Extra?os en el para¨ªso
En los fondos marinos subyace el alma primaria de toda la humanidad que hoy se encuentra gravemente contaminada
A veces basta con tener una cosa delante de los ojos para no verla. Poe tiene un cuento magistral sobre el asunto. La carta. Se trata de una misiva que ha sido robada. El prefecto de polic¨ªa de Par¨ªs recibe el encargo de encontrarla y a ello dedica todos sus esfuerzos, busc¨¢ndola como un sabueso hasta debajo de las piedras. Sin embargo, no es capaz de dar con ella precisamente porque la carta est¨¢ a la vista de todos, encima de una mesa. Esto pasa mucho en todos los ¨®rdenes de la vida. Por ejemplo hay gente que va buscando el amor como loca por los oc¨¦anos virtuales y no se da cuenta que lo tiene a la vuelta de la esquina, que es donde suele estar el Para¨ªso, concretamente.
Claro que existen muchas clases de Para¨ªso. Para algunos individuos la Arcadia feliz s¨®lo puede encontrarse en un banco suizo. Son tipos que encarnan todas las virtudes de una pieza de caza mayor. Se identifican por sus Rolex de oro, sus trajes de marca o sus coches de gama alta. Tienen una manera de entender la vida estilo empresario de local de alterne, para entendernos. Esa especie depredadora ha triunfado mucho por estas latitudes, especialmente entre dos grupos de profunda raigambre local: los potentados del sector del puticlub y ciertos pol¨ªticos que todos conocemos. Se trata de individuos muy patriotas capaces de vender a su pa¨ªs por 30 monedas porque no quieren dejar para ma?ana lo que pueden trincar hoy, aun a riesgo de cargarse la gallina de los huevos de oro. Despu¨¦s, eso s¨ª, van por ah¨ª cantando el himno valenciano a pecho de palomo.
Pero hay tambi¨¦n por aqu¨ª otra felicidad m¨¢s antigua, con solera y casta, que tiene que ver con el mar que es el para¨ªso que tenemos justo delante de las narices, como la carta de Poe. Seg¨²n los bi¨®logos, en los fondos marinos subyace el alma primaria de toda la humanidad que hoy se encuentra gravemente contaminada.
Desde los griegos existe una idea de la felicidad solar que abarca todo el Mediterr¨¢neo y que conoce cualquier pescador de pulpos aunque no haya le¨ªdo a S¨®crates. Es la felicidad de estar vivo y mirar el horizonte, de cultivar la media distancia ante los grandes dilemas de la vida, de levantarse tarde por gusto y temprano por necesidad, de jugar al domin¨® bajo un emparrado, sin mostrar una dicha desmesurada porque en cualquier momento todo se puede ir al garete. Este para¨ªso terrenal es una especie en extinci¨®n camino de convertirse en un vertedero absoluto como el resto del planeta.
La empresa Cairn Energy ha obtenido del Gobierno el permiso para buscar petr¨®leo en el golfo de Valencia con una campa?a s¨ªsmica de emisiones submarinas de 256 decibelios cada diez segundos, durante 75 d¨ªas. Despu¨¦s de las cuales, como imaginar¨¢n, no quedar¨¢ ni un berberecho vivo en varias millas a la redonda. Por supuesto desaparecer¨¢n tambi¨¦n los lagartos de las islas Columbretes, las tortugas marinas, los halcones y los cormoranes. Ante ese horizonte oxidado de plataforma petrol¨ªfera los turistas huir¨¢n en desbandada como cualquier ave de paso. La cosa bien mirada tiene su l¨®gica. Exactamente la clase de l¨®gica que nos ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª. Se trata a fin de cuentas de cargarse el entorno ecol¨®gico, la pesca, el comercio, el turismo, la hosteler¨ªa y la salud de los pueblos de la Plana a cambio de la fantas¨ªa burda de encontrar una bolsa de petr¨®leo con la que seguir contaminando a destajo el para¨ªso que nos queda m¨¢s a mano. O sea, un negocio redondo.
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