El peso de la Historia
Mas dice que los catalanes luchan hoy por lo mismo que en 1714, como si la Espa?a de ahora fuera como la de Felipe V
Hace unas semanas, el presidente Mas afirm¨® que ¡°Catalu?a quiere defender con votos lo mismo que los h¨¦roes de 1714¡±. No es la primera vez que partidarios del independentismo catal¨¢n sugieren un continuum pol¨ªtico entre los hechos de hace trescientos a?os y el presente; pero no s¨®lo eso: quienes afirman la existencia de tal hilo hist¨®rico entre el pasado y el presente suelen extenderlo, adem¨¢s, hacia el futuro. Afirman que m¨¢s tarde o m¨¢s pronto la Historia finalizar¨¢, necesariamente, en esa especie de El Dorado que es una Catalu?a independiente. La entrevista que ofreci¨® el presidente Mas al Corriere della Serahace unos d¨ªas viene a refrendar esta idea, ya que dijo que ¡°la independencia es el futuro natural de una vieja naci¨®n¡±.
Creo que es conveniente hacer un par de observaciones respecto de quienes sostienen esa conexi¨®n tan fuerte entre ese pasado ¡ªque muchos empezar¨ªan a tildar ya de remoto¡ª y nuestro tiempo presente y futuro, porque aunque esa conexi¨®n fuera usada como un mero recurso ret¨®rico, es extra?o e inquietante lo que de forma subyacente se est¨¢ sugiriendo.
La primera observaci¨®n tiene que ver con la idea expresada por Mas al decir que ¡°Catalu?a quiere defender con votos lo mismo que los h¨¦roes de 1714¡±. Mas est¨¢ diciendo, de forma impl¨ªcita y con una simpleza casi infantil, que los catalanes ¡ªen realidad se tratar¨ªa s¨®lo de los independentistas¡ª discuten hoy con los espa?oles por lo mismo que en 1714, a saber, la supervivencia de las instituciones catalanas. Pero para poder sostener con sentido ese continuum entre entonces y ahora ser¨ªa necesario que quienes est¨¢n contra los catalanes a d¨ªa de hoy fueran partidarios del modelo absolutista y antiparlamentario que Felipe V impuso a todos sus s¨²bditos, fueran ¨¦stos catalanes o no. Si los "enemigos" de los catalanes enarbolaran hoy un modelo tal, entonces, en efecto, la supervivencia de las instituciones catalanas estar¨ªa en peligro. ?Pero es tal realmente el caso? ?De verdad que es cre¨ªble pensar que entre el contexto pol¨ªtico de 1714 y el de 2014 apenas hay diferencia?
El Estado espa?ol actual est¨¢ pasando un momento p¨¦simo, pero a pesar de todos sus defectos, limitaciones y vicios sigue siendo m¨¢s democr¨¢tico que el modelo propugnado por Felipe V. En el reduccionismo pol¨ªtico en el que se est¨¢ viviendo en Catalu?a desde hace dos a?os, a todos aquellos que pensamos que el derecho unilateral a la secesi¨®n (el famoso ¡°dret a decidir¡±) no est¨¢ previsto en ning¨²n lado, se nos atribuyen posiciones antidemocr¨¢ticas. Obviamente esto ¨²ltimo es falso, pero al atribuir posiciones antidemocr¨¢ticas a aquellos con los que no se est¨¢ de acuerdo se crea la sensaci¨®n de que el contexto en el que vivimos en realidad no es tan diferente del de 1714, ya que frente a las ansias de ¡°libertad¡± se sit¨²an las mismas posturas antidemocr¨¢ticas. Los antidem¨®cratas ya no parecemos antidem¨®cratas, pero en realidad lo somos. Quienes as¨ª piensan bien podr¨ªan suscribir el verso de Tom Waits: ¡°It's the same old world, but nothing looks the same¡±.
La segunda observaci¨®n tiene que ver con ese continuum entre el pasado, el presente y el futuro del que hablaba antes y que, de forma natural, como dijo Mas, desemboca en la independencia. Una muestra pr¨¢ctica y real de tal manera de ver las cosas son esas pol¨ªticas puestas en marcha por el Gobierno catal¨¢n consistentes en construir lo que llaman ¡°estructuras de Estado¡±. Al llevar a cabo una operaci¨®n de este tipo se est¨¢ presuponiendo que ese Estado tendr¨¢ lugar, que tal destino est¨¢ ya marcado. Quienes adoptan un discurso semejante parecen querer afirmar, subyacentemente, que hay una suerte de fuerza superior ¡ªla Historia¡ª que determina un resultado final: la independencia. Sugieren que hay un hilo narrativo que conduce inexorablemente a ese El Dorado, por lo que en el fondo poco importa lo que nosotros queramos o no, ya que la Historia est¨¢ ya escrita, es s¨®lo cuesti¨®n de tiempo que se llegue a ese final.
Pero si las cosas fueran realmente as¨ª, y no hubiera capacidad para elegir en buena medida sobre el futuro puesto que hay algo ajeno a nosotros que precluye el abanico de resultados, ?a santo de qu¨¦ esa machacona insistencia con el derecho a decidir? Si la Historia ya est¨¢ determinada y, m¨¢s tarde o m¨¢s pronto, se llegar¨¢ a ese final al que estamos predestinados, ?qu¨¦ queda por decidir? ?En relaci¨®n con qu¨¦ nos autodeterminamos si todo est¨¢ ya determinado? No es compatible apelar a cualquiera de las formas del principio de autodeterminaci¨®n ¡ªya sea colectivo o individual¡ª y afirmar, contempor¨¢neamente, que m¨¢s tarde o m¨¢s pronto, de forma natural, El Dorado llegar¨¢ porque a fin de cuentas la Historia ya est¨¢ escrita.
Y si, como es razonable pensar, resulta que el futuro no est¨¢ ya predeterminado, quiz¨¢ haya todav¨ªa espacio para un lugar entre el actual status quo y ese El Dorado incierto, un lugar en que la mayor¨ªa, incluidos aquellos que no tenemos ni idea de cu¨¢les son las cualidades esenciales e irrenunciables de Catalu?a o de Espa?a, nos sintamos c¨®modos.
Pau Luque es investigador en Filosof¨ªa del Derecho en la Universidad Federico II de N¨¢poles.
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