A vista de Parque Nacional
De un tranquilo paseo a una buena escalada en La Pedriza o un trayecto en bicicleta. La Sierra del Guadarrama se abre a todos los visitantes
En julio de 1883, Francisco Giner de los R¨ªos y Manuel Bartolom¨¦ Coss¨ªo, junto con un grupo de profesores y alumnos de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, llevaron a cabo la primera excursi¨®n pedag¨®gica a la Sierra de Guadarrama de la que se tiene noticia. As¨ª lo cuenta la fundaci¨®n Giner de los R¨ªos. Fueron los primeros incondicionales de la Sierra, los guadarramistas, personas que comenzaron a reivindicar la protecci¨®n actual del entorno. M¨¢s de un siglo despu¨¦s, los escasos visitantes se han convertido en miles ¡ª600.000 en los tres meses del verano pasado¡ª y la zona es desde hace menos de un a?o Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama. En sus 34.000 hect¨¢reas se puede practicar deporte, avistar fauna y disfrutar del entorno.
Espacio protegido y organizado
Extensi¨®n: 34.000 hect¨¢reas (21.714 en la vertiente madrile?a, el resto en la segoviana). Adem¨¢s de una zona perif¨¦rica de protecci¨®n.
Centros de atenci¨®n al visitante: Manzanares el Real, Puente del Perd¨®n, valle de la Fuenfr¨ªa y puerto de Cotos.
Sendas: En el interior del parque existen cerca de 300 kil¨®metros y en la zona perif¨¦rica de protecci¨®n otros 350. www.sendasdemadrid.es
Zonas recreativas: 21 ¨¢reas, como la popular de las Presillas, el Mirador de los Robledos o la Isla.
Fauna: lobo, ¨¢guila imperial ib¨¦rica, buitre negro, cig¨¹e?a negra (todas protegidas), b¨²ho real, ¨¢guila calzada, halc¨®n peregrino, azor y diez especies de anfibios (siete amenazadas), entre otras.
? Senderismo. Los miradores de los poetas. Por el interior del Parque Nacional discurren 300 kil¨®metros de sendas y por su zona perif¨¦rica, otros 350. Una de las m¨¢s emblem¨¢ticas y conocidas es la senda del poeta. Desde el Valle de la Fuenfr¨ªa (Cercedilla), se asciende hasta los 1.700 metros por un camino c¨®modo y bien se?alizado. En la subida aparecen miradores dedicados a la memoria de literatos como Vicente Alexaindre y Luis Rosales. La pradera de Navalurraque recompensa el esfuerzo, con el monumento a los primeros caminantes o el reloj de Sol de Camilo Jos¨¦ Cela, otro ilustre guadarramista.
Para los m¨¢s solitarios, se impone un cambio de rumbo. Entre las opciones, se encuentra el puerto del Revent¨®n, subiendo por Rascafr¨ªa o las cascadas del Purgatorio, a las que se accede desde el puerto de La Morcuera o tomando como punto de partida el centro de interpretaci¨®n situado en el puente del Perd¨®n.
? Bicicleta. Para los amantes de las dos ruedas, la Consejer¨ªa de Medio Ambiente, est¨¢ se?alizando 21 rutas que suman 368 kil¨®metros y que finalizar¨¢n en primavera. Van desde Somosierra a los pinares de Guadarrama en el entorno de La Jarosa.
? Escalada. La Pedriza y Pe?alara acumulan numerosas v¨ªas de escalada. Perfectas para la iniciaci¨®n en este deporte.
? Esqu¨ª de fondo. En el ¨¢rea recreativa de Cotos existe una pista de esqu¨ª de fondo y traves¨ªa, adem¨¢s de espacios habilitados para deslizarse con trineos y una zona de snowboard.
? Avistamiento de fauna. El lobo cr¨ªa en la sierra desde 2012, tras desaparecer de la regi¨®n en los a?os 40 del siglo pasado. Solo es una manada, con lo que toparse con uno de sus miembros es improbable. Mejor optar por observar los equilibrios de las cabras montesas, especie que coloniza la sierra. Se calcula que existen 3.000 ejemplares. Es f¨¢cil encontrarlas en La Pedriza o en el collado de la Ventana. Entre las aves, los reyes de la sierra del Guadarrama y los m¨¢s f¨¢ciles de divisar por su envergadura son el buitre leonado ¡ªen la zona de La Pedriza¡ª y las m¨¢s de 100 parejas de buitre negro ¡ªen la zona de Rascafr¨ªa, en el Pinar de los Belgas¡ª. Es necesaria mucha suerte para ver volar al ¨¢guila imperial ib¨¦rica, pero no a otras rapaces. En las lagunas de Pe?alara viven diez especies de anfibios, de las que siete est¨¢n en el cat¨¢logo nacional de especies amenazadas. En las zonas bajas de Pe?alara, revolotean m¨¢s de 107 especies de mariposas.
? Macizo de Pe?alara (Rascafr¨ªa). Uno de los lugares m¨¢s bellos de la sierra, en el que sobresale el pico de Pe?alara con sus 2.428 metros. La foto en su concurrida cumbre es una de las m¨¢s t¨ªpicas de la zona. El macizo conserva restos del glaciarismo cuaternario y los procesos periglaciares actuales. De los humedales que salpican el macizo destaca la laguna Grande y otras de menor extensi¨®n como la de los P¨¢jaros.
? La Pedriza (Manzanares el Real). En la entrada se halla uno de los cuatro centros de interpretaci¨®n del parque nacional. Las rocas gran¨ªticas de este espacio adquieren formas caprichosas, a las que los pastores y monta?eros han bautizado con nombres como el conocido Yelmo, que se divisa desde la lejan¨ªa.
? La chorrera de San Mam¨¦s (Navarredonda-San Mam¨¦s). Una cascada de 30 metros espera al excursionista a casi 1.500 metros de altitud, al final de un paseo, que ida y vuelta, no dura m¨¢s de tres horas. El mejor momento del a?o, la primavera por el deshielo.
? Monasterio de Santa Mar¨ªa de El Paular (Rascafr¨ªa). El retablo g¨®tico en alabastro que preside la iglesia del Monasterio, la talla de la virgen de El Paular o la siller¨ªa del coro del XVI son imprescindibles. Los monjes benedictinos que residen en el monasterio cuidan tambi¨¦n de la hospeder¨ªa y venden productos elaborados por monjes y monjas de diferentes monasterios.
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