Un vasco de ¡®foulard¡¯ y ¡®txapela¡¯
"En cada rinc¨®n de Bilbao, en cada sala del Bellas Artes, en cualquier ¨®pera de la ABAO, o cuando subamos a Bego?a o a Artxanda siempre habr¨¢ algo que nos recuerde a ti"
Cuando me pongo a escribir estas l¨ªneas sobre I?aki, me vienen a la cabeza im¨¢genes, recuerdos y fragmentos de vivencias almacenados en mi memoria tras veintisiete a?os de compartir con ¨¦l militancia pol¨ªtica, acci¨®n de gobierno y, en los ¨²ltimos a?os, la famosa bicefalia del PNV. I?aki ha sido un hombre especial en todo.
Especial en su forma de concebir el servicio p¨²blico: toda su vida ha estado al servicio de la gente, como m¨¦dico, siempre en la sanidad p¨²blica, y como pol¨ªtico, siempre en cargos institucionales. Especial en su forma de militar en el partido: de natural rebelde y con fuerte car¨¢cter y criterio propio, asum¨ªa sin embargo la disciplina de lo que ¨¦l, con su sorna habitual, denominaba el aparachik de Sabin Etxea.
Abertzale at¨ªpico, sin ¨¦l, Euskadi pierde a un gran patriota"
Especial en su forma de sentirse y mostrarse como vasco: pocos como ¨¦l han sabido combinar el foulard que recordaban su ¨¦poca de gauche divine en el Par¨ªs revolucionario del 68, con la txapela azul Bilbao bien puesta, como los elegantes bilba¨ªnos de toda la vida. Toda una met¨¢fora de c¨®mo entend¨ªa el mejor Alcalde del Mundo la vasquidad: con los brazos muy abiertos a la universalidad pero bien plantado sobre esta tierra vasca por la que tanto ha luchado.
Abertzale at¨ªpico, sin ¨¦l, Euskadi pierde a un gran patriota. Especial en su forma de relacionarse con toda clase de gente: daba igual que fueran altos mandatarios extranjeros, a los que sorprend¨ªa con sus eruditos comentarios sobre arte, m¨²sica o historia; o sus fans del baile de La Casilla, con las que se marcaba unos pasodobles; o las monjas a las que asiduamente visitaba y con las que hablaba de lo divino y lo humano; o cualquier vecino que le paraba por la calle en sus habituales paseos tomando unos txikitos; con todos era capaz I?aki de conectar y ponerse a su altura.
Especial a la hora de trabajar: pasaba de idear un nuevo concepto de ciudad, de pensar a lo grande, a hacer rondas por los barrios de la villa para comprobar ¨¦l, con sus propios ojos, si las calles estaban limpias y las papeleras en su sitio. Le recuerdo en su ¨¦poca del Gobierno vasco estando al frente de la Mesa del Agua durante aquella ag¨®nica sequ¨ªa, cuando todos los d¨ªas antes de ir a casa pasaba por el pantano para ver la evoluci¨®n, mil¨ªmetro a mil¨ªmetro, del nivel de reservas.
Unos y otros se han preguntado cu¨¢l era el secreto de Azkuna para lograr ese tir¨®n electoral. El secreto era ser especial"
A lo largo de todos estos a?os de alcalde, han sido cientos de veces las que unos y otros se han preguntado cu¨¢l era el secreto de Azkuna para lograr ese tir¨®n electoral. El secreto era ser especial. Un ser tan especial que si en lugar de venir al mundo en Durango hubiera nacido treinta kil¨®metros m¨¢s al Este, habr¨ªa sido el ¨²ltimo Caballerito de Azkoitia; y si en lugar de en el siglo XX lo hubiera hecho en el XVI, se le podr¨ªa haber encontrado en cualquier taller o tertulia renacentista de las ciudades europeas m¨¢s vanguardistas de la ¨¦poca.
I?aki, ha llegado la hora de despedirte. Te gustar¨ªa, seguramente, que lo hici¨¦ramos en franc¨¦s, con el au revoir aprendido en La Sorbona, o con el arrivederci italiano, tarareado al son del Verdi de tus amores.
Pero no, te lo voy a decir en euskera, porque en cada rinc¨®n de Bilbao, en cada sala del Bellas Artes, en cualquier ¨®pera de la ABAO, o cuando subamos a Bego?a o a Artxanda para ver el mapamundi del Botxo, siempre habr¨¢ algo que nos recuerde a ti y har¨¢ que permanezcas entre nosotros para siempre. Ez adiorik, I?aki! Ez adiorik, Alkate!?
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