Manzanares por la puerta grande y Morante aclamado
El torero de la Puebla se relame de buen toreo
Los tres toros de Zalduendo, lidiados en la segunda parte del festejo, no ganaron por goleada a los de Juan Pedro Domecq pero casi. Esos tres de Zalduendo fueron nobles, casi mazapanes, aunque tambi¨¦n con las fuerzas muy justas. Pero aguantaron faenas largas, que es lo que cuenta al final. Los tres de Juan Pedro Domecq, muy distra¨ªdos de salida llegaron con poco resuello a la muleta los dos primeros, el tercero con un puntito molesto tom¨® la muleta sin problemas y tuvo recorrido. De los seis, el que cerr¨® la corrida fue el que con mejor estilo cumpli¨® en varas. El resto, discretos. Nada m¨¢s. Y los seis, en cualquier caso, de muy correcta presencia.
Manzanares se llev¨® un bot¨ªn de tres orejas, dos del tercero y una del sexto. Muchos pases, siempre al aire que le marcaban los dos toros, pero tambi¨¦n siempre con poco ajuste. A su primero le cogi¨® el vuelo muy pronto y la primera tanda en redondo fue la m¨¢s completa, llevando muy toreado al toro. Con un cierto tono molesto del toro, que nunca protest¨® de verdad, Manzanares cumpli¨® algo despegadillo el resto de faena. A favor de la gente, siempre por el lado derecho, Manzanares no encontr¨® problemas para andar tranquilo aunque no muy comprometido. Mat¨® ese toro a recibir, y dej¨® todo el acero hundido aunque trasero.
El sexto, ya de Zalduendo, Manzanares acompa?¨® con la voz la embestida del toro. Faena cumplidora. M¨¢s ajustada en este caso, sobre todo en el toreo sobre la derecha. Tambi¨¦n c¨®moda. Sobraron los paseos entre serie y serie, y volvi¨® a montar una faena al noble aire del toro. Volvi¨® a estar certero con la espada, en una estocada de buena ejecuci¨®n.
DOMECQ, ZALDUENDO / FINITO, MORANTE, MANZANARES
Tres toros de Juan Pedro Domecq, 1?, 2? y 3?, y tres de Zalduendo. Correctos de presentaci¨®n. Mansos los tres primeros. Los de Zalduendo, con las fuerzas justas, pero noves y buenos.
Finito de C¨®rdoba. Media y dos descabellos (silencio); dos pinchazos ¨Caviso- y dos descabellos (saludos).
Morante de la Puebla. Pinchazo y casi entera (saludos); dos pinchazos y estocada (vuelta al ruedo).
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares. Estocada a recibir trasera y tendida (dos orejas); estocada (oreja).
Plaza de Castell¨®n, 28 de marzo. 3? de Feria. Casi lleno
Las dos faenas de Morante fueron sendas lecciones de torer¨ªa. Ninguna de esas dos faenas fue redonda, rematada, pero siempre tuvieron sabor. Labor l¨²cida. Con golpes imaginativos y bellos pasajes. Su primero lleg¨® a la muleta con apenas resuello y Morante midi¨® las fuerzas del toro. Muy confiado, se entreg¨® y entreg¨® una faena de luminosos momentos.
El quinto, excelente toro de Zalduendo, muy noble aunque una pizca flojo, se ofreci¨® a Morante sin condiciones. La faena se abri¨® por ayudados por alto. Luego, por las dos manos, despleg¨® momentos de gran belleza. Siempre con la sana intenci¨®n de ligar las series, aunque no salieran completas. Los cambios de mano, pura esencia de torer¨ªa. Al natural, naturalidad. Y un desplante, casi en los medios nada provocativo pero sincero. El final de esa faena tuvo especial brillo, llevando el toro hacia los adentros con muletazos sueltos por uno y otro pit¨®n. Muy a gusto el torero en todo momento, pero se pas¨® de faena y el toro no se entreg¨® como deb¨ªa a la hora de matar. Pinch¨® Morante con la espada, pero la vuelta al ruedo fue apote¨®sica.
La primera de las dos faenas de Finito fue de probaturas. Sin entrega el de Juan Pedro Domecq, tambi¨¦n con un son molesto y defensivo. Finito cumplidor siempre, pero m¨¢s superficial que profundo. Un buen toro fue el cuarto. F¨¢cil y desahogado siempre Finito. Con detalles sueltos y un punto afectado. Faena tambi¨¦n larga, que pag¨® el torero a la hora de acabar con el toro.
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