Tan c¨®mplices como opacos
Una cerraz¨®n, la del PP, chulesca y de hechuras fascistoides
El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha condenado por quinta vez al Consell que preside Alberto Fabra por haberle ocultado datos a la oposici¨®n. Ha vuelto a ser noticia estos d¨ªas y es una de las ya incontables condenas que pesan por ese motivo tanto contra el citado ¨®rgano de gobierno como contra las Cortes Valencianas que han recibido asimismo reiterados y contundentes varapalos tanto del Tribunal Supremo como del Constitucional. Unos correctivos que apenas han atenuado la opacidad contra la que se han estrellado cientos y hasta millares de preguntas y requerimientos formulados por la oposici¨®n a lo largo de las legislaturas populares. Una cerraz¨®n de hechuras fascistoides y a menudo chulescas que ya constituye una ense?a del partido que nos gobierna.
Se arg¨¹ir¨¢ que no, que ese m¨¦rito o dem¨¦rito, corresponde a la corrupci¨®n, que tan brillantes p¨¢ginas lleva escritas en la no menos espectacular, por delictiva, historia del PP ind¨ªgena. No replicamos ese parecer, ya que se est¨¢ hablando de una y misma cosa, pues esta falta de transparencia y el blindaje ante la democr¨¢tica obligaci¨®n de inquirir y fiscalizar por parte de los partidos opositores ha sido el caldo de cultivo necesario para que prosperasen los m¨²ltiples desmanes y trapacer¨ªas que hoy saturan los tribunales y son ahora una losa al cuello de los populares. En el pecado les va la penitencia. Tanta confidencialidad y secretismo en la gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos no ha sido m¨¢s que complicidad t¨¢cita o consciente con la manada de delincuentes acampada en el seno del partido.
Con la perspectiva del tiempo transcurrido desde que ganaron sus primeras elecciones resulta asombroso el desmesurado abuso del ocultismo practicado por estos gobiernos. De ellos se sab¨ªa, porque est¨¢ en su ideario y lo ten¨ªan proclamado, su apuesta por la privatizaci¨®n de lo p¨²blico, pr¨¢cticamente sin excepciones. Liberales de pata negra que son. Lo que no estaba en los programas ni puede legitimar ning¨²n electorado era y es la confiscaci¨®n de aquellos sectores y ¨¢mbitos de la Administraci¨®n financiados con el dinero de los contribuyentes y la institucionalizaci¨®n de la arbitrariedad. ?O acaso no son arbitrariedades las negativas a informar sobre los sondeos demosc¨®picos pagados por el Consell, los salarios de altos cargos de la EMT, el precio de programas de RTVV, los contratos de la F¨®rmula 1, trapicheos con el Instituto N¨®os y decenas de asuntos de inter¨¦s general resueltos mediante la ley del embudo?
El PP ya est¨¢ convertido en proveedor de carne de banquillo y, m¨¢s pronto que tarde, ser¨¢ protagonista de la cr¨®nica carcelaria, por mucho que tal previsi¨®n indigne a alguno de sus jefes. Tiempo, pues, tendr¨¢ para meditar y hacer prop¨®sitos de enmienda, adem¨¢s de corregir la arrogancia que destila. Quienes habr¨¢n tomado buena nota ¡ªo eso suponemos¡ª son los partidos que apuntan como alternativa de gobierno, los partidos progresistas gen¨¦ricamente descritos. De ellos podemos esperar que hayan le¨ªdo o refrescado al licenciado Vidriera y visto las ventajas de gobernar con techo de cristal, con puertas y ventanas de par en par, como predicaba hace unos d¨ªas la diputada M¨°nica Oltra, con la supuesta anuencia de toda la izquierda rampante. Otra cosa ser¨ªa inconcebible adem¨¢s de torpe, pues equivaldr¨ªa a convertirse en una ladronera, tal cual ha sido o est¨¢ siendo el ominoso crep¨²sculo del PP, que el Se?or tenga por muchos a?os a su vera, pero lejos.
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