?Cerco a Rusia?
La UE debe rectificar su pol¨ªtica y llegar a un acuerdo que remedie el mal paso de la anexi¨®n de Crimea
La cuesti¨®n de Crimea no ofrece dudas desde el punto de vista legal: Rusia ha vulnerado el derecho internacional al anexionarse un territorio que pertenece a Ucrania. Las razones fueron muy bien explicadas por Xavier Pons en su art¨ªculo Maniobras ilegales contra Ucrania" (EL PA?S, 19-03-2014). En s¨ªntesis: primero tuvo lugar un refer¨¦ndum contrario a la Constituci¨®n de Ucrania y, a partir de ah¨ª, tanto la independencia de Crimen como su inmediata anexi¨®n por parte de Rusia, est¨¢n contaminadas por ese primer acto: todo el proceso es antijur¨ªdico. El principio de integridad territorial de los estados es b¨¢sico para la convivencia pac¨ªfica de las naciones.
Rusia pagar¨¢ un duro precio por todo ello y su econom¨ªa, que atraviesa momentos dif¨ªciles, encontrar¨¢ todav¨ªa mayores dificultades. Tampoco el porvenir pol¨ªtico y econ¨®mico de Ucrania es mejor. Por ¨²ltimo, la situaci¨®n perjudicar¨¢ a la econom¨ªa de los pa¨ªses de la UE, adem¨¢s de alentar un peligroso conflicto en sus fronteras. Pero m¨¢s all¨¢ de todo ello, este art¨ªculo pretende hacer algunas consideraciones pol¨ªticas sobre las peligrosas pol¨ªticas de la UE debido al trato que algunos estados europeos, y la UE misma con el acuerdo impl¨ªcito de EEUU, est¨¢n infligiendo a Rusia, a la nueva Rusia que naci¨® tras la ca¨ªda del comunismo.
Por un lado, se trata de comprender algo muy simple: la Rusia de Putin no es la URSS de Breznev, por dos razones principales y obvias. La primera porque su territorio ha quedado enormemente diezmado, por el este (las rep¨²blicas asi¨¢ticas), por el oeste (las rep¨²blicas b¨¢lticas, Bielorrusia y Ucrania) y por el sudeste (los peque?os nuevos estados del C¨¢ucaso, entre el Caspio y el Mar Negro). Por tanto, hablar de la Rusia actual como de un pa¨ªs imperialista no deja de ser un sarcasmo.
La segunda raz¨®n es que Rusia, con todas las imperfecciones que se quieran, es un pa¨ªs democr¨¢tico y Putin, con todas las pulsiones autoritarias que se quieran, no es un dictador descontrolado sino que est¨¢ elegido libremente por los ciudadanos rusos. Por tanto, Rusia no es la URSS y hablar otra vez de guerra fr¨ªa es apelar a los fantasmas de un pasado hoy inexistente.
Se trata de comprender algo muy simple: la Rusia de Putin no es la URSS de Breznev
Por otro lado, en pol¨ªtica hay que aprender de las lecciones del pasado, en este caso de la historia del siglo XX. Dos acontecimientos sirven para ilustrar el caso. Hoy en d¨ªa todos admiten que una de las causas del ascenso de Hitler y del nacionalismo alem¨¢n en los a?os treintas fueron las duras cl¨¢usulas econ¨®micas y pol¨ªticas que los vencedores de la Gran Guerra impusieron a Alemania en el Tratado de Versalles. El primero en percibirlo fue Keynes, entonces negociador ingl¨¦s en Versalles, que dimiti¨® del cargo por desacuerdo con la posici¨®n de su gobierno. En Las consecuencias econ¨®micas de la paz, libro que escribi¨® tras dimitir, ya advert¨ªa del peligroso rearme alem¨¢n futuro como medida para solucionar sus problemas econ¨®micos. Pues bien, ?no puede suceder lo mismo con Rusia?, ?no pueden resurgir los viejos demonios del nacionalismo agresivo?
El otro acontecimiento del que podemos aprender es el de los inicios de la unidad europea. Desde el siglo XIX, si no antes, hab¨ªa voces pidiendo esta unidad. Pero los intentos de uni¨®n no fueron efectivos hasta que, tras dos sangrientos conflictos en un plazo de treinta a?os, se encontr¨® la soluci¨®n: las guerras pod¨ªan evitarse porque en Francia y B¨¦lgica hab¨ªa minas de carb¨®n y en Alemania minas de hierro, es decir, hab¨ªa intereses comunes para crear una potente industria sider¨²rgica. Los intereses unen m¨¢s que las ideas. Se acab¨® el conflicto y empez¨® la cooperaci¨®n: desde la CECA hasta la UE.
Rusia es la regi¨®n oriental de Europa, por geograf¨ªa y por cultura. Adem¨¢s existen intereses econ¨®micos comunes: Rusia tiene petr¨®leo y gas, Europa bienes industriales y servicios. Imitemos a Schuman, a Monnet, a De Gasperi, a Adenauer, a aquellos grandes hombres que encontraron el camino de evitar las guerras, crear estados democr¨¢ticos y de bienestar social, mediante el libre comercio y la cooperaci¨®n. La Eurasia de Putin es un proyecto razonable y beneficioso para todos si Europa colabora con Rusia.
La UE debe rectificar su pol¨ªtica y llegar a un acuerdo que remedie el mal paso de la anexi¨®n de Crimea. Su gran error ha sido establecer un tratado comercial con Ucrania contra el parecer de Putin. Sobre todo porque afecta a la salida rusa al Mediterr¨¢neo. Todas las guerras de los ¨²ltimos a?os tienen que ver con dos elementos: la salida al mar y los recursos energ¨¦ticos. Despu¨¦s siempre es f¨¢cil encontrar una minor¨ªa nacional agraviada para enardecer al pueblo. Ucrania re¨²ne todos estos elementos.
El drama, pues, est¨¢ servido y ambas partes deben llegar a un acuerdo: la UE no puede admitir la desintegraci¨®n de un Estado pero debe dejar de establecer un cerco cada vez m¨¢s estrecho en torno a Rusia. Dios aprieta pero no ahoga.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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