con los abuelos o con otros familiares o simulaban alquilar una vivienda durante el curso escolar en la zona donde se ubicaba el centro elegido.
Una picaresca no del todo desterrada en nuestra cultura. Por eso, Marta decidi¨® prevenir antes que curar y asegurase la matr¨ªcula de su hijo menor. Pidi¨® cita con el director del centro donde estudia el hermano mayor, y aquel para tranquilizarla le dijo: ¡°Nunca en la historia de este centro se ha dado el caso de que habiendo un hermano en el centro, otro se quede sin plaza¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.