Espriu, en el ¡®mundo¡¯ de Mario Bros
¡®Primera historia d¡¯Esther¡¯ y ¡®La pell de brau¡¯ sirven de base a un pionero videojuego sobre un escritor catal¨¢n
Juguet¨®n con retranca (incluso feliz de ni?o hasta que llegaron las muertes de sus hermanos) y amante de las marionetas, Salvador Espriu estar¨ªa seguramente contento con esa reina Esther con filiformes aires de t¨ªtere que corre por la pantalla del videojuego El m¨®n d¡¯Espriu, ¡°el primero en la historia de la literatura catalana¡±, a decir de Xavier Bru de Sala, comisario del Any Espriu del que la iniciativa es hija tard¨ªa, tras m¨¢s de 10 meses de trabajo en el proyecto.
Ver los ejemplares de La pell de brau i de Primera hist¨°ria d¡¯Esther, dos de las grandes obras de Espriu, propiedad de Carlos Gonz¨¢lez es revelador. El creador del videojuego fue subrayando versos y a?adiendo dibujos al lado (un c¨ªrculo con rect¨¢ngulos que lo rodean al lado de ¡°A ponent us esperen / lliures camins de mar¡±; un toro en una especie de desierto acotando ¡°El brau, en l¡¯arena de Sepharad, envestia l¡¯estesa pell¡¡±) f¨¢cilmente reconocibles hoy como pantallas del videojuego. Madrile?o de origen pero exestudiante de Psicolog¨ªa en Barcelona, Gonz¨¢lez¡ªexperto en la experiencia del usuario de juegos de ordenador¡ªes profesor universitario de creaci¨®n de productos interactivos y fue quien recibi¨® el pionero encargo de la Generalitat de meter a Espriu en el mundo de Mario Bros.
El juego ha necesitado
Han invertido Gonz¨¢lez y DevilishGames ¨CSpherical Pixel, la empresa que ha desarrollado el producto, bien el tiempo: a pesar de que el p¨²blico objetivo del videojuego est¨¢ en una franja de 11 a 16 a?os, El m¨®n d¡¯Espriu seducir¨¢ tambi¨¦n a los adultos m¨ªnimamente inquietos porque ¡°no hay ni un solo detalle que sea gratuito, que no est¨¦ vinculado a la vida y a la obra del escritor¡±, seg¨²n Bru de Sala. Y no con lo m¨¢s obvio: la C¨¢bala, el pensamiento esot¨¦rico vinculado al juda¨ªsmo, tan presente en la obra del escritor catal¨¢n, est¨¢ sutilmente diseminado por todo el juego, al que se puede acceder de forma gratuita y sin descargar aplicaci¨®n alguna tanto a trav¨¦s de la p¨¢gina web del Any Espriu? como --entre los usuarios acreditados-- de la plataforma on line www.eduCaixa.com, de la Obra Social de la entidad bancaria, que ha financiado los 10.000 euros del coste del juego. Tercera iniciativa espriuana de La Caixa (tras financiar la biograf¨ªa Espriu, transparent, de Agust¨ª Pons, y la costosa edici¨®n de Ocnos i el parat esglai), la entidad plantea el videojuego como complemento did¨¢ctico que pone a disposici¨®n de las 6.500 escuelas de su programa educativo en toda Espa?a.
El juego se plantea a partir de cuatro niveles y se inicia en Sinera, l¡¯Arenys ¨Cal rev¨¦s-- de Mar m¨ªtica d¡¯Espriu. El jugador controla a la reina Esther en su b¨²squeda de la salvaci¨®n de su pueblo jud¨ªo que el escritor recre¨® en 1948 en su Primera hist¨°ria d¡¯Esther. En esas primeras pantallas es f¨¢cilmente reconocible la casa familiar del poeta en la localidad costera (los ¨¢rboles son los del jard¨ªn real) y el cementerio y ya enseguida aparecen los entes lum¨ªnicos con los que la filiforme Esther se alimenta para poder recuperar los cuatro fragmentos del coraz¨®n del rey. C¨¢bala pura: ¡°A lo largo de todo el juego aparecen los elementos cabal¨ªsticos de la iluminaci¨®n, la aparici¨®n, el crecimiento y el sacrifico final para que te eleven y te reconozcan¡±, apunta Gonz¨¢lez, que se asesor¨® para ello en el Centro Sefarad Israel de Madrid.
La reina Esther debe sortear en Sepharad diversos obst¨¢culos. "No hay buenos y malos como no lo hay en la obra de Espriu", dice el creador del videojuego
Superado el primer nivel, Esther deber¨¢ cruzar Sepharad, el pa¨ªs imaginario con el que Espriu se refer¨ªa a Espa?a en su obra La pell de brau. Aqu¨ª, en una parte del juego donde se acent¨²a el paralelismo de las relaciones Catalu?a-Espa?a, la reina Esther deber¨¢ evitar algunos peligros. ¡°Hay que sortear un toro sin que te pise o no quedar atrapado y hundirte en una zona pantanosa que evoca la sangre de Espa?a que recita Espriu, pero en absoluto es un juego de buenos y malos; eso no existe en ninguna parte del videojuego, como no existe en la obra de Espriu¡±, apunta su creador.
Esther se desplaza luego por Susa, la capital de Media y de Persia donde, como en la pieza teatral, deber¨¢ infiltrarse, dejar de ser, para no ser descubierta y as¨ª acercarse m¨¢s al rey Asuero, al que visita en su palacio, espacio en el que, entre otros retos, deber¨¢ recoger la ¨²ltima pieza del coraz¨®n real y devolverlo a su lugar de origen. Ese hecho comportar¨¢ la salvaci¨®n y la iluminaci¨®n de su pueblo, en otro s¨ªmil cl¨¢sico con las vicisitudes de Catalu?a bajo la dictadura con el que jug¨® siempre el escritor.
Las pantallas contienen tambi¨¦n elementos m¨¢s o menos expl¨ªcitos a la C¨¢bala, referente cl¨¢sico del escritor
En el juego ganar implica ¡°que te elevas y vas a la luz; en el proceso de tu lucha por la identidad al elevarte, de alguna manera, est¨¢s siendo reconocido¡±, aclara Gonz¨¢lez. La polisemia de las im¨¢genes y del guion permite ¡°que el profesorado pueda intervenir mucho y a muchos niveles de complejidad¡±; por otro lado, la est¨¦tica est¨¢ muy alejada de lo habitual en el sector, gracias a la propuesta de personajes y de fondos de la artista visual Carme Sanglas, que debuta en este soporte. Un ¨²ltimo gui?o es que el juego finaliza con una frase entresacada de la obra de Espriu (aleatoria cada vez) y que permite ser compartida en las redes sociales junto al enlace del juego.
El r¨¦cord est¨¢ en superarlo en siete minutos; lo m¨¢s lentos tardan una hora
¡°Con el videojuego abrimos ventanas para la difusi¨®n de la literatura catalana porque es un m¨¦todo de comunicaci¨®n creciente entre grupos de poblaci¨®n adolescentes, entre 11 y 17 a?os¡±, apunta el consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, consciente de que casi un tercio de la poblaci¨®n catalana es hoy usuaria asidua de videojuegos. Una de los retos de El m¨®n d¡¯Espriu (accesible en catal¨¢n, castellano e ingl¨¦s) es el tiempo en el que se superan las pruebas y que se traduce en un ranking de puntuaciones. El r¨¦cord est¨¢, hoy, en siete minutos; lo normal es, al parecer, superar todas las pantallas entre 15 y 20 minutos, pero hay quien tarda una hora. Espriu, pues, para todos los gustos... y niveles.
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