Demasiado desiguales
Aplicamos pol¨ªticas cuya ¨²nica utilidad es concentrar la riqueza en los mismos de siempre
La derecha espa?ola hace una lectura muy benevolente del franquismo present¨¢ndolo como un r¨¦gimen pol¨ªtico autoritario pero bastante avanzado en lo social. Una interpretaci¨®n que los hechos descalifican por si solos porque Franco impuso una dictadura cruel que asesin¨® a m¨¢s compatriotas que la de Mussolini y los datos demuestran que el llamado ¡°milagro espa?ol¡± fue m¨¢s un mito que una realidad palpable.
La renta per c¨¢pita de la Rep¨²blica solo se recuper¨® en 1951 y el salario real en 1962 y el desarrollo del que alardeaba el R¨¦gimen estuvo muy lejos del moderno Estado de Bienestar ya entonces consolidado en los pa¨ªses vecinos. Por el contrario, gener¨® una desigualdad extraordinaria y consolid¨® los grupos de poder econ¨®mico y financiero que todav¨ªa hoy dominan Espa?a gracias a los privilegios que recibieron de la dictadura.
Fue la democracia, m¨¢s t¨ªmidamente con los gobiernos de UCD y sobre todo con los primeros del PSOE, la que generaliz¨® en Espa?a derechos esenciales como el de la ense?anza y la salud universales o las pensiones p¨²blicas.
Las estad¨ªsticas muestran claramente que fue solo a partir de los primeros a?os ochenta cuando se redujo el d¨¦ficit social (medido, por ejemplo, en el porcentaje que supon¨ªa el gasto social sobre el PIB) que nuestro pa¨ªs ten¨ªa respecto a Europa. Y que al mismo tiempo que se fue desarrollando el Estado de Bienestar espa?ol, con grandes limitaciones e insuficiencias por la fuerza del neoliberalismo dominante, fue disminuyendo la desigualdad heredada del franquismo. Algo que ocurri¨® incluso en la segunda legislatura de Aznar y a pesar de que el peso del gasto social en el PIB ya ven¨ªa descendiendo desde 1993.
Si se mide como la relaci¨®n entre el ingreso del 20% m¨¢s rico de la poblaci¨®n y el 20% m¨¢s pobre, la desigualdad baj¨® en Espa?a en 2002 y 2003, subi¨® un poco en 2004 y algo m¨¢s en 2005 y se mantuvo pr¨¢cticamente igual en 2006 y 2007, seg¨²n los datos de Eurostat. Pero a partir de entonces se ha disparado y Espa?a se ha convertido en el pa¨ªs europeo m¨¢s desigual y en donde m¨¢s ha crecido la desigualdad de 2000 a 2012, despu¨¦s de Bulgaria. En 2011, solo ese pa¨ªs y Ruman¨ªa ten¨ªan tasas de riesgo de pobreza m¨¢s elevadas que nosotros.
Es verdad que los efectos letales de la crisis sobre la desigualdad y la pobreza no son exclusivos de Espa?a. En Alemania hay ya casi 8 millones de trabajadores ganando por debajo de 450 euros mensuales y en Francia, donde el nivel de pobreza es el m¨¢s alto desde 1997, 2 millones de personas ganan menos de 645 euros al mes y 3,5 millones necesitan ayuda alimentaria para sobrevivir. Pero el caso espa?ol es m¨¢s preocupante y peligroso por lo r¨¢pido que avanza y porque, seg¨²n un informe reciente del Fondo Monetario Internacional, solo Lituania nos supera en desigualdad de mercado, la que se da antes de que se apliquen las pol¨ªticas redistributivas. Lo que quiere decir que si estas ¨²ltimas se siguen debilitando nuestra desigualdad y la pobreza asociada alcanzar¨¢n niveles insostenibles.
Poner freno a este crecimiento vertiginoso de la desigualdad no es solo una cuesti¨®n moral, que deber¨ªamos abordar por un sentido elemental de justicia y humanidad o para salvar la imprescindible cohesi¨®n social e incluso la democracia, pues vemos d¨ªa a d¨ªa que la corrupci¨®n aumenta justo a medida que somos m¨¢s desiguales. No hacer nada para evitarla es tambi¨¦n un suicidio econ¨®mico porque la desigualdad destroza la econom¨ªa y le impide crear empleo y riqueza. Las peque?as y medianas empresas necesitan del ingreso de esas tres cuartas partes de la poblaci¨®n que se est¨¢n empobreciendo en Espa?a a velocidad de v¨¦rtigo. Es la desigualdad lo que las est¨¢ matando.
El presidente Barack Obama dec¨ªa hace unas semanas que combatirla es ¡°el reto definitivo de nuestro tiempo, lo que hace que la econom¨ªa funcione¡±. Nosotros, por el contrario, la aumentamos aplicando pol¨ªticas cuya ¨²nica utilidad real es concentrar a¨²n m¨¢s la riqueza en los mismos de siempre.
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