Una Administraci¨®n corrompida
Los tribunales cuestionan el funcionamiento de los Gobiernos de Francisco Camps M¨¢s de medio centenar de altos cargos de la Generalitat est¨¢n imputados
El ensue?o con el que el PP deslumbr¨® a los valencianos en la primera d¨¦cada de este siglo ha terminado. Los tribunales de justicia, a golpe de auto, han terminado por apagar los brillos de una Administraci¨®n auton¨®mica que funcion¨® con arbitrariedad y falta de control al amparo de los abundantes recursos generados por la burbuja inmobiliaria. ¡°Durante el invierno nuclear del Gobierno de Zapatero, Valencia alumbraba el camino del futuro de Espa?a¡±, lleg¨® a decir el expresidente Francisco Camps, entrevistado en 2012.
Sin embargo, el presente es bastante m¨¢s sombr¨ªo. El propio Camps, absuelto en el caso de los trajes regalados por la trama G¨¹rtel ¡ªel mismo caso por el que su vicepresidente Victor Campos fue condenado¡ª sigue siendo llamado hoy a colaborar con la justicia por otras irregularidades de su Gobierno. Ahora, como testigo en el caso N¨®os.
Lo sucedido con Camps, por importante que sea, no es la ¨²nica situaci¨®n excepcional. En su primera legislatura nombr¨® un vicepresidente, V¨ªctor Campos, ya condenado en firme. Y en su segunda, tres vicepresidentes. De los cuales uno est¨¢ imputado, Vicente Rambla, por participar en la supuesta financiaci¨®n irregular del PP. Y los otros dos han sido llamados a colaborar por la justicia en calidad de testigos por diversas irregularidades en la Generalitat. Gerardo Camps en el caso N¨®os y Juan Cotino en el caso B¨¢rcenasy el caso Emarsa.
Por debajo de ellos hay un total de seis exconsejeros imputados por casos de corrupci¨®n. Cinco por su participaci¨®n en las adjudicaciones irregulares a Orange Market, el buque que comandaba ?lvaro P¨¦rez El Bigotes, proveedor ¨²nico de eventos de la direcci¨®n regional del PP. Y el sexto, Rafael Blasco, por el desv¨ªo de fondos p¨²blicos destinados a la cooperaci¨®n con pa¨ªses en desarrollo.
¡°La falta de transparencia es el caldo de cultivo de la corrupci¨®n¡±
Un escal¨®n m¨¢s abajo, en la pir¨¢mide de mando, figuran como imputados casi una decena de secretarios auton¨®micos y docenas de directores generales y altos funcionarios de la Generalitat en las distintas piezas del caso G¨¹rtel, el caso Cooperaci¨®n y el caso N¨®os.
El cuadro de imputados ilustres lo completan la c¨²pula de la direcci¨®n regional del PP durante los a?os de gloria de Camps, con Ricardo Costa a la cabeza.
En total el a?o pasado, el Consejo General del Poder Judicial contabiliz¨® 280 casos de corrupci¨®n en los juzgados de la Comunidad Valenciana.
?Qu¨¦ explica esta imagen de Administraci¨®n corrompida? Para un experto que pide el anonimato y que colabor¨® en el libro blanco de las Administraciones P¨²blicas del Gobierno socialista, las razones se pueden resumir en cuatro: ¡°La falta de transparencia, que es el caldo de cultivo de la corrupci¨®n; la excesiva discrecionalidad en los nombramientos por parte de quien ostenta el poder; la politizaci¨®n de los ¨®rganos de control y la debilidad de los controles externos y, por ¨²ltimo, la sensaci¨®n de impunidad a la que contribuyeron los votantes revalidando mayor¨ªas cuando ya hab¨ªan estallado los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n¡±.
Aunque los tribunales cuestionen de manera generalizada la gesti¨®n de la era Camps, lo cierto es que el PP ya hab¨ªa registrado sonoros esc¨¢ndalos de corrupci¨®n con Eduardo Zaplana al frente de la Generalitat.
La diferencia, seg¨²n un exalto cargo popular, es que Zaplana dejaba ¡°poco margen de iniciativa¡± a sus subordinados, mientras que Camps solo se ocupaba personalmente de ¡°las cosas que le interesaban¡±. Otra diferencia es que Zaplana fue diligente a la hora de apartar a su consejero de Obras P¨²blicas Luis Fernando Cartagena ¡ªcondenado finalmente por apropiaci¨®n de un dinero donado por religiosas de Orihuela¡ª mientras que Camps reforz¨® al hombre fuerte del PP en Castell¨®n, Carlos Fabra, hoy condenado a cuatro a?os de prisi¨®n por delito fiscal.
El a?o pasado los tribunales gestionaron 280 causas
La segunda diferencia estriba en que el mayor caso de corrupci¨®n de la etapa Zaplana, el caso Terra M¨ªtica, ha quedado limitado a la c¨²pula del parque, que se sentar¨¢ en el banquillo en breve.
En cambio, los sumarios judiciales que afectan a los mandatos de Camps han derivado casi en met¨¢stasis. La trama G¨¹rtel, cuyo esquema consist¨ªa en lograr contratos de la Generalitat y dinero de adjudicatarios de la Administraci¨®n valenciana para pagar los eventos de la direcci¨®n regional del PP a cambio de suculentas comisiones, ha llevado a la imputaci¨®n de decenas de cargos de consejer¨ªas y empresas p¨²blicas como R¨¤dio Televisi¨® Valenciana (RTVV).
La filosof¨ªa del laissez fair laissez passer de Francisco Camps, envuelta en un manto de opacidad, tambi¨¦n ha contribuido a agravar esc¨¢ndalos como el de la desaparici¨®n de las cajas de ahorro valencianas. Aunque el PP de Camps control¨® los consejos de administraci¨®n de las entidades, prefiri¨® mirar hacia otro lado incluso cuando los signos de deterioro financiero eran evidentes. Hoy est¨¢n imputados los principales responsables de la CAM y Bancaja, incluido el expresidente de la Generalitat Jos¨¦ Luis Olivas en el caso Bankia, y las cajas han desaparecido.
La estructura de gobierno de Camps ha pasado casi toda por los juzgados
Si las contrataciones fraccionadas, sin criterios de adjudicaci¨®n y sin publicidad se utilizaron para eludir la legislaci¨®n ¡ªy facilitar la entrada de la trama G¨¹rtel, as¨ª como la adjudicaci¨®n de las tres ediciones del Valencia Summit y el convenio para la celebraci¨®n de unos Juegos Europeos al duque de Palma, I?aki Urdangar¨ªn¡ª, las subvenciones han sido el otro caballo de Troya de la corrupci¨®n valenciana.
Una fuente de la Sindicatura de Comptes argumenta que la mayor¨ªa de irregularidades fueron recogidas en las auditor¨ªas pero ¡°los que deb¨ªan hacer caso de las recomendaciones se limitaron a leer los informes y punto¡±. ¡°No tiene sentido que los consejeros comparezcan en el Parlamento a explicar sus presupuestos, que la Sindicatura de Comptes explique posteriormente la gesti¨®n realizada y que luego los responsables pol¨ªticos no den cuenta de las irregularidades detectadas por las auditor¨ªas en las Cortes¡±, a?ade esta fuente. ¡°El ¨®rgano auditor tiene una limitaci¨®n muy importante¡±, explica, ¡°No podemos pedir informaci¨®n a terceros, potestad que s¨ª tiene la Agencia Tributaria, que es quien acaba al final por descubrir las ilegalidades¡±.
Zaplana se emple¨® a fondo para acotar los esc¨¢ndalos durante su mandato
As¨ª ha sido en las distintas piezas del caso G¨¹rtel, el caso N¨®os, el caso Blasco y el caso Fabra. En todos ellos, los informes de la Agencia Tributaria y las pesquisas policiales sobre el rastro del dinero han sido determinantes para poner al descubierto las irregularidades.
Una situaci¨®n que explica igualmente por qu¨¦ sin la existencia de denuncias judiciales por parte de la oposici¨®n, y algunos particulares, los esc¨¢ndalos habr¨ªan quedado circunscritos a la esfera de la opini¨®n p¨²blica.
Hoy sorprende que, de casi toda la pol¨ªtica de grandes eventos, la ¨²nica que se ha salvado del esc¨¢ndalo es la Copa del Am¨¦rica, en la que tuvieron que convivir populares y socialistas. Lo que ya no sorprende es el grado de permeabilidad a la corrupci¨®n que acumul¨® una Administraci¨®n con el presidente m¨¢s poderoso de la historia de la Generalitat.
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